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El comando Erreka construía detonadores y dio información para matar a un ertzaintza

  • Facilitaron la información con la que se asesinó a un ertzaina en 2001

Según el auto, la intención de ETA era establecer un depósito de explosivos    

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El comando Erreka era el polvorín de ETA

Los integrantes del comando Erreka trataban el material explosivo y construían detonadores en el caserío Olalde de la localidad guipuzcoana de Legorreta que después distribuían entre los zulos hallados en Guipúzcoa y Navarra, según ha informado este sábado la Guardia Civil.

El instituto armado ha mostrado a los medios de comunicación todo el material incautado en la operación contra este comando de ETA,  presuntamente formado por Aitor Esnaola, arrestado el martes en Legorreta Dorronsoro, y Andoni Goikoetxea Gabirondo, que logró huir.

El menor de los Esnaola, Aitor, ha guiado a los agentes de la Guardia Civil por montañas de Guipúzcoa y Navarra, donde el comando Erreka tenía ocultos cinco zulos. Los montes elegidos para los depósitos de material explosivo están situados en Zegama, Azpiroz y Baraibar, además de en el caserío familiar de Legorreta. En todos los puntos los agentes han encontrado más sustancias y elementos para la fabricación de bombas ocultos en bidones bajo tierra, en zonas boscosas de difícil acceso que la Guardia Civil ha recorrido a lo largo de todo el día apoyados por un helicóptero y decenas de vehículos. La intensa búsqueda comenzaba de madrugada, de nuevo en la vivienda de los Esnaola. En una nave anexa al caserío, escondido en un falso suelo, han hallado un nuevo arsenal con polvo de aluminio. Este elemento es el utilizado por ETA para elaborar el explosivo amonal, junto con el nitrato amónico que ya se encontró el pasado martes.

En la operación contra el Erreka fue detenido también Lander Etxeberria, a quien la Guardia Civil atribuye haber actuado de correo con la dirección de ETA, e Igor Esnaola, hermano de Aitor y que este viernes quedó en libertad tras comprobarse que no tenía relación con este grupo.

En total los agentes decomisaron cerca de 2.000 kilos de material explosivo en el caserío de Legorreta: 1.369 kilos de nitrato amónico, 43,1 de polvo de aluminio, 22,1 kilos de pentrita, 60 gramos de explosivo detonante Diazodinitrofenol (DDNP), 100 litros de combustible líquido y 98 detonadores eléctricos. También se hallaron 3.850 euros en efectivo y 19 cartuchos de 7,62.

Se trata, según la Guardia Civil, de la mayor cantidad de material explosivo incautado a ETA en España.

Facilitaban información sobre posibles objetivos

El comando Erreka facilitó a la dirección de ETA informaciones sobre potenciales objetivos, entre ellos un concejal de Lezo (Guipúzcoa), y sobre el mando de la Ertzaintza Mikel Uribe, asesinado de nueve disparos el 14 de julio de 2001 en la localidad guipuzcoana de Leaburu.

Así consta en el auto emitido este sábado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, que ha enviado a prisión a los dos presuntos miembros de ETA detenidos esta semana por la Guardia Civil: Aitor Esnaola Lander Etxeberria.

Según el auto del juez Marlaska, la información sobre el ertzaina asesinado transmitida más tarde a la dirección de ETA, sirvió para el atentado que acabó con la vida de Mikel Uribe, perpetrado en julio de 2001 por el "comando Zartako" integrado por miembros "legales" de la banda, es decir, no fichados por la Policía.

Además de recopilar información, la dirección de ETA había encomendado al comando Ekerra un "proyecto estratégico", como era el almacenamiento y distribución de explosivos para la banda.

El caserío de la familia Esnaola en Legorreta (Guipúzcoa) y la red de zulos desmantelada desde el martes, en los que se ha intervenido una tonelada y media de explosivos, se había convertido, según el juez, en un "nodo logístico" para la fabricación y almacenaje de material para la fabricación de artefactos.

Desde allí, el comando Ekerra distribuía el material a los grupos operativos por medio de una serie de puntos de entrega, de los cuales la Guardia Civil ha conseguido localizar siete, además de otros tres zulos en distintos parajes del País Vasco y Navarra.

La intención de ETA era establecer un depósito de explosivos

"La intención de la organización terrorista era el establecimiento de un depósito/laboratorio de explosivos en territorio de la Comunidad Autónoma Vasca, con la finalidad de evitar los constantes pasos de muga para realizar entregas de material a los comandos encargados de llevar a cabo los atentados terroristas, con el fin de minimizar los riesgos", concluye el auto.