Siria reprime a tiros varias manifestaciones y mata al menos 15 personas
- Al menos hay 15 muertos, entre ellos una niña de 11 años
- Las protestas son el mayor desafío para Al Assad desde que llegó al poder
Quince personas, entre ellas una niña, han muerto este miércoles en la ciudad de Deraa, en el sur de Siria, en dos incidentes separados contra las manifestaciones que se han vivido en la ciudad, como nunca hasta ahora, contra el régimen.
La inestabilidad en esta zona es tal que, según informa la televisión siria, el gobernador de Deraa, Khaltoum Faisal, ha sido destituido.
Violenta represión
La niña, de 11 años, ha sido "asesinada por de las bala que se han disparado durante el funeral de dos de las cinco personas que murieron el pasado martes en Deraa", ha asegurado a la agencia AFP un activista de derechos humanos.
"La policía no ha dudado en disparar con munición de guerra mientras que los padres de las víctimas y los manifestantes regresaban de los funerales", asegura el activista.
Las dos personas enterradas era una niña pequeña, Ibtissam Massalmeh, y un médico, Ali al-Ghoudab Mahamid, ambos asesinados la pasada noche por la policía, según esta misma fuente.
Al mismo tiempo, se ha vivido otro tiroteo en la mezquita de Al-Omari, de acuerdo con un reportero de la agencia AFP. Este reportero ha visto cómo dos muertos eran transportados al hospital de Deraa en coches privados. Uno tenía una herida de bala en la cabeza. El otro, todo el cuerpo ensangrentado. Las circunstancias exactas de su muerte, sin embargo, no se han podido precisar.
Sucesos separados
"Las fuerzas de seguridad han disparado fuego real y han lanzado gases lacrimógenos a los manifestantes” que llevaban a cabo una sentada alredor de la mezquita Al Omari, en Deraa, ha explicado a la agencia France Presse un activista de los derechos humanos en la madrugada de este miércoles. "Han cortado la electricidad y enseguida han empezado los tiros”, ha añadido.
La agencia Reuters, que cita testigos, eleva a seis los fallecidos y precisa que entre ellos figura el doctor Ali Ghassab al Mahamid que había acudido a socorrer a los heridos.
La agencia oficial siria Saná, por su parte, cita fuentes del Gobierno que rebajan la cifra de muertos a cuatro y atribuyen la culpabilidad a una "banda armada", además de culpar a "partidos extranjeros" de difundir informaciones falsas sobre la situación en Deraa e incitar a la violencia. Posteriormente, Saná ha añadido que se ha detectado el envío de miles de mensajes de móvil incitando a la revuelta, "la mayor parte provenientes de Israel".
Por su parte, la TV siria ha difundido imágenes de armas (pistolas, fusiles y granadas) supuestamente incautadas en el interior de la mezquita de Al Omari.
Durante la jornada del martes, según informa AFP, más de mil personas se habían congregado junto a la mezquita, escenario elegido como centro de las protestas. Por la tarde, los manifestantes habían empezado a instalar tiendas de campaña con la intención de perpetuar su protesta hasta que el régimen lleve a cabo las reformas democráticas anunciadas de forma vaga por el presidente Bachar Al Assad.
En todos los accesos a Deraa (unos 100 kilómetros al sur de Damasco), el Ejército ha instalado controles. Aquí las manifestaciones se suceden desde el viernes y el balance de víctimas desde entonces se eleva ya a 10, según Reuters. La oficina local del partido gubernamental y los juzgados han sido atacados.
Grave crisis
La Oficina del Alto Comisionado para los derechos humanos de la ONU ha instado a las autoridades a poner fin al "uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos, especialmente con fuego real".
En el país, las protestas empezaron el día 15 en respuesta a una nueva convocatoria en internet inspirada en los movimientos de otros países de la región, que han llevado a la caída de los regímenes de Túnez y Egipto.
En virtud de la ley de emergencia que está en vigor desde 1963, las manifestaciones están prohibidas en este país, en pleno corazón de Oriente Medio. Diversas ONG denuncian la represión de los disidentes así como a la minoría kurda.
Bachar al Assad se enfrenta a su mayor desafío desde que sucedió en el poder a su padre Hafez al Assad en el año 2000.