Expertos cuestionan que la resolución de la ONU permita el apoyo a los rebeldes libios
- El ex alto representante en Bosnia afirma que "rebasa la resolución"
- El Instituto Elcano advierte que puede derivar en "injerencia en asuntos internos"
- Rusia critica que se apoye a uno de los bandos en la guerra civil
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La interpretación de la resolución 1973 de la ONU se ha convertido en caballo de batalla entre quienes apoyan la operación de la coalición internacional sobre Libia y quienes piensan que se está extralimitando.
La resolución habla de "tomar todas las medias necesarias (...) para proteger a los civiles y áreas pobladas por civiles de las amenazadas de ataque". Según algunos expertos en derecho internacional, a la luz de esta definición los bombardeos sobre las tropas libias pueden carecer de justificación legal.
Esta es por ejemplo la opinión del ex alto representante para Bosnia y Herzegovina Paddy Ashdown, quien fue líder de los liberal-demócratas, hoy en el gobierno de coalición en Reino Unido. El "apoyo continuado (a las tropas rebeldes) parece estar desembocando en apoyo a un cambio de régimen, lo que rebasa la resolución del Consejo de Seguridad" de la ONU, afirma Ashdown, citado por el diario británico The Guardian.
Por su parte, el profesor de derecho internacional del University College London Philippe Sands considera que va a resultarles difícil a los países de la coalición anti-Gadafi justificar legalmente sus acciones militares.
Según Sands, cada vez resulta más difícil justificar los ataques contra las fuerzas del coronel Gadafi con el calificativo de "preventivos". "Es difícil desde el punto de vista del derecho internacional defender el empleo preventivo de la fuerza para proteger a civiles de una amenaza que podría ocurrir en un futuro", explica el profesor británico.
Su colega Nicholas Grief, director de estudios de derecho en la Universidad de Kent, cree posible, aunque difícil, que se trate de llevar la materia al Tribunal Penal Internacional. Para Grief, con los últimos ataques la coalición parece haberse puesto claramente de parte de los rebeldes y "puede haberse extralimitado".
Malcolm Shaw, del centro Lauterpacht de derecho internacional en la Universidad de Cambridge, cree que las acciones contra objetivos militares están justificadas "dado que hay concentraciones de tropas libias que siguen representando una amenaza creíble a la población civil".
"La resolución del Consejo de Seguridad no habla de proteger a civiles de ataques, sino de la amenaza de ataques, así que mientras el Gobierno libio mantenga una fuerza en posición de combate, sus tropas son objetivos legítimos", afirma Shaw.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, cuyo país se abstuvo en la votación de la resolución del Consejo de Seguridad, advirtió el lunes de que "la intervención en lo que es esencialmente una guerra civil interna no está sancionada por la resolución" de la ONU.
Pero el secretario de Estado del Foreign Office británico Alistair Burt defendió los bombardeos: "Las fuerzas de Gadafi han amenazado a civiles mediante el avance de su maquinaria militar. Y como se ha visto, hemos tomado medidas para acabar con esa amenaza".
¿Protección de civiles o injerencia en asuntos internos?
En España, Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano, cree que precisamente la dificultad de adoptar una resolución "negociada bajo presión" ha provocado que su texto pueda permitir ambas interpretaciones.
"Mientras unos miembros de la coalición hacen una lectura humanitaria de la operación, Francia, Reino Unido y EE.UU. entienden que va más allá, y claramente están tomando parte en un conflicto y están apoyando a los rebeldes, que se mueven con cobertura aérea y ataques a tierra de estas fuerzas", explica arteaga en declaraciones a RTVE.es.
Este comportamiento, dice, "desplaza la intervención desde la óptica de la responsabilidad de proteger a la injerencia en asuntos internos". "El problema que se les plantea es que (los tres países) pensaban que atacando a las fuerzas armadas se iba a producir una desbandada o que iban a abandonar a Gadafi. Si lo consiguen, muy bien, pero si no llegamos a una situación en la que hay que atacar poblaciones como Sirte y Trípoli; la carga de la prueba se volvería en su contra", subraya Arteaga.
El investigador del Instituto Elcano cree que cuando el jueves o el viernes todo el mando pase a la OTAN habrá países como Turquía o Alemania que pueden ejercer su veto en la elección de los objetivos militares.