El G-7 decide intervenir para frenar la apreciación del yen respecto al dólar
- El G-7 señala que la volatilidad excesiva perjudica a la estabilidad
- La moneda japonesa se apreció hasta los 80 yenes por el dólar
Los ministros de Economía y los responsables de los bancos centrales de los países del G-7, el grupo de países más industrializados, han coincidido en llevar a cabo una intervención monetaria concertada, mediante la venta de moneda japonesa, para frenar el aumento del precio del yen respecto al dólar estadounidense.
Las autoridades de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá y el Banco Central Europeo, "se sumarán a Japón, el 18 de marzo de 2011, en la intervención concertada en los mercados de intercambio", han manifestado en un comunicado los ministros de Finanzas de estos países y los gobernadores de los bancos centrales. Antes habían debatido por teléfono el impacto económico de la crisis que atraviesa Japón a consecuencia del seísmo y el tsunami del pasado viernes, y del accidente nuclear desatado en Fukushima.
La moneda japonesa había alcanzado su máximo frente al dólar desde la II Guerra Mundial. El billete verde sobrepasó los 80 yenes en el parqué de Tokio.
La intervención de las potencias del G-7 ha provocado un alza de las bolsas asiáticas. El índice japonés Nikkei, ha aumentado un 2,7% después de que se desplomara casi un 17% en los dos días posteriores al terremoto y posterior tsunami.
Amenaza a los exportadores
"Como hemos venido diciendo, una volatilidad excesiva y los movimientos desordenados en los tipos de cambio tienen implicaciones adversas para la estabilidad económica y financiera", se lee en el comunicado, recogido por la agencia nipona Kiodo.
El G-7 está compuesto por Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos. El Grupo de los Siete había mostrado su preocupación por la tensión en los mercados financieros, en un momento en el que la recuperación económica mundial aún es frágil.
Ya han desaparecido miles de millones de dólares del mercado bursátil, el alza del yen amenaza a los exportadores y hay un desabastecimiento eléctrico que podría durar meses.