Juan Martínez Moreno: "¡Esto es el infierno en el cielo!"
- El director de 'Lobos de Arga' nos cuenta anécdotas del rodaje
- Destaca la dificultad de rodar de noche y las escenas de acción
Última semana de rodaje en Santiago, quinta semana de rodaje, tercera semana consecutiva de rodaje de noche.
Antes
El sábado anterior es la fiesta de fin de rodaje en Santiago. Aunque nos quedan todavía cinco días de rodaje, este es el último sábado noche que estamos aquí, así que producción alquila una discoteca y organiza una fiesta. Hemos acabado las dos escenas más complicadas de la peli, y la gente está bastante eufórica, es buena idea desbarrar un poco.
La cita es a las 11.30. Yo aparezco elegantemente tarde, a las 12.15, y me encuentro que allí no hay ni Dios, ni siquiera los camareros. Por un momento pienso que me han despistado, me han dado la dirección equivocada y se han ido todos a otro garito.
Desolación, vuelta al colegio, nadie me ajunta… Falsa alarma, llegan los chicos de producción y aquello empieza a animarse. Aparece todo el equipo. Parece que sí me ajuntan, o al menos lo fingen.
La música es una mierda y, con tres copas encima, me pongo a pinchar un rato. División de opiniones, unos se cagan en mi padre y otros en mi madre. No, en serio, no va tan mal, los de mi edad lo disfrutan, las chicas más jóvenes, en especial las de dirección, me llaman carca y me piden a Shakira. Me retiro a las cuatro de la mañana con un ciego considerable, mañana me toca trabajar en mis deberes. Les dejo allí a todos, quemando energía. ¡Que equipo tengo!
Después
Empieza la tercera semana de noche.
Lunes, tenemos que acabar en la maldita estación abandonada. Tengo pesadillas con este sitio(y no soy el único, estoy seguro de que Sergio, mi increíble ayudante de dirección, las tiene peores), no quiero volver a verlo nunca más.
Nos hacemos dos mil planos (más o menos) y acabamos. ¡No, que coño! Nos quedan las capas. ¡¿Qué coño son las capas?! Son los fondos que tenemos que rodar de la localización para insertarlos luego en postproducción en los planos que rodemos en plató. Vamos, pon la cámara contra un matojo de hierbas y ruédalo. Ahora este otro, luego otro,… ¡Que coñazo!! Pero hay que hacerlo, si no luego tendremos grandes problemas.
Martes, rodamos en el pazo, una escena con dos coches explotando y un especialista volando por los aires. Normalmente esta sería la escena más importante de cualquier película. Aquí, casi parece un día de paseo después de lo que hemos hecho.
Todo preparado, tres cámaras listas, los dos coches en posición, no hay posibilidad de segundas tomas. ¡Boooom!!! Perfecta. Juan Ra Molina y Antonio, efectos especiales, lo han hecho de puta madre, como siempre. Diego, el especialista, ¡que tío!! Está en las escenas más jodidas de la peli, dentro de un disfraz, nunca se le ve la cara. Hace lo que sea como sea, siempre con una sonrisa en la boca, y además actuando.
Miércoles, carretera, escena de acción, otra vez con Diego, saltando en marcha del techo de un coche a un capó, rompiendo la luna delantera de un puñetazo, todo esto con el coche en marcha. ¡¡Que tío!!! Fede Cuevas, coordinador de especialistas, director de cine, proponiendo constantemente cosas, intentando que la acción quede lo mejor posible. Gran tipo, escoltado por un equipo de gente increíble: Nico, Martín, Avián,… Muchos quilates. Acabamos por los pelos y…¡más malditas capas!!
"Cagando lorzas"
Jueves y viernes, en casa Calisto, el personaje interpretado por Carlos Areces. Tenemos que hacer siete secuencias en dos días, hay que ir a toda hostia, cagando lorzas. Cagando lorzas es una expresión que se me ocurrió un día en rodaje para que la dijera Areces en una persecución.
Ha creado mucho desconcierto en el equipo (¿qué es una lorza? ¿cómo se puede cagar una lorza?). Francamente, no tengo ni puta idea, pero si nos tenemos que poner ahora a explicar lo que es la Fuerza en La Guerra de las Galaxias apaga y vámonos. Cagando lorzas y la Fuerza, esa comparación es buena, sé a quien le va a encantar.
Bueno, pues eso, vamos cagando lorzas para poder acabar, y lo conseguimos. Los tres protas (Otxoa, De La Rosa, Areces) son unos benditos, les obligo a rodar cuatro secuencias en desorden, por campos de luz, todas juntas, y no sólo no me mandan a la mierda sino que lo hacen y además queda de puta madre, hemos rodado probablemente el material más divertido de la peli.
¡Y Marcos, ese niño, que bueno es el tío, que ojos tiene, como mira! ¡Que gusto da trabajar con él! Acabamos justo a la hora, a las cinco de la mañana. Cava, despedida del equipo gallego (¡os vamos a echar tanto de menos!), y a dormir cuatro horas, que a las 11 volamos a Madrid Sergio y yo. El domingo a localizar, y el lunes vuelta a empezar en Madrid.
Esto es el infierno en el cielo, creedme.