Baréin vive una nueva jornada de represión mientras nacen críticas a la intervención saudí
- EE.UU. no lo considera una "invasión de un país"
- Alemania ha criticado la entrada de tropas
- La oposición chií lo califica de "ocupación y una declaración de guerra"
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Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en Baréin se han recrudecido este miércoles con un saldo de al menos cinco muertos y decenas de heridos, en una jornada en la que se ha declarado un toque de queda parcial de doce horas.
La calma ha vuelto a Manama a partir de las 14.00 horas, al comienzo del toque de queda que afecta tan solo a algunas zonas de la capital, tras una mañana de protestas que desembocaron en disturbios.
Mientras, la comunidad internacional 'sigue de cerca' lo que ocurre en el país mientras la intervención de los países del Consejo de Cooperación del Golfo genera críticas.
Preocupación internacional
Precisamente, el presidente de EE.UU., Barack Obama, ha telefoneado este miércoles al rey Abdalá de Arabia Saudí y al rey de Baréin, Hamad bin Isa al Jalifa, para expresar su "profunda preocupación" por la violencia en el archipiélago, según ha informado la Casa Blanca.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney ha indicado que en sus respectivas llamadas telefónicas, Obama ha asegurado que una solución política es la mejor vía para "lograr una resolución estable y justa" en Baréin.
La violencia, asegura Obama, no solucionará los problemas de Baréin o de cualquier otro país en la región. Todas las partes implicadas, según el presidente estadounidense, deben mostrar la "máxima contención".
Con todo, Estados Unidos ha reiterado que la opción presentada por los países del Golfo en Baréin no presenta una "intervención militar o bélica". Así lo ha manifestado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien asegura que "hemos visto los informes. Esto no es la invasión de un país".
Sin embargo, esta postura no la tienen todos los países. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, ha criticado la entrada de soldados saudíes y policía de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en Baréin para combatir las protestas de la mayoría chií, y su departamento ha pedido a los ciudadanos germanos que abandonen ese país.
En una intervención ante el Bundestag, Westerwelle ha sostenido que "la solución debe venir del propio país", y ha pedido "contención" a los países de la región, en referencia implícita a Irán.
Intervención en el país
Al mismo tiempo, el ministerio de Exteriores ha llamado a sus ciudadanos en visita o residiendo en el emirato de Baréin a que lo abandonen inmediatamente.
La embajada de Alemania en Baréin ha comunicado a los cerca de 250 ciudadanos germanos residentes en Manama que no deben abandonar sus domicilios ante la grave situación de inseguridad y que se preparen para abandonar el país.
Un portavoz de la diplomacia alemana ha señalado que el Gobierno de Berlín contempla con suma preocupación los acontecimientos en aquel país del Golfo Pérsico.
Además ha subrayado que la declaración del estado de excepción por parte del régimen de Baréin no contribuye a solucionar el conflicto.
Irán también ha calificado de "inaceptable" la entrada en Baréin de estas tropas ya que considera que este hecho solo servirá para "complicar más la situación".
Y la propia oposición de Baréin, donde la mayoría de la población es chií pero la minoría gobernante es suní, y que reclama reformas democráticas y una monarquia parlamentaria, considera la presencia de soldados extranjeros como una una ocupación del país y una declaración de guerra.