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El abandono total de la energía nuclear costaría a Alemania cerca de 2.000 millones anuales

  • Un diario germano eleva ese coste hasta 3.000 millones al año
  • Merkel se reúne con los presidentes regionales para negociar el cierre

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El ministro alemán de Economía, el liberal Rainer Brüderle, ha asegurado este viernes que el abandono de la energía nuclear le costará a su país entre 1.000 y 2.000 millones de euros al año, en función de las características finales del proceso.

El ministro ha realizado esta estimación en una entrevista con la radio pública Deutschlandfunk y ha aclarado que la cantidad definitiva dependerá de las pruebas de seguridad que se realizan en estos momentos y del calendario de desconexión final que se acuerde tras la actual negociación política.

Sus declaraciones contrastan con la información aparecida en el rotativo "Süddeutsche Zeitung", que considera que el cierre definitivo de las 17 plantas atómicas de Alemania supondrá unos 3.000 millones de euros anuales.

Cumbre energética nacional centrada en las nucleares

Este cruce de informaciones se ha producido poco antes de que arranque en Berlín una cumbre energética nacional con la canciller, Angela Merkel, el ministro Brüderle y los 16 presidentes de los estados federados o lander.

Los asuntos incluidos en la agenda de este encuentro de alto nivel son el abandono definitivo de la energía atómica, el desarrollo de energías alternativas y la modernización de las redes eléctricas.

Dentro del primer asunto, uno de los puntos más espinosos es quién soportará financieramente los costes del cierre de las centrales nucleares, pues los consumidores finales no quieren que el proceso se repercuta en las facturas y los consorcios energéticos exigen la colaboración estatal.

La negociación para abandonar por completo el uso de la energía nuclear se reabrió en Alemania a raíz de la catástrofe de Fukushima y pocos meses después de que el Ejecutivo de Merkel hubiese decidido prolongar la vida de todas las centrales del país. Las consecuencis de la crisis nuclear nipona han causado así un brusco giro a la política energética de Merkel, muy condicionada por las elecciones regionales que se celebran este año en el país.