ETA comunica a los empresarios vascos y navarros el fin de la extorsión
- La banda terrorista ha remitido una carta a ambas patronales
- En ella les informa de la cancelación del llamado impuesto revolucionario
- Lo hace en el marco del alto el fuego anunciado el pasado mes de enero
Enlaces relacionados
La banda terrorista ETA ha remitido una carta a la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) y a la patronal vasca (Confebask) en la que les comunica que cancela la extorsión -el llamado impuesto revolucionario- a los empresarios, en el marco del alto el fuego que la banda anunció el pasado 10 de enero.
Según ha expuesto en rueda de prensa el presidente de la CEN, José Antonio Sarría, fue él mismo quien recibió la misiva el pasado día 26 de abril y tras recibirla, recurrió "a los medios habituales" para comprobar la autenticidad de la misma y, al entender que era "auténtica", ha decidido hacerla pública.
José Antonio Sarría ha dicho que en la carta se le solicitaba que "pusiéramos en conocimiento de los empresarios en particular y de la sociedad en general que la exigencia del pago del impuesto revolucionario, como ellos le llaman, es decir, las cartas de extorsión, ha quedado cancelado".
La banda terrorista explica en la misiva que ha decidido enviársela al propio presidente de la patronal "teniendo en cuenta la fuerza e influencia del sector social que usted preside" y deja en sus manos "la decisión de hacer pública o no esta carta como ha hecho esta asociación en otras ocasiones".
Tras comunicar el contenido de la carta, el presidente de la CEN ha apuntado que hay que ser "prudentes y pacientes" y ha asegurado que se toma "muy en serio la misiva, como siempre hemos tomado en serio las cartas que han recibido empresarios".
Por último, tras indicar que no le constan misivas anteriores de estas características, Sarría ha pedido a ETA que "quede igualmente cancelada" la "lacra" que sufren pequeños empresarios de distintas localidades navarras por medio de "pintadas, peticiones de participar monetariamente en colectas, amenazas, etcétera, etcétera", para que "sin temor" puedan trabajar por la creación de riqueza en esas zonas.
La patronal vasca: este hecho es "positivo y esperanzador"
Por su parte, la patronal vasca también ha confirmado que ha recibido una carta en la que ETA anuncia el fin de las prácticas de extorsión contra los empresarios de esta comunidad.
El presidente de Confebask, José Miguel Lazpiur, ya había reconocido en diferentes comparecencias públicas a lo largo de los últimos meses que, desde el anuncio del alto el fuego permanente por parte de ETA, no tenía constancia de que se hubieran recibido nuevas cartas de extorsión.
Fuentes de la Confederación Empresarial Vasca han considerado este hecho "positivo y esperanzador", pero han insistido en que es necesario mantener la prudencia.
El último comunicado ya sugería el fin de la extorsión
El comunicado de ETA del pasado 10 de enero en el que anunciaba un alto el fuego de "carácter general, permanente y verificable" ya apuntaba la idea de que al cese de los atentados se sumaba también un parón en la extorsión a los empresarios, a través del llamado impuesto revolucionario.
Y es que, el alto el fuego "permanente" y "verificable" de otras treguas etarras, contó en enero con otro apellido, el de "general". Un calificativo ambiguo que muchos ya interpretaron entonces como un cese de la actividad terrorista en todos los ámbitos, también en el chantaje económico.
El propio diario Gara hacía esa misma interpretación y destacaba que ETA hubiera renunciado a "otras actividades que, como ha ocurrido en anteriores procesos, puedan distorsionar la dimensión de esta apuesta política".
No obstante, ETA ha continuado haciendo "movimientos" de dinero en Francia, como demuestra la detención el pasado 21 de marzo de la presunta etarra Ione Lozano Miranda, con 48.000 euros en efectivo.
Las Fuerzas de Seguridad francesas investigan el origen de esa importante cantidad de dinero, aunque fuentes de la lucha antiterrorista no consideran que se trate de un cobro reciente del llamado impuesto revolucionario, sino más bien, de un traspaso de fondos desde la dirección logística de ETA hacia alguno de sus grupos operativos.