Los empresarios consideran inconveniente un anticipo electoral
- Creen que sería negativo para la recuperación económica
- La "mayoría" de los empresarios creen que la situación ha mejorado
- La CEOE reclama un acuerdo en la negociación colectiva
Un grupo de empresarios asistentes a la reunión de este sábado en La Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, entre ellos Emilio Botín, manifestaron que un adelanto electoral sería inconveniente para la recuperación económica de España.
Fuentes empresariales que conocen los detalles de lo tratado dijeron por separado que coincidieron en esa apreciación al menos Botín, del Banco Santander; Rafael del Pino, de Ferrovial, y Juan Miguel Villar Mir, de OHL (Obrascón-Huarte-Laín).
El tema se suscitó mientras se hablaba de la caída del gobierno portugués del socialista José Sócrates, como consecuencia de que el parlamento luso rechazó, el miércoles pasado, un nuevo programa de ajuste, lo que puede llevar a la celebración de elecciones en mayo.
Otras fuentes señalaron que lo prioritario es que se aplace el debate sobre un sucesor para Zapatero, y que se centren los esfuerzos en lo que es "realmente necesario": la solución de la crisis económica.
Zapatero argumentó en rueda de prensa posterior al encuentro que el calendario político será siempre secundario a las reformas económicas que su Gobierno lleva a cabo, aunque no mencionó que los empresarios vieran inconveniente un adelanto de las elecciones generales, que deben celebrarse al término de la actual legislatura, en marzo de 2012.
El presidente se reunió con representantes de cuarenta empresas y el líder de la patronal CEOE, Juan Rosell.
Los empresarios se comprometieron con las reformas en marcha
La reunión, en la que intervinieron 38 de los 40 asistentes, estuvo marcada por el ambiente "positivo" y el compromiso de los empresarios con las reformas emprendidas, que a su juicio constituyen "una oportunidad que hay que aprovechar".
El primero en tomar la palabra, después de Zapatero, fue el presidente de Telefónica, César Alierta, seguido del presidente de la CEOE, Juan Rosell, Emilio Botín y el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) y de La Caixa, Isidro Fainé.
También intervinieron el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán; el presidente de Repsol, Antonio Brufau y el de Enagás, Antonio Llardén, así como los de Endesa, Cepsa y Gas Natural, Borja Prado, Santiago Bergareche y Salvador Gabarro.
Todos ellos coincidieron en la necesidad de que se alcance "cuanto antes" un pacto energético, y pidieron al Gobierno que "defina" sus próximas actuaciones en esta materia.
El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, apuntó que España tendrá que afrontar reformas "con más profundidad" que el resto de la Unión Europea para poder conseguir más financiación y evitar que la economía española "se estanque".
El presidente del grupo constructor Ferrovial, Rafael del Pino, abogó por poner en marcha políticas que mejoren la competitividad de las empresas españolas.
Zapatero quiso mostrar una imagen sólida y de continuidad
Asimismo, fuentes próximas a los empresarios señalaron que Zapatero se ha esforzado en comunicar una imagen sólida, asentada, que no está de salida y que ya ha pasado lo peor de la crisis.
Los empresarios también han animado al Gobierno a mantener la línea de reformas iniciada, con especial incidencia en el cumplimiento del calendario de consolidación fiscal para no perder la confianza que los mercados han mostrado discriminando de manera positiva a España, y sin vincularla con Portugal.
Por su parte, fuentes de la CEOE explicaron que la patronal ha insistido en la necesidad de llegar a un acuerdo sobre la reforma de la negociación colectiva y en la reducción del gasto de las Administraciones Públicas.
Los responsables de las grandes empresas españolas volverán a La Moncloa dentro de tres meses para analizar la situación económica y el resultado de las medidas contra la crisis.