Ana María Matute, la "Reina madre" de las letras, conmueve a Alcalá de Henares
- La premiada quemaba los nervios con un gin tonic antes de recogerlo
- Ángeles Caso se lamenta de que sólo haya tres mujeres premiadas en 36 años
Ver también:Ver también: Premios Cervantes en el Archivo de RTVE
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Érase una vez una dama de cabellos plateados, de aspecto frágil, que vivía temerosa y nerviosa el que iba a ser uno de los momentos más importantes de una vida, la suya, "salpicada de abundantes tempestades", en sus propias palabras. Una dama de 85 años que, mientras lo más granado de la clase institucional española se preparaba para llegar a tan importante evento, quemaba sus nervios con un gin tonic en vaso ancho una hora antes de pronunciar quizás el discurso más emotivo de su vida, aunque fueran solo las 11.00 de la mañana.
Y es que, a esta señora de las Letras, a Doña Ana María Matute, no le gustan nada, nada los discursos -"soy una anciana que no sabe escribir discursos"-, y necesita envalentonarse. "El motor sin gasolina no funciona", se justifica ante los periodistas, aunque sería injusto no aclarar que la ginebra está acompañada en la mesa con los restos de un café con sus correspondientes pastas también en la cafetería de la Universidad de Alcalá de Henares, en cuyo Paraninfo pasadas las 12.00 ha recibido el Premio Cervantes de manos del rey Juan Carlos I.
Los numerosos alcalaínos que se han concentrado en el exterior de la Universidad se han quedado sin ver a la galardonada, que estaba desde las 9.30 horas en la cafetería. "¿Puntual? Sí, claro, no vaya a ser que le den el premio a otro", bromea la autora barcelonesa, que con el Cervantes culmina una premiada carrera literaria que arrancó con tan solo 5 años.
Para engañar un poco al nerviosismo y matar un poco el tiempo, la escritora, siempre sentada a lomos de su silla de ruedas con su hijo como fiel escudero-conductor, ha podido visitar la exposición "Ana María y la censura" que exhibe la histórica Universidad, acompañada del director general del Libro y secretario del jurado del Premio, Rogelio Blanco.
Una pena que los nervios le impidan disfrutar de un momento que ha hecho encoger aún más el reducido espacio del Paraninfo alcalaíno. "Lo malo es que el día de hoy lo voy a disfrutar cuando pase, porque todas las cosas buenas que me han ocurrido en la vida las guardo en mi cabeza, como una película, y las recuerdo luego", ha explicado la galardonada, siempre sentada a lomos de su silla de ruedas con su fiel hijo como escudero-conductor.
La "Reina madre" de las escritoras
Acompañando a Matute en el acto -este año desplazado del 23 de abril, fecha de la muerte de Cervantes, por la Semana Santa- han estado otras autoras españolas que no podían dejar de asistir a la tercera vez en 36 años que una mujer recogía el premio más importante de las Letras en lengua española, tras la filósofa malagueña María Zambrano -premiada en 1988- y la poeta cubana Dulce María Loynaz (1992). Estaban allí Ana María Moix, Carmen Riera, Soledad Puértolas o Ángeles Caso.
Caso, que comparte con Matute el honor del Premio Planeta, se mostraba "absolutamente feliz" de que "nuestra Reina madre, como la llamamos un poco de broma", haya recibido el Cervantes.
"La proporción de mujeres que lo ha recibido [el Cervantes] no se corresponde a la realidad de la literatura española ni latinoamericana. Por desgracia ha habido mujeres escritores tan importantes como Carmen Martín Gaite o Josefina Molina que se han ido sin ese premio, cuando hombres con igual o menos calidad lo han recibido", se lamenta en declaraciones a RTVE.es la escritora asturiana.
"Por desgracia, esto es una prueba de que todavía pesa la condición de mujer en el prestigio literario", afirma Ángeles Caso, que, de cualquier manera, cree que lectores de Matute, escritores y "sobre todo" escritoras están "felicísimos" por que el galardón haya ido a parar "a una enorme escritora y ser humano".
En la cuna de Cervantes
Con la también académica de la Lengua han estado otros ilustres miembros de la RAE -que junto a otras academias de la Lengua y premiados proponen y fallan el premio-, como su director, José Manuel Blecua y su exdirector, Víctor García de la Concha, además del presidente del jurado, Gregorio Salvador, o el poeta Marcos Ana, entre otras personalidades del mundo de la cultura.
En el plano político e institucional, además de los reyes de España, han asistido al acto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su esposa, Sonsoles Espinosa, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, entre otros.
A todos ellos han visto desfilar los alcalaínos que, año tras año, repiten espera a las puertas de la Universidad para presenciar "un acto tan bonito e importante", como lo define María, una de sus vecinas. Muchos de estos alcalaínos portan rosas rojas que la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, ha repartido a las puertas de la sede complutense, como se hace en Sant Jordi en el Día del Libro.
Observadores de todo ello, autores como Francisco Umbral, Miguel Delibes o Antonio Buero Vallejo, los "Cervantes en el balcón" que engalanan los edificios de la villa que en 1547 vio nacer a Miguel de Cervantes Saavedra y en cuya corte, como decía el rey Juan Carlos I, ahora ingresa una tercera dama. Una dama de cabellos plateados que aún es capaz de ponerse nerviosa con 85 años.