¿Se puede matar durmiendo?
- El primer informe de episodios de violencia durante el sueño data de 1878
- Existe un largo historial de 'asesinos sonámbulos' que han resultado absueltos
El sonambulismo es uno de trastornos del sueño clasificados como parasomnias. Los desórdenes del sueño son motivo de estudio para los médicos, pero para jueces y abogados se convierte en algo más que una situación delicada. ¿Se puede matar durmiendo? ¿Cómo defender a un acusado alegando sonambulismo?
Según el doctor Joaquín Durán Cantolla, "una persona no puede hacer dormido algo que no haría despierto. Pero puede causar un daño sin saber que lo está haciendo".
El primer 'asesino sonámbulo'
Episodios de violencia cometidos durante el estado de sonambulismo han aparecido en los informes forenses desde hace años. El primero del que se tiene constancia data de 1878. El informe describe a un hombre de unos 28 años de edad y con un largo historial de terrores nocturnos. Fue juzgado por asesinato después de golpear violentamente a su hijo de 18 meses contra la pared; creía que era un animal salvaje que estaba a punto de atacar a su familia. Fue declarado inocente. La sentencia reconocía que el acusado no era consciente de lo que hacía porque estaba sonámbulo.
Uno de los casos más conocidos es el de Kenneth Parks. En 1987 Kenneth, un australiano de 23 años, casado y con una hija; se subió a su coche y condujo los casi 23 kilómetros que le separaban de la casa de sus suegros. Una vez allí, cogió una herramienta del coche, entró en la casa y asesinó a los padres de su mujer. Algo en el camino de vuelta a casa le hizo despertarse y se encontró con sus manos manchadas de sangre. Condujo hasta una comisaría y declaro: “creo que he matado a alguien… con mis propias manos”. No fue condenado.
El primer caso de este tipo del que se tiene constancia en Inglaterra es el de Jules Lowe. En octubre de 2003, Lowe estuvo bebiendo con su padre hasta altas horas de la madrugada. Se quedó dormido y cuando desperto, se encontró a su padre muerto en la entrada de su casa. Todas las pruebas apuntaban hacía Lowe, pero fue declarado inoncente tras alegar que estaba dormido y que no recordaba nada de lo que había pasado.
Scott Falater, culpable
En todos los casos anteriores los acusados pudieron demostrar que tenían un amplio historial de sonambulísmo y terrores nocturnos. En Phoenix, Arizona, en 1999, Scott Falater, de 43 años, no tuvo la misma suerte cuando fue sometido a juicio por la muerte de su esposa.
Scott y su mujer llevaban desde el instituto. Se casaron, tuvieron dos hijos y dejaron la iglesia católica para abrazar la fe mormona. Sin embargo, esa felicidad se volvió desgracia cuando la noche del 16 de enero de 1997 Scott apuñalaba a su esposa y arrojaba su cuerpo a la piscina. Un vecino de la casa de enfrente lo vió todo. Durante el juicio Falater alegó que estaba profundamente dormido. No le sirvió de nada. Fue declarado culpable de asesinato.
Demasiadas cosas no encajaban con lo que sería la actitud de un sonámbulo: después de matar a su mujer, Falater se quitó la ropa ensangrentada y la guardó, junto con el cuchillo, en el maletero de su coche; subió a su habitación, se puso el pijama, se curó una herida y regresó junto al cuerpo de su mujer. Según los expertos en sueño que asistieron al juicio, un sonámbulo sufre un período de amnesía, así que Scott no debería haber recordado donde estaba el cuerpo de su mujer.
El documental "Parasomnia", que el sábado emite La Noche Temática, recoge también el caso de un padre de familia estadounidense que durante un sueño se coló en la habitación de una joven vecina. Está acusado de un delito sexual. Si es hallado culpable, se enfrenta a una pena mínima de entre cuatro y quince años de cárcel.