Kenneth Branagh convierte 'Thor' en una tragedia shakesperiana
- El director adapta el cómic creado por Stan Lee y Jack Kirby en 1962
- Es un paso más hacia la película de 'Los Vengadores'
Había mucha expectación por comprobar cómo Keneth Branagh, un experto en Shakespeare, dirigía un superhéroe de Marvel Comics. Y la respuesta era tan obvia como inesperada. El director se ha llevado el personaje al terreno que conoce mejor.
Así, Branagh convierte Thor en una tragedia shakesperiana en la que nos cuenta cómo Odín destierra a su primogénito (Thor) a la tierra, para que aprenda humildad con los humanos; y centra su interés en las peleas fraternales entre Thor y Loki.
No ha sido muy difícil porque cuando lo crearon, en 1962, Stan Lee y Jack Kirby ya dotaron al personaje de una grandilocuencia de la que carecían sus otros héroes, ya que Lee se basó en los auténticos mitos nórdicos. De hecho su rasgo más característico era su rebuscada forma de hablar.
Y, aunque sea una historia cerrada en sí misma también se convierte en un nuevo capítulo del camino hacia la película de Los Vengadores (2012), que se completará con el estreno de Capitán América, dirigida por Joe Johnston, el próximo 5 de agosto.
Un proyecto que tiene como denominador común el personaje de Nick Furia, interpretado por Samuel L. Jackson, y al que sólo podréis ver si os quedáis hasta después de los títulos de crédito de Thor.
Un reparto de dioses
Lo primero que hay que destacar es el estupendo reparto con Chris Hemsworth al frente (el marido de Elsa Pataki) que da el físico que requería el dios nórdico; muy bien secundado por una eficaz Natalie Portman en el papel de Jane Foster (que pasa de ser la apocada enfermera de los tebeos a una aguerrida científica, y que supondrá un descanso para la actriz tras su intensa interpretación en Cisne Negro).
Anthony Hopkins también está perfecto como Odín, el padre de todos. Pero el que más destaca es Tom Hiddleston, en el papel más complicado de la película, el de Loki, el pérfido hermanastro de Thor, que se lleva las mejores escenas.
También están perfectos en su papel los amigos de Jane, Stellan Skarsgard como el profesor Andrews y Kat Dennings, como su ayudante, que tiene el rol más cómico de la película.
Los aficionados agradecerán la inclusión de los Tres Guerreros y de Lady Sif, el otro amor de Thor, que aquí quedan un poco desdibujados. Y echarán de menos a Balder el Noble, el mejor amigo de Thor y también su hermano (según los últimos cómics), que en los tebeos juega un papel fundamental y que aquí ni siquiera aparece.
En cuanto a los villanos, además de Loki, destaca la poderosa aparición de el Destructor, el robot creado por Odín y animado por su propia fuerza vital (Aunque eso no se explique en la película) y los gigantes de hielo, realmente espectaculares.
Por supuesto, Stan Lee hace una de sus divertidas apariciones, al igual que J. Michael Straczynski, autor del argumento en que se basa la película y guionista de algunas de las etapas más aplaudidas de los cómics de Spiderman y Thor.
La recreación de Asgard
Otor de los platos fuertes de la película son los diseños de Asgard y del vestuario de los dioses nórdicos.
Los uniformes de los superhéroes siempre han sido lo más complicado de llevar a la gran pantalla, de ahí el cuero negro de X-Men, y aquí consiguen excelentes resultados basándose en los diseños originales del creador del personaje, Jack Kirby, y del autor de una de las mejores etapas de los cómics, Walter Simonson. Ambos aparecen en los créditos, en el apartado de agradecimientos, junto al inefable Stan Lee.
En cuanto a Asgard, también se basan en los diseños de Kirby y de Simonson, consiguiendo la espectacularidad que requería la morada de los dioses y el puente del Arco Iris, que une los nueve mundos.
En definitiva, un entretenimiento de primer orden que vuelve a poner de relieve el cuidado con el que Marvel está llevando a sus personajes al cine (La Patrulla X, Lobezno, Spiderman, Los Cuatro Fantásticos, Blade, Hulk, El Hombre de Hierro... )