La boda real británica, el 'trending topic' de las calles de Londres
- Obreros y jardineros trabajan a destajo para tenerlo todo listo en la capital
- Los artículos de regalo de la boda se exhiben en las tiendas de Londres
- Aunque la opinión pública está dividida, todos hablan del gran acontecimiento
La imagen del príncipe Guillermo y su prometida Kate Middleton se cuela hasta en la sopa. Literal. De los grandes clásicos en souvenirs como tazas, camisetas, llaveros, platos o postales hasta lo último en artículos de recuerdo: carcasas de teléfonos móviles, ropa interior, preservativos y hasta bollería y pasta de macarrones.
¿Quiénes compran estos regalos? “Ingleses, sin duda, la mayoría de los que los están comprando son británicos. De todo el país, vienen y se llevan un montón de artículos de recuerdo para ellos y para sus familias y amigos”, explica Ahmed, dependiente de una tienda en Shaftesbury Avenue, en pleno barrio de Picadilly. “Los turistas se acercan, los miran, les hacen gracia pero pocos se los llevan”.
Para los británicos, el enlace real es el gran acontecimiento de los últimos años. Una buena noticia en tiempos de crisis que les hará olvidar un poco las penurias económicas y contribuirá a mejorar la imagen de la Casa Real británica, salpicada de escándalos y divorcios.
“No se puede comparar a la boda de nuestra querida Lady Di, pero para nosotros es una alegría porque también queremos mucho a William”, asegura Martha, una mujer de sesenta y cinco años, mientras se dispone a comprar una cajita de té con la imagen de la pareja real.
Trabajo a contrarreloj para la puesta a punto
Y no sólo se respira el ambiente prefestivo en las tiendas de regalo, en la capital británica obreros y jardineros trabajan a destajo para que todo esté perfecto el día de la boda, el próximo 29 de abril.
Los alrededores de la Abadía de Westminster, donde se celebrará el enlace, están vallados y los jardines próximos al Palacio de Buckingham también han sido cerrados al público. Otros lugares populares de la capital también están siendo restaurados para la ocasión.
Mientras los turistas pasean ajenos a estos preparativos, los londinenses ya están pensando en la oleada de invitados, curiosos y prensa internacional que invadirán la capital en apenas tres semanas.
Admítelo, estás hablando de la boda real
“Si no fuera porque a mi mujer le encantan estas cosas, yo me iba a la Costa del Sol a pasar esos días”, afirma riéndose Paul, camarero de un bar al otro lado del río Támesis, frente a Westminster. Y es que, en mayor o menor medida, la boda real cambiará la rutina de los británicos durante algunos días, aunque solo sea porque la pareja se casa un viernes y han declarado ese día festivo nacional, con lo que ganan un día de vacaciones.
“Si no fuera por mi mujer, me iba a la Costa del Sol hasta que pase la boda“
Como reza el titular del suplemento del fin de semana del diario The Times: “Admítelo , estás hablando de la boda real”. A favor o en contra, todo el mundo opina. Sobre el anillo de pedida (que perteneció a la difunta princesa de Gales), sobre la despedida de soltero de ambos, sobre la música que elegirán para la ocasión, sobre el color de las flores, sobre la lista de invitados y, por supuesto, sobre el vestido.
“Su vestido no es un simple vestido de novia sino una gran bandera que simboliza su gusto, su compromiso con la moda, su actitud hacia el dinero en un momento en el que la economía del país está de capa caída”, explica Alexandra Shuman, editora de Vogue en su artículo en el Times “La ames o la odies, la boda real te importa”.
“No solo es un vestido de novia, es una gran bandera “
‘Quedadas’ para ver la boda en televisión
Al igual que se hace con un derby futbolero, con la final de una serie de televisión o con una gala de premios, ya hay quienes están preparando una fiesta con los amigos y la familia para ver la boda.
Los informativos británicos dedican varios minutos al día a relatar lo último sobre la pareja. Desde el funeral de Lady Di en 1997, que siguieron por televisión 32 millones de personas solo en Reino Unido, y el Jubileo de Oro de la reina Isabel II, ningún acontecimiento relacionado con la Casa Real británica había causado tanta expectación.
“Solo necesitamos algo de sol y la boda real causará una buena sensación en todo el mundo”, afirma en The Times un comerciante. Con 65 días de sol al año, va a ser mucho pedir.