Enlaces accesibilidad

Los test de estrés exigirán a la banca que aguante dos años más de recesión

  • En el peor escenario, España se contraería un 1% en 2011 y un 1,1% en 2012
  • Está por definir el umbral de capital básico que se exigirá a bancos y cajas
  • Las pruebas se realizarán entre marzo y junio, y se publicarán banco por banco

Por

Los nuevos test de estrés que se realizarán a la banca europea esta primavera contemplan para España un escenario adverso en el que la economía del país volvería a la recesión y se contraería un 1% en 2011 y un 1,1% en 2012, según los escenarios macroeconómicos publicados este viernes por la Autoridad Europea Bancaria (EBA, en sus siglas en inglés), encargada de realizar las pruebas.

En este escenario, la tasa de desempleo alcanzaría el 21,3% y el 22,4%, respectivamente, aunque supone una desviación del crecimiento de la economía española de 1,7 y de 2,8 puntos porcentuales, respectivamente, respecto al escenario base, en el que la economía española crecería un 0,7% en 2011 y un 1,7% en 2012; la tasa de paro, en el escenario base, se prevé que sea del 20,2% y el 19,2%.

Respecto a la inflación, la EBA estima que los precios subirían en los próximos dos años un 1,5% y un 1,4%, mientras que en la situación adversa aumentarían nueve décimas en 2011 y caerían dos décimas en 2012.

Sobre estos escenarios, la EBA establecerá unos umbrales de capital básico que las entidades financieras deberán cumplir para acreditar su resistencia. Por el momento, se están definiendo los criterios comunes para establecer el core tier 1 que se aplicará de forma coherente en toda la UE, aunque ya ha avanzado que la definición será "más restrictiva" que la utilizada en 2010.

Las pruebas se desarrollarán entre los meses de marzo y junio de 2011 por parte de la Autoridad, junto al Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, y los resultados se publicarán en el mes de junio banco por banco.

Una contracción más moderada en el conjunto de la UE

El informe presta también atención a los precios de la vivienda, donde en el peor de los casos caerían un 12,3% en 2011 (un 5,3% en el escenario base) y un 11% en 2012 (un 3% en el escenario base).

Asimismo, la EBA establece una desviación de la prima de riesgo española entre 2011 y 2012 de 165 puntos básicos respecto a las previsiones actuales, al mismo tiempo que estima una caída en los mercados en esos dos años del 20,7%.

Para el conjunto de la UE, se contempla que en el peor de los casos la economía se contraiga cuatro décimas en 2011 y registre un crecimiento plano en 2012, la tasa de paro aumente hasta el 10% y el 10,5%, respectivamente, y la inflación se sitúe en el 1,5% y el 0,5%.

En el caso de la zona del euro, la contracción de la economía estimada en el escenario adverso será de cinco décimas en 2011 y de dos décimas en 2012. Por su parte, la tasa de desempleo alcanzaría el 10,3% y el 10,8%, mientras que los precios subirían un 1,3% en 2011 y seis décimas al año siguiente.

En busca de la credibilidad

La EBA ha defendido que el escenario adverso diseñado por el Banco Central Europeo es "más severo" que el de las pruebas realizadas en 2010 en términos de desviación respecto al escenario base y la probabilidad de que éste se materialice.

De este modo, se intenta convencer a los mercados de la credibilidad de las pruebas, después de las dudas suscitadas por los tests realizados el año pasado y que, por ejemplo, no detectaron las debilidades de los bancos irlandeses, que en último término obligaron a que Irlanda recurriera a un rescate financiero.

Así, los escenarios propuestos incluyen un "marcado deterioro en las variables macroeconómicas", como el Producto Interior Bruto (PIB), donde prevé una caída de alrededor de cuatro puntos porcentuales respecto al escenario básico frente a los tres de los test anteriores, el empleo y los precios de la vivienda.

Asimismo, también incluye una prueba específica respecto a la deuda soberana en la Unión Europea que recoge mayores caídas en el precio de algunos bonos europeos de las que asumía en 2010. Estos recortes se aplicarán a las posiciones en la cartera de negociación de los bancos, donde se materializarán las pérdidas y se acompañarán de un informe completo sobre todas sus posesiones de deuda soberana.