La recuperación tras el terremoto y los regresos de Aristide y Duvalier marcan las elecciones en Haití
- Los sondeos dan favorito al cantante Michel Martelly
- Enfrente tendrá a la ex primera dama Mirlande Manigat
- La segunda vuelta se ha retrasado dos meses tras las sospechas de fraude
- El país intenta recuperarse de las consencuencias del terremoto de 2010
Los haitianos deciden este domingo quién será el nuevo presidente que encabece la reconstrucción de un país golpeado en enero de 2010 por un terremoto cuyas consecuencias sigue sufriendo más de un año después.
Dos son los aspirantes: la ex primera dama Mirlene Manigat, del Reagrupamiento de los Demócratas Nacionalistas Progresistas (RDNP), que logró el mayor número de votos en la primera vuelta; y el cantante Michel Martelly (Respuesta Campesina), conocido como Sweet Micky y al que las últimas encuestas dan como favorito.
Cuatro millones de votantes están convocados este domingo a esta segunda vuelta de las presidenciales, que se celebra dos meses después de la fecha inicialmente prevista -el 16 de enero- debido a las sospechas de fraude en el recuento de la primera vuelta, lo que a la postre acarreó la descalificación del candidato oficialista, Jude Celestin.
Mientras Mirlene Manigat -una mujer de clase alta, educada en la Sorbona y de gran experiencia política- cuenta con el apoyo de las clases medias, Michel Martelly es el candidato de los jóvenes, que admiran a este cantante de kompa -música de baile haitiana- al que gusta vestir al estilo gangsta de los raperos estadounidenses.
El regreso de Aristide podría ser decisivo
Sin embargo, hay un factor que puede dar un giro inesperado a estos comicios: el regreso a Haití en las últimas horas del expresidente Jean Bertrand Aristide, que fue desalojado del poder en 2004 tras una revuelta popular y que, desde entonces, se había exiliado en Sudáfrica.
El que fuera primer presidente democrático de Haití goza de un gran predicamento entre las clases bajas del país, lo que podría influir de forma decisiva en las elecciones.
Así lo considera el Gobierno de los Estados Unidos, que ha cuestionado el retorno de Aristide, ya que considera que supone un riesgo para la estabilidad del país.
El de Aristide no ha sido el único regreso 'sonado' a Haití en los últimos meses: a mediados de enero lo hizo otro ex presidente, Jean-Claude Duvalier, que ha sido imputado por la Fiscalía haitiana por desvío de capitales durante su mandato.
Como en el caso de Aristide, la vuelta de Baby Doc -como se conoce a Duvalier- también ha sido objeto de numerosas especulaciones y, según un portavoz del dictador, se debería a un intento por recuperar el poder.
Las consecuencias del terremoto
Esta inestabilidad política se suma a la difícil situación que vive Haití, que aún lucha por recuperarse del devastador terremoto de enero de 2010, en el que murieron más de 316.000 personas y que causó 300.000 heridos y 1,5 millones de damnificados.
Más de 800.000 personas viven todavía en cientos de precarios campamentos de la capital, Puerto Príncipe, donde aún permenecen toneladas de escombros a la espera de ser retirados.
La posterior epidemia de cólera -que ha afectado a 250.000 personas y se ha cobrado la vida de más de 4.600- no ha hecho sino agravar la situación del país más pobre de Latinoamérica, que tiene una cifra de desempleo del 70% y una pobreza extrema que afecta al 80% de la población.
Febril actividad electoral
Pese a este difícil panorama, los dos candidatos han protagonizado una febril actividad electoral que podría dar como resultado una alta participación.
Martelly -al que un sondeo de la Oficina de Investigación Informática para el Desarrollo Económico y Social (BRIDES) da un 53,4% de intención de voto frente al 46,5% de su rival- ha protagonizado una campaña basada en un estilo simple y directo.
El cantante, que ha llevado a cabo una campaña muy personalista, ha prometido mejoras en la educación, el sistema de salud y la agricultura, además de puestos de trabajo y la recuperación de la seguridad y la autoridad del Estado.
Por su parte, Manigat -quien ha contado con la participación de parlamentarios y otros líderes- defiende la protección de la familia, las grandes inversiones en la educación y en el sistema de protección social.
Además del nuevo presidente, en estos comicios también serán elegidos siete de los once senadores que estaban previstos (los otros cuatro obtuvieron su escaño en la primera vuelta) así como los 79 diputados que aún no habían conseguido su plaza en la primera ronda.