El búho real se emancipa cerca del hogar paterno
- Las crías escogen intencionadamente un lugar determinado para asentarse
- Esta elección podría estar influenciada por el lugar de nacimiento
- Las incursiones en territorio desconocido que realizan con la madre es clave
Después de salir del cascarón, de ser alimentadas -durante un tiempo determinado en función de la especie- y protegidas por madres, las aves abandonan el nido y empiezan una nueva vida alejada del cobijo materno.
Sin embargo, la 'emancipación' del búho reales (Bubo bubo) no consiste únicamente en echar a volar sin rumbo, sino que las crías escogen un lugar determinado para asentarse.
Esta elección, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), podría estar influenciada por el lugar de nacimiento.
El trabajo, publicado en la revista Ecography, revela que las rapaces de esta especie nacidas en el mismo nido se dispersan en la misma dirección y seleccionar lugares de asentamiento más cercanos.
El resultado, señalan los investigadores, se ha comprobado tanto con ejemplares nacidos de la misma camada como con aquellos criados en el mismo nido, pero en épocas diferentes, y que podrían estar potencialmente emparentados.
“La ubicación del nido tiene un efecto en los movimientos de las crías cuando se dispersan“
"La ubicación del nido tiene un efecto en los sucesivos movimientos de las crías cuando empiezan a dispersarse", explica Vincenzo Penteriani, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana y responsable del estudio.
La distancia media entre los distintos lugares seleccionados para asentarse variaba entre los 5 (ejemplares emparentados) y los 7,5 kilómetros (ejemplares no relacionados nacidos el mismo año), según el seguimiento realizado a 72 búhos reales de 14 nidos diferentes localizados en Sierra Morena (Sevilla).
Además, "los individuos nacidos en el mismo nido empiezan la dispersión en fechas similares y frecuentan los mismos lugares año tras año", añade Penteriani.
Incursiones previas
Según los expertos, este fenómeno podría deberse a las incursiones en territorio desconocido que las crías hacen con sus madres antes de abandonar el nido de forma definitiva. Así, tenderían a independizarse hacia áreas donde ya han tenido experiencias previas.
“Los individuos no se dispersan al azar“
Estos resultados proponen que "los individuos no se dispersan al azar", sino que "el lugar de nacimiento de un individuo puede determinar a priori sus movimientos y tener consecuencias muy importantes a nivel de población", por lo que podría suponer una herramienta clave en la conservación de especies animales.
“Hay que tener mucho cuidado en la localización de los sitios donde los ejemplares reintroducidos son criados, ya que estas zonas actúan como nido de origen que predeterminaría su dirección a la hora de dispersarse", concluye el investigador.