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Roger Waters vuelve a construir el 'Muro' de Pink Floyd en España

  • Waters actúa en Madrid y Barcelona en el inicio de su gira europea
  • La base del espectáculo es el muro que se contruye entre grupo y audiencia
  • Waters ya ha anunciado que se retirará tras la finalización de la gira

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ROGER WATERS EN PORTUGAL
'The Wall' cuenta la decadencia de una estrella del rock, en base a experiencias personanales del propio Roger Waters.

Un bombardero Stuka cruza por encima de la audiencia y se estrella en el escenario mientras estrambóticas figuras en 3D son proyectadas sobre un muro de 10 metros de alto y 73 de ancho, que se va construyendo a medida que avanza el concierto.

Estos son algunos de los asombrosos efectos visuales que forman parte del espectáculo The Wall, de Roger Waters, que llega este viernes a España con prácticamente todo el papel agotado.

Madrid (viernes 25 y sábado 26 en el Palacio de Deportes de la Comunidad) y Barcelona (martes 29 y miércoles 30, Palau Sant Jordi) serán testigos de excepción de uno de los mayores espectáculos nunca ideados para un concierto de rock.

Una gira mundial en cuya producción y puesta en marcha se han invertido 60 millones de dólares y que consta de más de cien fechas fechas tras las cuales, muy posiblemente, Waters decidirá colgar los instrumentos e iniciar la jubilación de uno de los grandes creadores del rock clásico.

Negocio ruinoso

The Wall es la recreación en escena del doble disco del mismo nombre, publicado en 1979 y que, a la postre, supondría prácticamente el canto del cisne de la formación clásica de Pink Floyd.

Durante 1980 y 1981, el grupo hizo una breve gira con el espectáculo The Wall: fueron 31 fechas en sólo cuatro ciudades del mundo: Los Ángeles, Nueva York, Londres y Dortmund.

Los costes desorbitados de producción del espectáculo hacían inviable una gira al uso, por lo que el grupo optó concentrar las representaciones en sólo unas pocas ciudades.

Incluso en esas condiciones, el tour significó una absoluta ruina económica para la banda. Tras el último concierto, el 17 de junio de 1981 en el Earls Court de Londres, los cuatro integrantes de Pink Floyd no volvieron a actuar juntos hasta la sorpresiva mini-reunión de 2005, durante el concierto multitudinario del Live 8, también en Londres.

Ya nunca más lo podrán hacer, ya que el teclista original, Richard Wright, falleció en 2008, anulando una de las reuniones más esperadas de la historia del rock.

Aunque la banda siguió en activo durante los 80 y los 90 con tres de sus miembros originales –el guitarra David Gilmour, el batería Nick Mason y el propio Wright-, la ausencia de Waters pesó demasiado, excesivamente entre los fans más puristas.

La tecnología al servicio del espetáculo

Pero con esta gira de The Wall, Waters quiere devolver a esos seguidores el auténtico espíritu de Pink Floyd. No en vano, él fue el auténtico creador del concepto de El Muro, considerado por muchos casi un disco en solitario del cantante y bajista.

Y, desde luego, no ha escatimado esfuerzos a la hora de ponerlo en escena.

Para empezar, ha contado con Mark Fisher como arquitecto responsable del show quien ya ejerció ese papel en la gira original y que ha trabajado en espectáculos como la gira 360º de U2.

Él ha ideado el nuevo muro, la auténtica estrella del espectáculo, que los operarios van construyendo a lo largo del concierto y que es derribado durante el momento culminante.

Tampoco faltarán las esperpénticas animaciones ideadas por Gerald Scarface, que ya figuraban en la carátula interior del disco y que aparecían en la película del mismo título dirigida en 1982 por Alan Parker. Aunque en esta ocasión, la tecnología digital y el 3D permiten ofrecer un espectáculo visual de altísimo nivel.

Y, por supuesto, la música. Waters y su banda interpretan el disco completo con los temas en el mismo orden de publicación, más dos canciones que no aparecieron en el álbum original pero sí en la gira de 1980-1981: What shall we do now? y The last few bricks.

La gira comenzó en septiembre de 2010 en Toronto y, hasta finales del pasado año, recorrió con enorme éxito distintas ciudades de Canadá, Estados Unidos y México.

Ahora inicia su periplo europeo, que empezó el lunes en Portugal y que, tras pasar por España, llevará el espectáculo por todo el continente, con un total de 61 fechas que incluyen Países Bajos, Alemania, Rusia, Finlandia y, por supuesto, Reino Unido, donde se espera que el guitarrista de Pink Floyd, David Gilmour, haga una aparición estelar, limando por completo las diferencias públicas que ha mantenido con Waters por la propiedad del nombre de la banda.

El 7 de julio, en Milán, el muro caerá por última vez.

¿Y después? Pues casi con seguridad, se editará el concierto en DVD y Waters abandonará los escenarios. Eso si no sucumbe a las ofertas millonarias para que se reúna con Gilmour y vuelva a resucitar en escena a Pink Floyd, una tentanción a la que, hasta la fecha, ha resistido con firmeza.