La ONU tardará dos años en saber los efectos de la radiación de Fukushima en la salud humana
- Tampoco se tendrá una visión clara de las consecuencias en el medioambiente
- La ONU considera que la situación aún es "inestable" e impredecible
La ONU considera que tardará al menos dos años en evaluar en profundidad los efectos en la salud humana y en el medioambiente de las emisiones radioactivas del accidente de la central nuclear japonesa de Fukushima.
El presidente del Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica, Wolfgang Weiss, ha asegurado que pese a la experiencia acumulada en accidentes como el de Chernóbil (Ucrania) y a la información de que ya se dispone, la "situación en los reactores es aún inestable y nadie sabe lo que pasará mañana".
"Tenemos mucha información, pero no siempre la que nos gustaría tener", ha explicado el experto alemán que, sin embargo, considera que no cree que el accidente nuclear vaya a tener un impacto grave sobre la salud, ya que la población que vivía en los alrededores de Fukushima ha sido evacuada.
Fukushima no es Chernóbil
Weiss considera que el desastre de Fukushima ha sido menos grave que el de Chernóbil en 1986, pero mucho más dramático que el Three Mile Island de 1979 en "términos medioambientales".
"Si bien después de Chernóbil, la gente de la entonces Unión Soviética continuó ingiriendo yodo radioactivo en leche y verduras", en Fukuhima no ha sido así, ha indicado.
"En los alimentos la gente está hablando acerca de los niveles que le daría un milisievert por año, cinco milisievert por año, pero esto no es nada", donde se espera un gran impacto de la salud", ha valorado Weiss.
Test de tiroides en niños
A pesar del avance, los expertos en el país consideran que los reactores dañados aún no están controlados, casi un mes después del terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo.
Fred Mettler, otro miembro del comité nuclear de la ONU, ha pedido a las autoridades japonesas que comiencen a realizar test de tiroides a los niños. "El único efecto comprobado después de Chernóbil fue el cáncer tiroideo en niños".