Los diez pasos del vía crucis de Zapatero
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El desgaste sufrido por la crisis económica y las alarmantes cifras del paro están, sin duda alguna, detrás de la caída en las encuestas de José Luis Rodríguez Zapatero, que finalmente ha decidido dejar el paso libre a otro candidato que pueda remontar unos sondeos muy desfavorables de cara a las elecciones generales de 2012.
Precisamente la crisis le ha obligado a tomar medidas poco populares en forma de recortes a algunos sectores especialmente sensibles como los pensionistas o funcionarios, además de la polémica reforma laboral.
Reformas "necesarias" para el Gobierno que han puesto al rojo vivo el diálogo social con la total ruptura de la paz con los sindicatos y la convocatoria de una huelga general. Reformas que han llevado también a Zapatero, en más de una ocasión en los últimos meses, a la soledad parlamentaria.
Golpes también los que se ha llevado el presidente en las citas electorales celebradas desde 2009. El PSOE perdió la Xunta de Galicia ese año y se llevó el mayor batacazo de su historia en Cataluña en 2010. En las elecciones europeas el PP venció a los socialistas por la misma diferencia por la que había perdido las generales en 2008.
La losa de la crisis económica
La crisis económica ha ahogado a Zapatero hasta el punto de convertirse, tal y como él mismo ha reconocido en numerosas ocasiones, en el único y principal objetivo del Gobierno.
Le costó mucho reconocer la situación económica y pecó de exceso de optimismo al creer que España se libraría de los vaivenes económicos que ya hacían mella en EE.UU en 2007 cuando se colapsó el sistema financiero. En julio de 2008 pronunció por primera vez la palabra crisis. Según ha dicho en reiteradas ocasiones, nadie podía preveer la magnitud de la coyuntura económica mundial.
En enero de 2009 España entra en recesión y el 29 de marzo por primera vez el Banco de España se ve obligado a intervenir una caja, Caja Castilla-La Mancha.
Desde entonces el Gobierno se ha afanado en aprobar planes de estímulo, reformas, recortes de gasto, nuevas leyes y la reorganización de las cajas para mejorar la situación y recuperar la confianza de los consumidores que ha caido a cifras record en estos años.
La oposición en el Congreso, y en especial el PP, ha utilizado la crisis como arma arrojadiza contra Zapatero al que culpan de "gestión nefasta". La preocupación de los españoles por este asunto ha aumentado progresivamente hasta convertirse en el segundo problema para los ciudadanos, después del paro.
El drama del paro
En enero de 2009, el exministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dijo que "de ninguna manera" llegaríamos a los cuatro millones de parados. La cifra supera, en febrero de este año, los 4.250.000, según el INE. La EPA eleva la cifra al 20,33% de la población española. Y más de un millón de hogares tiene a todos sus miembros parados.
La alarmante situación ha hecho que, según el último barómetro del CIS, el paro se haya convertido en el principal problema para el 83,9% de los encuestados, alcanzando la cifra más alta de la última década.
Este marzo, Zapatero dijo en el Congreso que esperaba datos de recuperación del empleo ese mes "con toda seguridad" y Rajoy le replicó que era imposible creerle porque todos sus augurios se habían visto desmentidos.
Zapatero ante su huelga general
El presidente del Gobierno se ha visto obligado a tomar medidas muy poco populares ante la gravedad de la crisis económica. En mayo de 2010, Zapatero acometió una profunda reforma que suponía la reducción del salario a los funcionarios y la congelación de las pensiones en el mayor recorte social de la historia de la democracia.
Solo un mes después presentó una reforma laboral que abarataba el despido y que terminó de calentar el ambiente con los sindicatos, con los que ya había escenificado la ruptura del diálogo social. Estos se quejaban de un viraje a la derecha de las políticas del 'presidente del talante'.
Tuvo que hacer frente en septiembre a su primera huelga general, la sexta en democracia. El Gobierno esperó a capear el temporal y retomó meses después el diálogo social con sindicatos y empresarios con los que en este momento mantiene un clima de diálogo y aunque sigue habiendo posiciones encontradas en diversos temas, hay voluntad para llegar a acuerdos.
Los batacazos electorales
Los sondeos no son nada favorables al PSOE de cara a las próximas elecciones generales. Según el CIS, en el mes de febrero de 2010 el PP aventajaba en intención de voto en más de 10 puntos a los socialistas que se aferran a que mejore la situación económica y a dar la vuelta a las encuestas.
El primer batacazo electoral fue en Galicia en marzo de 2009. El candidato 'popular' Alberto Nuñez Feijoo, arrasó en los comicios autonómicos obteniendo mayoría absoluta. Zapatero mitigó este golpe con la alegría generada tras convertirse Patxi López en lehendakari gracias al apoyo del PP, eso sí.
En los únicos comicios en los que ha votado toda España desde las últimas generales, las elecciones europeas, ganó el PP con el 42,2% frente al 38,5% de los socialistas. Los 'populares' consideraron este resultado como el "comienzo del cambio político" mientras que el PSOE se negó a ver un voto de castigo en las urnas.
Las elecciones más recientes fueron un varapalo para los socialistas catalanes. El PSC obtuvo el peor resultado de su historia, obligando a Montilla a abandonar la dirección del partido.
Las crisis de Gobierno
La marcha del vicepresidente económico, Pedro Solbes, fue una de las más sonadas en la crisis de Gobierno de 2009. Abandonaba el barco uno de los hombres fuertes del Gobierno y en plena crisis económica. En este cambio, Zapatero buscó un Gobierno con más peso político dando entrada al Ejecutivo a nombres como José Blanco, Manuel Chaves y Trinidad Jiménez.
Ya en ese momento se cuestionaban carteras como la de Vivienda y sobre todo, la de Igualdad, que en tiempos de crisis, eran entendidas por muchos como un gasto innecesario.
El jefe del Ejecutivo esperó hasta la que ha sido la última remodelación, el 20 de octubre de 2010, para suprimir estos dos ministerios. Lo más destacado de esta profunda remodelación fue la salida de la exvicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que dio el relevo a un ahora todopoderoso Alfredo Pérez Rubalcaba, que se convertía en más que la mano derecha del Gobierno.
Las teorías políticas no se pusieron de acuerdo en relación a este movimiento con Rubalcaba. ¿Pretendía Zapatero blindarse ante el desgaste sufrido por la crisis con la figura de un nuevo escudero o le colocaba claramente como su sucesor?
El balance tras esta úlima remodelación era el siguiente: de los 38 ministros nombrados desde 2004, Zapatero solo mantenía a Elena Salgado.
Soledad parlamentaria
El debate sobre el estado de la nación en 2010 puso de manifiesto la soledad parlamentaria de Zapatero al que el PP le pidió el adelanto de elecciones generales.
"Está agotado", "está en otra galaxia", "no arranca ni a tiros", "se ha pasado al terreno de la derecha" o "es el ciego que no quiere ver" son algunas de las perlas que le dedicaron los diferentes grupos parlamentarios en el debate más importante del año en el que Zapatero se aferró a la silla diciendo que "seguiría, cueste lo que cueste".
Pero no solo en el análisis del panorama nacional nadie le acompañó en sus teorías para salir de la crisis, en el pleno de aprobación de los Presupuestos Generales del Estado sufrió para sacar adelante las cuentas.
Tal y como ya había ocurrido en otras votaciones, el PSOE sacó adelante la votación más importante del año por la mínima y con pocos acuerdos. Solo el PNV (tras una complicada negociación) y CC dieron el visto bueno a las cuentas de Zapatero.
El pulso perdido con Gómez en las primarias de Madrid
Se equivocó de candidato y la jugada le hizo perder autoridad en un momento difícil. Zapatero se empeñó en que Tomás Gómez, secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), dejara el camino libre a Trinidad Jiménez para que ésta fuera la candidata socialista en Madrid contra Esperanza Aguirre.
Le invitó a marcharse pero Gómez le lanzó un órdago en forma de primarias que resultaron un dardo envenenado para el aparato del partido que apostó claramente por la ministra de Exteriores.
El propio Zapatero la apoyó públicamente y muchos como Rubalcaba se atrevieron a decir que el único activo de Gómez había sido decir no a Zapatero. Unas bases madrileñas poco dadas a la sumisión no acataron la vía oficial marcada por Ferraz y auparon al de Parla como candidato a la presidencia de Madrid.
Después, unos y otros han tratado de limar asperezas diciendo que el candidato cuenta con el apoyo de todo el partido.
Estado de alarma por primera vez en la historia
Zapatero se enfrentó en diciembre de 2010 a una situación sin precedentes en la historia de la democracia española. Un sector aéreo, el de los controladores, paralizaba el país con una huelga salvaje que hacía cerrar el espacio aéreo.
Ante la gravedad, el Gobierno decidió decretar el estado de alarma. El encargado de dar a conocer esta decisión sin parangón no fue el presidente sino el vicepresidente.
El PP criticó al jefe del Ejecutivo por escudarse en el vicepresidente y dijeron que no daba la cara ante una situación tan grave. Posteriormente hubo más críticas cuando el Gobierno decidió prorrogar quince días la alarma.
El PP se abstuvo y ERC, IU, ICV, BNG, NaBai y UPyD votaron en contra. Ni siquiera en una situación única en España el presidente pudo concitar el consenso necesario.
Rodiezmo y Vistalegre ya no lucen a Zapatero
La fiesta minera de Rodiezmo se convertía cada mes de septiembre en el santuario socialista por excelencia donde el PSOE sacaba toda la artillería pesada, incluida 'La Internacional'. Zapatero se daba un baño de multitudes y aprovechaba para anunciar una subida en las pensiones. Este año el horno no estaba para bollos, así que el presidente hizo mutis por el foro y no apareció por León.
Los ánimos sindicales más que caldeados en ese momento no invitaban a una exposición donde existía el riesgo de que la banda sonora del movimiento obrero fuera sustituida por los pitos y reproches de los suyos.
Solo unos días después de la fiesta minera, los sindicatos CC.OO y UGT organizaban un acto en la plaza de Vistalegre de Madrid para animar a secundar la huelga general donde se oían gritos de "Zapatero, dimisión" entre un público más dado a votar a la izquierda que a la derecha.
Precisamente, el PSOE suspendía este mes de marzo un multitudinario mitin en Vistalegre, previsto para el 3 abril, en el que iba a participar Zapatero.
El PP rápidamente se lanzó a decir que los socialistas escondían y se avergonzaban de su líder, mientras que el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, justificaba la decisión, muy enfadado, diciendo que él decidía cómo desarrollar la campaña electoral y que lo hacía "para ganar las elecciones".
El Estatut que defendió, en entredicho
El PSC lo dijo. "Un fallo que cuestione el Estatut sería un golpe muy duro Zapatero". Son palabras del portavoz de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, en agosto de 2009. El Tribunal Constitucional dictó sentencia en junio de 2010 y aunque avaló la mayor parte del texto estatutario, recortó aspectos simbólicos, algo que sentó muy mal en Cataluña.
Zapatero tuvo que pedir calma a los miembros del tripartito (PSC, ERC y ICV) y el expresidente catalán, José Montilla, le pidió "más hechos que palabras" para demostrar su compromiso con el autogobierno catalán.
El presidente prefirió ver el vaso medio lleno diciendo que la sentencia echaba por tierra la teoría 'popular' del "España se rompe", pero también reconoció que la sentencia suponía un problema para Cataluña y para España. Meses más tarde, Montilla tenía el peor resultado de la historia de los socialistas en Cataluña.
ETA entró en campaña con el caso Faisán
A medida que se han ido acercando las elecciones municipales y autonómicas, ha ido saltando por los aires el pacto de no agresión entre el PP y el PSOE en relación a la política antiterrorista.
Todo a cuenta del caso Faisán que investiga el posible chivatazo a ETA y con el que el PP se ha cebado con el máximo responsable de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Aúnque las acusaciones han ido directamente al vicepresidente, los 'populares' también han tratado de elevar la responsabilidad hasta el jefe del Ejecutivo.
Así, en febrero de este año el PP dijo que "Zapatero estuvo en el origen del chivatazo". Acusaron al presidente de estar en el origen de las decisiones que derivaron en la supuesta información al aparato de extorsión de la banda terrorista.
También han dicho que el ministro de Interior ocultó información a Zapatero, por lo que éste tenía la obligación de cesarlo.