Ruiz Barrachina: "La familia de Enrique Morente aún no ha reunido fuerzas para ver el documental"
- Morente. El barbero de Picasso se estrena en el Festival de Málaga
- El director confiesa haber "echado de menos" al cantaor en el montaje
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Este jueves se estrena en el Festival de Cine de Málaga Morente. El barbero de Picasso, el documental que sin quererlo se ha convertido en el legado póstumo del genial cantaor granaíno y que su familia no ha podido aún ver porque no ha reunido fuerzas para ello.
"Tienen unas ganas enorme de verlo, lo ha intentado pero es superior a sus fuerzas. Está muy fresco aún y es muy doloroso, máxime por lo inesperado de la muerte", explica en una entrevista con RTVE.es su director, Emilio Ruiz Barrachina, quien recuerda que hace apenas tres meses que se fue Enrique Morente, fallecido el 13 de diciembre.
La viuda, Aurora Carbonell, y los hijos de Enrique Morente, Estrella, Soleá y José Enrique, estarán este jueves en la presentación a la prensa y esta noche se subirán al escenario del Teatro Cervantes de Málaga para agradecer el calor del público, antes de la proyección. "Eso ya es un gran esfuerzo que yo les agradezco, pero más allá de eso no sabemos qué van a hacer. Soleá me ha dicho que está pensando seriamente ver la película en Málaga, que sabe que le costará, pero que estar acompañada de 1.500 personas igual le da fuerzas...", comenta Ruiz Barrachina.
Y es comprensible ese dolor pues la película muestra a un Morente muy auténtico y muy cercano, rodeado de su familia y de sus vecinos, un Morente "en estado puro", como lo define el director. "Era una persona muy abierta y no iba en absoluto de divo; si hablabas diez minutos con él ya podías decir que eras su amigo".
El gran acierto, dejar a Morente ser él
Ruiz Barrachina, a raíz de la investigación para su documental Lorca, el mar deja de moverse (2006), en 2005 conoció y trabó amistad con Morente -el artista cantó sus versos en En la Casa Museo de Federico García Lorca (1998) y luego los revolucionaría en Omega (1997)-. Un par de años después, cuando el cantaor grabó el disco Picasso de Málaga (2008), con los versos escritos por el pintor malagueño, y el cineasta lo escuchó, vio claro que allí había "un peliculón".
Y así se concibió Morente. El barbero de Picasso, rodado durante un año y que incluye dos conciertos inéditos en Buitrago de Lozoya -donde nació el barbero de Picasso- y en el Liceo de Barcelona y la versión de "Ángel caído", la última canción que interpretó el granaíno.
"El gran acierto de la película fue dejar a Enrique Morente ser él, darle absoluta libertad", indica Barrachina, que no ha dejado de insistir en que la muerte del cantaor no ha cambiado nada del documental, que su montaje es "fiel" a la concepción que ambos planearon antes de fallecer y no se ha introducido un solo plano para darle más emotividad, "aunque ahora las cosas tengan otro valor y otro significado".
De hecho, el último plano del documental, en el que Morente se queda solo frente a la inmensidad del escenario de un Liceo vacío tras el concierto, tenía el significado de la soledad del artista después de entregarse al público. "Ahora parece que tiene otro, el de la despedida y la partida, pero no se ha montado así por eso", señala el director.
No obstante, Ruiz Barrachina reconoce que, pese a que el montaje estaba acordado con el cantaor -estaban citados en la sala de montaje el 13 de diciembre, el día de su muerte-, lo ha "echado de menos" a la hora de llevarlo a cabo. "Primero, como amigo y como persona, y segundo porque era una persona muy creativa y con capacidad de darle una vuelta de tuerca a todo y seguro que habría hecho algún aporte", explica.
La magia del Guernica
Uno de los momentos más llenos de magia de Morente. El barbero de Picasso es cuando el artista canta frente al Guernica, que era su "obsesión" y que se rodó el día antes de que lo ingresaran para una operación programada en el hospital, del que ya nunca saldría.
Se rodó de madrugada, con el Museo Reina Sofía cerrado al público y con las alarmas desconectadas. "No teníamos nada pensado y fuimos a ver qué se nos ocurría. Morente miró el cuadro durante cinco minutos y me dijo que ya sabía lo que iba a hacer: iba a imitar las imágenes del cuadro, tirarse al suelo, gritar... Rodamos durante varias horas toda la noche y fue muy emotivo", comenta el director.
Allí, tumbado en el suelo, frente a la obra cumbre de su admirado Picasso, Morente pronunciaba las que serían sus últimas palabras ante una cámara y en las que, curiosamente, hace un resumen de toda su vida en dos minutos: "No sé si todavía entiendo la obra en toda su inmensidad", se arrancaba el artista, para luego narrar cómo salió de España para actuar en Nueva York siendo todavía un "semianalfabeto de la dictadura", cuando allí estaba aún el Guernica, y cómo el cuadro le impresionó; cuando la obra regresó a España, con un Morente que ya devoraba libros, fue a verla al Casón del Buen Retiro y le emocionó. "Es una obra que me ha inspirado para tener un poco más de conocimiento y más conciencia de las cosas que pasan", confesaba el cantaor.
Otro de los momentos mágicos del documental, producido por Universal y rodado con el mejor sonido técnicamente posible y siete cámaras que el director escondía para captar a Morente desde todos los ángulos, es la primera actuación en público del cantaor con sus tres hijos.
"Estaba previsto reunir a la familia para cantar, pero no estaba planeado que saliera tan bien", reconoce Barrachina, para el que esa secuencia del documental rodada en los Baños Árabes de Granada, es "la parte más cinematográfica de la película, algo que trasciende a la música, con ese juego de miradas de unos hijos que querían demostrarlo todo ante su padre".
Una película redonda
Al director le gusta hablar más de película musical que de documental y, de hecho, cree que es una obra "muy cinematográfica y audiovisual", en la que imperan más las imágenes que la música, aunque ésta sea parte fundamental. "Creo que ha quedado una película muy redonda y que hace justicia al trabajo de Enrique", afirma.
Pese a la repercusión que la inesperada muerte del cantaor ha dado al documental y que la haya convertido en un trabajo póstumo, Barrachina considera que tiene "un valor en sí muy grande" más allá del fallecimiento de Morente. De hecho, cree que con Morente vivo habría tenido mucha más valía.
Tras su paso por Málaga, Morente. El barbero de Picasso se estrena en las salas comerciales el 8 de abril, fecha que casualmente coincide con el 38 aniversario de la muerte del pintor malagueño, y viajará a varios festivales internacionales como los de Shanghai, Montreal, La Habana, Buenos Aires o Londres y se baraja la posibilidad de Cannes.
En esta promoción internacional es donde el cineasta ha podido corroborar la gran pérdida que ha supuesto la muerte de Morente. "En el flamenco hay grandes intérpretes, pero no renovadores como Morente. De hecho, fuera de nuestras fronteras a día de hoy tres nombres son los que siempre salen: Paco de Lucía, Camarón y Morente, reflexiona Barrachina, que confiesa que esta noche, sobre el escenario del Teatro Cervantes, donde el cantaor quiso que se estrenara la película, será cuando verdaderamente se dé cuenta de que ya no está porque tendrá que hablar por él sin su compañía.