El Teatro Real estrena en Madrid 'El Rey Roger' de Szymanowski
- Es el estreno en Madrid de la ópera más importante del compositor polaco
- La produccion incluye numerosas y polémicas referencias al siglo XX
- Hora y media, sin descansos, de "caos y locura"
El Rey Roger del polaco Karol Szymanowski (1882-1937), que desde este lunes y hasta el 14 de mayo podemos ver en el Teatro Real fue la última producción lírica de Gerard Mortier al frente de la Opera Nacional de Paris y un reflejo fiel de su política anti-conformista. Allí, crítica reconoció el valor de la obra más importante del compositor polaco más importante de la primera mitad del siglo XX , que aún no había sido estrenada en París, pero no tanto las audacias escénicas de la producción. Como suele ocurrir en estos casos, el público se dividió entre la ovación y los silbidos.
Algo parecido puede ocurrir en Madrid donde también se estrena esta ópera en tres actos que Szymanowski compuso durante seis años, fascinado por la mezcla de cultura oriental y occidental que encontró en Sicilia, adónde viajo varias veces, entre 1918 y 1924; año en que concluyó esta obra maestra que estrenó en Varsovia, en 1962.
Aunque el ensayo general no debería ser el barómetro más fiable, en el de este viernes en Madrid, hubo mucho más aplausos –dirigidos a cantantes, coro y director de orquesta- que abucheos (destinados presumiblemente al director de escena) dirigidos a esta producción procedente de la Opera parisina.
Perdidos en el caos
Quienes esperen encontrar la catedral bizantina de Palermo, el patio de un palacio real o las ruinas del Teatro de Siracusa donde según el libreto original transcurre, en el siglo XII, la ópera de Szymanowski, encontrarán, como señaló un crítico francés, la villa con piscina de un millonario de Beverly Hills, donde una corte de socorristas en ropa interior acompaña a ancianos de ambos sexos en su baño diario.
El Rey Roger se presta a las traslaciones imaginativas. Como las que nos propone el director de escena polaco Kristoph Warlikowski para contarnos la historia de un decadente rey medieval cuyo reino se ve conmocionado por la llegada de un seductor pastor que algunos ven como un Mesías y otros como un blasfemo que quiere apartar al pueblo de su fe cristiana. Un pastor venido de "las colinas esmeraldas" que seducirá al rey, a la reina y a la nación.
Warlikowski nos presenta al rey, el barítono polaco Mariusz Kwiecen necesitado de “picos” de heroína suministraos su mayordomo. Al pastor (el tenor norteamericano Will Hartmann), como una criatura de rasgos femeninos y uñas pintadas de rojo, seguido primero por una corte de efebos y más tarde por un séquito de enanos con cabeza de ratón Mickey.
La reina Roxana -la soprano ucraniana Olga Pasichnyk-, una mujer hermosa y sensual, es sin duda la que menos se aparta del perfil original. Ella también es quien da la explicación más sencilla del argumento: "puede entenderse como un cuento o simplemente como una fantasía que tiene lugar en la cabeza del rey"
Sin duda, el director teatral ha querido potenciar "el caos y la locura" inherentes a la propia obra de Szymanowski y potenciarlos, mezclando referencias temporales (una puerta de palacio dieciochesco con un letrero de neón donde dice SUN) para que el espectador se siente perdido en cierto modo, "entre historia,texto y música"
Celuloide del siglo XX
Pero hay más: en el primer acto un operador –cámara al hombro- va retratando primeros planos de los rostros de los miembros del coro. Imágenes que se ven reflejadas en un telón translúcido que separa al coro (vestido con trajes chaqueta versallescos) de los protagonistas. Un recurso que, sin duda, sirve para aumentar el dramatismo vivido por la corte por la llegada del extraño pastor.
Más tarde, se proyectan imágenes de la película de Andy Warhol Flesh, mezcladas con otras en blanco y negro de Teorema de Passolini. En las de 'Flesh' se ve a un bebé rubio. A su lado le observa, tumbado y desnudo, un jovencísimo Joe Dallesandro, el que fuera el actor preferido del artista norteamericano en su mítica 'Factory'.
Todo ello tiene varias explicaciones al menos para los responsables de la producción. La obra, explica el director musical, el británico Paul Daniel, “nos habla de una batalla entre lo viejo y lo nuevo, la tradición y el sabor de lo nuevo que aporta el pastor”. Aunque lo viejo y lo nuevo no vayan en orden cronológico histórico, ya que El rey Roger nos habla de un viaje del Cristianismo al Paganismo.
La belleza se impone
El principal responsable del envoltorio de este Rey Roger, el director teatral, Krzystof Warlikowski, por su parte, ha afirmado que lo que ha querido es reflejar en este “drama erótico” es la biografía del compositor, Szymanowski y del libretista, Jaroslaw Iwaszkiewicz, que además de ser primos, fueron amantes.
“Enlazar esa historia personal con la trama original basada en Las Bacantes de Eurípides que nos habla de la lucha entre el placer y la razón ",ha argumentado el director de escena. Una lucha que tiene lugar sobre todo en el corazón del rey que se debate entre juzgar, como autoridad que es, al intruso o sucumbir a su nuevo credo,
En cualquier caso, todos esos elementos (piscina, proyecciones, monitores, ratones…) que pueden potenciar la acción o simplemente adornarla, no restan interés al poder de la propia ópera: su texto, lleno de imágenes poéticas y su música hermosísima. Una música post-romántica, abierta al impresionismo francés y al exotismo oriental. Una música que como concluye Paul Daniel “nos lleva más allá, al límite y en la que sin embargo encontramos la música que nos gusta”