Un inventario de cometas en los anillos ondulados de Júpiter y Saturno
- Los anillos de estos planetas actúan como un registro gigante del universo
- Conservan el efecto de cada cometa que pasa a su alrededor
- Dejan huellas y marcas que los investigadores pueden descubrir a posteriori
En 1983, aunque no fue registrado, un cometa golpea los anillos de Saturno. Casi una década más tarde, otro cometa colisiona con los de Júpiter. Y los dos dejaron su 'huella', según recogen dos estudios publicados este jueves por la revista Science.
Las dos colisiones, afirman los investigadores, provocaron unos patrones de ondas residuales en los anillos de los dos planetas. En ambas ocasiones, los cometas chocaron contra los anillos, alteraron su forma y quedaron 'grabados'.
Estos hallazgos pueden ayudar a resolver un rompecabezas planetario, porque han desvelado que los anillos de un planeta actúan como un registro gigante y conservan el efecto de cada cometa que pasa a su alrededor.
Así, cuando se estudian las 'marcas' que los cometas han ido provocando a lo largo del tiempo, los científicos pueden reproducir la historia de los impactos en años e incluso en décadas anteriores. Como si fueran los anillos de un árbol, que permiten apreciar cuántos años tiene.
“Los anillos son un registro gigante donde se 'graban' todos los impactos“
Además, al observar cambios en los anillos planetarios, los científicos podrían ser capaces de descubrir la frecuencia con la que los cometas y otros pequeños objetos se topan con los planetas.
E incluso podrían determinar cuántos de estos pequeños objetos existen en los planetas exteriores del sistema solar.
Ondas inusuales
Al analizar imágenes de los anillos de Júpiter, Mark Showalter -responsable del estudio- y su equipo de investigadores notaron patrones inusuales en los anillos del planeta, como si tuvieran la forma de un tejado de uralita.
Pero no fueron los únicos que apreciaron algo extraordinario, porque Matthew Hedman y sus colegas también descubrieron otros patrones similares de onda en los anillos de Saturno.
Los dos equipos midieron las propiedades de las ondas y las compararon con los cálculos de cómo deberían evolucionar dichas estructuras a lo largo de los años.
“El patrón de las ondas representa la forma de un tejado de uralita“
Su análisis probó que los golpes en los anillos planetarios de Saturno y Júpiter fueron provocados por cometas que se habían estrellado contra estas superficies. Y los escombros, desequilibraron ligeramente los dos anillos. Los movieron.
Además, los investigadores fueron capaces de precisar los años exactos en que ocurrieron los impactos. La colisión del cometa en los anillos de Saturno se produjo en 1983 y la de Júpiter, en el verano de 1994.