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El Reina Sofía trae a España a Leon Golub, el pintor de lo políticamente incorrecto

  • Podrá verse hasta el 12 de septiembre en el Palacio de Velázquez
  • Vietnam y Napalm son dos de sus grandes series en contra de la guerra

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Leon Golub. 'The Prisioner' (El prisionero) (1989).
Leon Golub. 'The Prisioner' (El prisionero) (1989).

Retratos de dictadores como Francisco Franco o Fidel Castro y de torturas, campos de exterminio y violentos interrogatorios forman parte del legado del pintor estadounidense Leon Golub (1922-2004), un artista comprometido que dedicó gran parte de su carrera a retratar lo políticamente incorrecto. A punto de cumplirse siete años de su muerte, el Museo Reina Sofía le dedica la primera muestra en España, del 6 de mayo al 12 de septiembre.

El Palacio de Velázquez, en el Parque del Retiro, acogerá alrededor de un centenar de obras, entre pinturas, algunas de gran formato, y dibujos, que ofrecerán una ocasión única para adentrarse en la trayectoria de este artista, desde los años 30 hasta su muerte.

La muestra dedicada a Golub, que estuvo casado durante medio siglo con la artista Nancy Spero (1926-2009), será eminentemente de carácter cronológico y se articulará alrededor de una de las obras más importantes de su trayectoria, Vietnam II, que actuará como nexo temático y que creó en 1973 como respuesta al impacto que le causó el Guernica. Precisamente, la Guerra de Vietnam (1964-1975) -que estaba en su momento de máxima escalada cuando el matrimonio de artistas regresó a EE.UU. tras un periodo en Europa- centró dos de sus más importantes series de pinturas, Napalm y Vietnam.

El estilo del artista estadounidense aúna la tradición pictórica figurativa y el interés por la temática y la iconografía del mundo grecorromano con un potente imaginario político, dotado de una gran carga simbólica que utilizaba para retratar las huellas del poder y las relaciones políticas en el cuerpo humano. Una de sus máximas fue la necesidad de establecer una conexión de su trabajo con el mundo exterior y los acontecimientos reales para que fuera relevante para el espectador y la sociedad.

La producción de Golub es "un complejo entretejido de preocupaciones formales, conceptuales e imaginativas", una forma de "realismo crítico, [...] de decir la verdad ante el poder", en palabras del comisario de la exposición, Jon Bird.

Los retratos políticos

En sus inicios, la obra de Golub tiene una clara referencia a la Antigüedad que culminaría con la serie Gigantomachies (Gigantomaquia) en la década de 1960. El artista y su mujer recibieron esta influencia durante su estancia en Europa, entre 1959 y 1964, especialmente en Italia.

Cuando regresaron a Estados Unidos en plena Guerra de Vietnam, Golub se centró en esta temática con sus series Napalm Vietnam, con magistrales obras. Tras un periodo de duda creativa, en el que destruyó numerosas obras, a mediados de los 70 inició sus Political Portraits, un conjunto de más de un centenar de bustos de líderes políticos, dicatadores o figuras religiosas. Entre los retratados, el que fuera presidente de la comunista República Democrática de Vietnam, Ho Chi Minh, el cubano Fidel Castro o Francisco Franco, o los estadounidenses Richard Nixon o Henry Kissinger.

En una tercera etapa, a partir de los años 80, Golub comenzó a representar el "dolor corporal" con retratos de los escalofriantes escenarios de los actos de agresión y terror. Su inspiración provenía de campos de exterminio, cámaras de tortura o burdeles para tratar temas como las agresiones violentas, la desigualdad racial, la opresión o la exclusión y, en general, los brutales actos cometidos a la sombra de los regímenes represivos. De esta época serían series como Mercenaries (Mercenarios), Interrogation (Interrogatorios), Riot (Disturbio), White Squads (Pelotones blancos) o Horsing Around (Algarabía).

Lo abstracto y el Cyborg

Una parte poco conocida de su obra son los "abstractos", cuadros como Shields, Gates Pylons, de 1970 y 1971, que también podrán verse el recorrido que ha programado el Reina Sofía.

En la década de los 90, su pintura se hizo menos densa y empezó a hacer un uso nihilista y humorístico del lenguaje, influenciado por Nancy Spero. En sus últimas pinturas está imbuido el sentimiento de la pérdida, la separación, la fragilidad del cuerpo y la mortalidad y en sus obras destaca la fascinación por lo híbrido, con la esfinge y el Cyborg como paradigmas de alteridad y un renovado interés por el mundo grecorromano, de la que es ejemplo Prometheus, the Heretic's Fork and the Green World (Prometo, la hora del hereje y el mundo verde, 1999).

En sus últimos años, empezó una serie de pequeño formato volviendo a los retratos políticos y pequeños manifiestos que evocaban carteles, como This Could Be You o We Can Disappear You, para los que Los desastres de la guerra de Goya son un claro referente. También entre 2000 y 2004 realizó pequeños dibujos carnavalescos llenos de personajes mitológicos que aludían a la transgresión, el exceso y el deseo, con sátiros, centauros, bestias y villanos.

Las obras que se expondrán proceden de la colección personal de Leon Golub, conservada en Nueva York, y de las dos grades colecciones de su obra que existen en EE.UU., la de Rick Meyer en Chicago y la de Eli Broad en Los Ángeles, aunque también habrá obras llegadas de museos de Canadá y Europa.