Bruselas cede a las presiones de Francia e Italia y propone limitar el Tratado de Schengen
- La Comisión Europea propone restablecer las fronteras interiores en casos excepcionales
- Sarkozy y Berlusconi habían exigido esta reforma
- París y Roma se enfrentaron por los permisos de residencia a inmigrantes tunecinos
La Comisión Europea ha propuesto este miércoles que se puedan restablecer temporalmente las fronteras interiores de la UE en el espacio Schengen en circunstancias excepcionales, como flujos masivos de inmigrantes irregulares. El Ejecutivo comunitario cede así a las pretensiones de Francia e Italia, que habían reclamado poder restringir el libre movimiento de personas en caso de crisis migratorias.
La comisaria europea de Migraciones, Cecilia Malmstrom, ha explicado en rueda de prensa que las excepciones que darán lugar a este restablecimiento de fronteras pueden ser dos: la "presión migratoria extrema en una de las fronteras exteriores" de la UE (como ha ocurrido con en Italia) y la existencia de un "estado fallido" frente a dichas fronteras.
Según Malmstrom, la iniciativa pretende "salvaguardar la estabilidad del espacio Schengen". La propuesta de la Comisión será discutida en una reunión extraordinaria de ministros de Interior de la UE el 12 de mayo en Bruselas y ultimada en junio en una cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE.
El Espacio Schengen está integrado por 25 Estados miembros, entre ellos tres no miembros de la UE (Noruega, Suiza e Islandia) y permite a más de 400 millones de ciudadanos circular libremente de Finlandia a Grecia, desde Portugal hasta la frontera con Polonia, sin mostrar sus pasaportes. La adhesión de Bulgaria y Rumanía, prevista inicialmente para marzo, aún está pendiente.
Crisis por la inmigración tunecina
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ya había adelantado esta toma de posición en una carta remitida este fin de semana al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. "El restablecimiento temporal de las fronteras es una posibilidad entre otras que, a condición de estar sujeta a criterios específicos y bien determinados, podría constituir un elemento para reforzar la gobernanza del acuerdo Schengen", escribía el portugués.
Sarkozy y Berlusconi habían reclamado al Ejecutivo comunitario una reforma del acuerdo de Schengen tras su disputa por la negativa francesa a permitir la entrada de inmigrantes tunecinos a los que Italia ha dado un permiso temporal.
Un representante de la Comisión explicó el pasado lunes en la Eurocámara que el objetivo de Bruselas es "sustituir la reintroducción unilateral de controles fronterizos por un mecanismo comunitario". Ello permitiría imponer temporalmente controles en las fronteras nacionales en circunstancias excepcionales y como último recurso. "La decisión se tomaría entonces de forma colectiva y no unilateralmente como se hace ahora", resaltó.
La Comisión ha pedido a Italia y a Francia explicaciones por carta sobre su actuación en la crisis de los inmigrantes tunecinos, según ha afirmado este martes el portavoz de Interior, Marcin Grabiec.
Refuerzo de FRONTEX
En la carta de Durao Barroso, el presidente de la Comisión se mostraba asimismo favorable a "un refuerzo de la capacidad de acción y de las competencias" de la Agencia Europea de Control de Fronteras (FRONTEX), tal y como pedían también París y Roma.
En este sentido, recordaba que Bruselas presentó propuestas en febrero de 2010 para que FRONTEX cuente con sus propios medios y para forzar a los Estados miembros a prestarle más barcos y aviones y señala que es "imperativo" encontrar un acuerdo entre los Veintisiete para adoptarlas.
También reclamaba a los Gobiernos que alcancen un acuerdo para reforzar el sistema de asilo europeo, bloqueado en el Consejo de Interior de la UE desde hace meses, antes de 2012, y agradecía el apoyo de Francia e Italia.
Barroso ve fundamental establecer acuerdos de asociación con los países del norte de Africa que incluyan una asistencia de la UE para la reconstrucción y, en particular, para la readmisión de inmigrantes irregulares. A cambio, exigiría "un compromiso claro de estos países de asumir sus responsabilidades en materia de emigración irregular".