Donar la sangre de cordón umbilical, altruismo desde la cuna para salvar vidas
- En España hay almacenadas más de 47.000 unidades en los bancos públicos
- Sirve para tratar enfermedades como la leucemia, por ser rica en células madre
Luisa y Eduardo decidieron donar la sangre del cordón umbilical de su segunda hija, Inés, que nació a finales de marzo en el Hospital Universitario de La Paz, en Madrid. "Nos pareció buena idea, siempre puedes ayudar a alguien (...) Cuando tienes hijos no sabes lo que te puede venir", señala la madre.
Él ya era donante de sangre y le pareció la mejor opción porque son firmes defensores de la salud pública y porque las posibilidades de que un niño necesite y pueda utilizar la sangre de su propio cordón, según los expertos, son ínfimas, por lo que ni siquiera contemplaron la opción de un banco privado.
En la actualidad, los siete bancos de sangre públicos que guardan unidades de sangre de cordón umbilical en España tienen almacenadas más de 47.000, un 13% más que el año anterior, según los datos de la Memoria de 2010 del Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO) de la Fundación Carreras. El año pasado se usaron 343 para su trasplante.
La sangre del cordón se obtiene en el momento del parto, una vez que el niño ha nacido y con la placenta aún en el interior de la madre. Se hace una pequeña punción para recoger la sangre y, si todo es correcto, se almacena para quien lo necesite en el futuro.
Pero, ¿para que se utilizan estas donaciones? La sangre de cordón umbilical es muy rica en células madre, que tienen una gran capacidad para fabricar las células de la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).
Por este motivo sirve para tratar enfermedades que tienen que ver con un funcionamiento incorrecto de la médula ósea, un tejido fundamental para la vida que se encuentra en el interior de los huesos largos y en el que se producen las células sanguíneas y del sistema inmunitario.
Tratamiento para leucemias y tumores
Según explica a RTVE.es el Gregorio Garrido, director médico de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) el trasplante de médula ósea se utiliza para tratar a pacientes con leucemias o con tumores que requieren una quimioterapia muy fuerte que les deja las defensas bajo mínimos.
Antes de que comenzara a usarse la sangre de cordón umbilical en 1988, la opción era un trasplante de células madre obtenidas de la médula ósea o de la sangre periférica de un donante compatible y sano a través de una aféresis. Es decir, conectando al donante a una máquina que se encarga de extraer las células madre, que circulan por la sangre, en un proceso "parecido a una diálisis", según explica a RTVE.es Nuria Marieges, la coordinadora del registro REDMO.
La elección de un tratamiento u otro depende del criterio médico y de lo que sea mejor para el paciente en cada momento. Y en última instancia, de que se encuentre un donante compatible entre los 15,5 millones que hay en todo el mundo o una unidad de sangre de cordón umbilical compatible entre las 500.000 que hay actualmente, según los datos facilitados por el doctor Garrido.
Un 25% de posibilidad de un hermano compatible
"La probabilidad de tener un hermano compatible es del 25%, de un familiar no hermano lo es del 5% y de alguien que no sea familiar lo sea es de entre el 1/70.000 y 1/40.000. Por eso están los registros de donantes y los bancos de sangre de cordón umbilical para aumentar esta probabilidad", explica este responsable de la ONT.
La probabilidad de encontrar un donante compatible en los registros es del 60%. Un porcentaje que aumenta si se busca también en los bancos de sangre. Esta sangre es "más tolerante a que no sean exactamente idénticas, hay menos problemas de rechazo", añade.
La sangre de cordón, sin embargo, por la poca cantidad que se obtiene en la extracción se suele usar en pacientes pediátricos y adultos con poco peso.
¿Banco público o privado?
En España, desde 2006, todas las unidades de sangre de cordón umbilical conservadas en territorio nacional tienen que ponerse a disposición del registro REDMO para su uso altruista en una donación. Por eso, los bancos privados que existen para uso autólogo almacenan sus unidades en el extranjero salvo que la familia diga lo contrario.
Pero, ¿sirve almacenar la sangre para uso propio? Los expertos de la ONT y de la Fundación Carreras creen que no. "Para uno mismo no tiene mucho sentido", explica Nuria Marieges. "Si la enfermedad es de origen genético no vale ni para ti ni para nadie más", añade.
Si un niño fue donante y luego desarrolla una leucemia, la unidad de sangre de cordón umbilical almacenada tiene, de hecho, que destruirse, explica el doctor Garrido.
Frente a los 10.000 trasplantes que se han hecho de sangre de cordón con las unidades de los bancos públicos solo hay tres casos de trasplantes autólogos recogidos en publicaciones científicas. Casos en los que además, según este experto, se podría haber optado por extraer las células madre a partir de la sangre del propio paciente antes de recibir el tratamiento agresivo para tratar el tumor.
"Hoy por hoy no tiene utilidad de forma inmediata", señala este experto de la ONT. "La posibilidad de necesitar un trasplante de médula ósea, sangre periférica o sangre de cordón en los primeros 20 años de vida es de 1/20.000, muy baja", añade.
Ángel Álvarez, fundador y responsable del banco de sangre Vidacord defiende, sin embargo, la opción del banco privado porque puede servir para un hermano.
La supervivencia, explica, es mayor con sangre del cordón del propio hermano (de un 73% a los dos años) que con médula ósea del hermano, sangre de otro niño o médula ósea no emparentada (37%).
La opción de la "donación dirigida"
Garrido rebate este argumento y asegura que si unos padres donan la sangre del cordón de su hijo y en el futuro un hermano necesita esa unidad la puede recuperar, siempre y cuando no se haya empleado ya. Algo poco probable porque el porcentaje de las unidades que se han usado es mínimo en comparación con todas las que existen almacenadas.
Existe además la posibilidad de la "donación dirigida" que consiste, según explica, en que "si una familia tiene un hijo que va a precisar un trasplante porque haya tenido una leucemia o cualquier otra enfermedad, si dona la sangre del cordón de su nuevo hijo (y hermano del enfermo) al banco público esa unidad se reserva (en caso de que sea compatible, es decir, un 25% de los casos) para el hermano enfermo y eso a coste cero, lo paga el sistema nacional de salud".
Requisitos para donar la sangre del cordón umbilical
La donación de la sangre del cordón umbilical es un acto completamente altruista y anónimo. No se recibe nada a cambio. La mujer debe ser mayor de edad, estar sana y firmar la autorización para la extracción. En Madrid, todas las maternidades están preparadas para este tipo de donación.
En el momento del parto, además de extraerse la sangre del cordón umbilical, que se recoge en una bolsa similar a la de las donaciones normales, se extraen también dos tubos de sangre a la madre para descartar posibles enfermedades como el VIH o la hepatitis. La madre tiene que rellenar también un cuestionario parecido al que se cumplimenta cuando se dona sangre para comprobar su estado de salud.
Las unidades se almacenan a 4ºC hasta su traslado al banco de sangre correspondiente donde se hacen todos los análisis pertinentes y se procesa para su conservación en tanques de nitrógeno líquido a -196ºC.
Entre el 50% y el 60% de las unidades se desecha
Además de analizar la sangre de la madre y revisar el cuestionario, una de las primeras cosas que se hacen es comprobar el volumen de la sangre extraída y su celularidad (si tiene o no una concentración suficiente de células madre para que sea apta para un transplante) y su tipaje HLA (antígenos leocucitarios humanos) que es lo que determina la compatibilidad con un futuro paciente.
También se hacen pruebas para descartar que durante el proceso de la extracción se hayan producido contaminaciones por bacterias, según explica Alberto Richart, responsable técnico del banco de sangre de cordón umbilical del Centro de Transfusión de Madrid, que cuenta con unas 6.000 unidades.
Aproximadamente, según puntualiza el doctor Garrido de la ONT, entre un 50% y 60% de las unidades donadas al final acaban por desecharse porque no son actas para su transfusión futura.
Si la unidad es apta para su almacenamiento, el primer paso es centrifugar la sangre y separar las células madre de otros componentes como los glóbulos rojos. Este proceso permite "separar las células y añadir soluciones crioprotectoras necesarias" para su posterior congelación, explica Richart.
Conservación a -196ºC en nitrógeno líquido
Al final de los 100/120 mililitros de sangre que se extraen en el paritorio se conservan unos 40 ml. Al margen, se guardan también otras cuatro muestras de 0,5 ml para los análisis posteriores que son necesarios en caso de que la muestra sea requerida para ser transplantada.
Antes de meter la unidad en los tanques de nitrógeno líquido se introduce en un congelador biológico para bajar de la temperatura ambiente a -120ºC en 70 minutos.
Todos los datos de la sangre almacenada se envían al registro REDMO para su posterior utilización. Cuando se requiere una de las unidades para un paciente enfermo antes de enviarla al hospital que la necesita se utilizan las muestras de 0,5 ml para: comprobar el tipaje HLA, someter la sangre a nuevas pruebas serológicas que no existieran en el momento de la donación, y realizar un control de calidad para comprobar la cantidad de células que conserva.
Una vez comprobado todo, se mete en un contenedor especial y se envía a donde haga falta. Desde Madrid se han enviado hasta Australia y Nueva Zelanda. "Más lejos no pueden ir y han llegado bien", concluye Albert Richart.
Quizás la sangre del cordón de Inés viaje también dentro de unos años a las antípodas para salvar la vida de alguien. Sus padres mientras tanto, piden que haya más información sobre esta opción que, en su opinión, se desconoce.