Almodóvar: fetichismo, retos y deudas pendientes en Cannes
- La piel que habito es su cuarta cinta en competir por la Palma de Oro
- El manchego, fetiche del público francés, se reencuentra con Banderas
- Solo una cinta española, Viridiana, logró en 1961 el máximo premio de Cannes
Ver también: Ver también: Especial Festival de Cannes 2011
Hablar de La piel que habito, de Pedro Almodóvar y del Festival de Cannes, donde competirá por cuarta vez por la Palma de Oro, es hablar de fetichismo, de retos y sueños inalcanzables y de deudas pendientes.
La película, participada por TVE, se estrena en el festival el 19 de mayo y allí estarán su director y los actores Antonio Banderas, Elena Anaya, Marisa Paredes, Jan Cornet y Blanca Suárez.
Sus rivales, los últimos trabajos de gente como Lars von Trier (Melancholia), Nanni Moretti (Habemus papam), Aki Kaurismäki (Le Havre) o Terrence Malik (The tree of life), entre otros.
Pero, vayamos por partes.
De fetiches
Es hablar de fetichismo porque, en el que es su decimoctavo largometraje y uno de los que más le ha costado llevar a la gran pantalla -diez años y nueve adaptaciones previas de la novela Tarántula, de Thierry Jonquet-, Almodóvar se reencuentra con su actor fetiche, Antonio Banderas.
Han tenido que pasar 21 años, y dilatadas carreras internacionales paralelas, para que el manchego y el malagueño volvieran a rodar juntos tras Átame (1990), la última película netamente española que haría el actor que dos años antes se asomó a Hollywood por la puerta grande con su padre cinematográfico en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), nominada al Oscar a mejor película extranjera.
"Desde que entró era como si hubiésemos terminado Átame la noche anterior. Los dos hemos cambiado, pero la sensación del paso del tiempo se había borrado", ha dicho el cineasta de su reencuentro con Banderas, con quien precisamente en Cannes, cuando coincidieron en el año 2002, acordó su participación en la película, que entonces se iba a llamar Tarántula. "Yo sentí exactamente lo mismo", agregaría el actor.
Ahora, en la que es la sexta película de Almodóvar que protagoniza el malagueño, no ha habido espacio para las improvisaciones tan celebradas en Átame. "Es la película más austera que he hecho y esa austeridad he tratado de imponérsela a él. [...] Lo he tenido muy controlado", contaba en una entrevista con TVE el manchego, quien probablemente sea el realizador que mejor dirige al actor internacional.
El malagueño, a sus 50 años, hace un papel "brutal", de un cirujano psicópata que por venganza convierte en mujer al violador de su hija. Ateniéndonos a la sinopsis oficial de la cinta, "desde que su mujer murió quemada en un accidente de coche, el Dr.Ledgard (Antonio Banderas), eminente cirujano plástico, se interesa por la creación de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla. Doce años después consigue cultivarla en su laboratorio, aprovechando los avances de la terapia celular. Para ello no dudará en traspasar una puerta hasta ahora terminantemente vedada: la transgénesis con seres humanos. Pero ese no será el único crimen que cometerá..."
En el reparto -en el que en un principio iba a estar otra de sus fetiches, Penélope Cruz, hasta que Almodóvar "dejó de verla para el papel"-, estará Elena Anaya, que interpreta a un chico que acabará siendo mujer, un chico del que estuvo enamorado un personaje que interpreta Bárbara Lennie. También Marisa Paredes (también su sexto filme con el manchego), Roberto Álamo, Blanca Suárez, José Luis Gómez, Eduard Fernández y un joven Jan Cornet que el director promete será "una revelación".
Y un fetiche también es Pedro Almodóvar para el cine y el público francés, que lo idolatra más que sus propios compatriotas. El manchego ha ganado cuatro veces el César -los Goya franceses- y ha estado nominado otras tres: se lo llevó dos veces por la mejor película extranjera (en 1992 con Tacones lejanos y en 2000 con Todo sobre mi madre), una vez como mejor película de la Unión Europea (en 2003 con Hable con ella) y en 1999 recibió incluso un César honorífico, que hasta entonces no tenía ningún no francés.
Estos reconocimientos y el hecho de que muchos de sus filmes hacen mejor taquilla al norte de los Pirineos que al sur, tuvieron como recompensa que el manchego se convirtiera en el primer español que inaugurara Cannes en 2004, en la 57ª edición del festival de autor más importante del mundo. Lo hizo con La mala educación, fuera de concurso, y, entonces llegó a decir, no sin razón, "(en Francia) me tratan mejor que en mi propio país".
De retos y sueños inalcanzables
Pero esa adoración no se ha consumado, hasta ahora, en lograr la Palma de Oro a la mejor película, aunque sí haya recibido muchos otros premios en el festival que conjuga mejor que ninguno el cine de calidad con el de éxito comercial.
La piel que habito será la cuarta película del español que compita por el máximo galardón de Cannes, después de Todo sobre mi madre, en 1999; Volver, en 2006, y Los abrazos rotos, en 2009, sin ir más lejos. Con la primera se trajo de la Croisette el premio a mejor director y el del Jurado Ecuménico y con la segunda el de mejor guión y el de mejor interpretación femenina ex aequo a todo el reparto.
La Palma de Oro es el único gran premio cinematográfico que se le resiste a Almodóvar, que ya tiene dos Oscar, dos Globos de Oro, cuatro BAFTA británicos -todos ellos por Hable con ella (2003) y Todo sobre mi madre-, aparte de seis Goya y los cuatro César, por mencionar los galardones más prestigiosos.
Un punto a tener en cuenta es que La piel que habito ha sido requerida expresamente por la organización del Festival de Cannes, cuyo director, Thierry Frémaux, logró convencer a Almodóvar para que la cinta se presentase al mundo allí, pese a las reticencias del cineasta, poco amigo a exponerse a las críticas públicas antes de estrenar en España -con fecha prevista el 2 de septiembre-.
Pero la Palma de Oro no le quita el sueño al manchego internacional. "Voy al Festival de Cannes con la ambición de hacer un buen papel en la cita mundial más importante del cine de autor, pero no pienso en premios. Me interesan sobre todo la reacción del público, la prensa y los distribuidores que se ocuparán de la película en el mundo", decía en un comunicado al conocerse su participación en la cita francesa.
De deudas pendientes
Pero el Festival de Cannes no solo tiene una deuda pendiente con Almodóvar, la tiene con todo el cine español en general. Solo una película española se ha llevado la Palma de Oro, Viridiana, de otro de nuestros directores más internacionales, Luis Buñuel. Y de eso hace la friolera de 50 años, en 1961.
Se han llevado premios en el certamen francés actores españoles como Javier Bardem (por Biutiful), el elenco de Volver (Penélope Cruz, Carmen Maura, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Yohana Cobo y Chus Lampreave), Paco Rabal y Alfredo Landa (Los santos inocentes), Fernando Rey (Elisa, vida mía), José Luis Gómez (La familia de Pascual Duarte) y hasta Pablito Calvo (Marcelino, pan y vino); y directores como Icíar Bollaín (de la Crítica por Flores de otro mundo), Víctor Erice (de la Crítica FIPRESCI y del Jurado por El sol del membrillo), Julio Medem (de la Quincena de Realizadores por La ardilla roja), Carlos Saura (del Jurado por Cría cuervos) y José Valdelomar (de la técnica por el cortometraje Fuego en Castilla), además de los logrados por Almodóvar.
Quizás, la consagración definitiva de Almodóvar en la Costa Azul francesa sea con la película que el manchego reconoce como la "más diferenciable" con respecto al resto de su filmografía, una cinta que era "muy complicada sobre el papel", pero que le gusta cómo ha quedado. Es "una renovación de todas las películas que había hecho anteriormente", ha dicho el director de Cannes de la cinta, a lo que su autor apostilla: "Desde fuera sí se ve como una película nueva dentro de mi trayectoria, aunque yo me reconozco en toda la película", dice el cineasta de una cinta que "mezcla todos" los géneros, "un intenso drama que a veces se inclina por el noir, a veces por la ciencia ficción y otras por el terror".
Quizás, medio siglo después, una película española vuelva a llevarse la Palma de Oro de Cannes.