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Las ventajas de un pene sin hueso

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Entre Probetas

¿Quién dice que la Ciencia y, sobre todo, su Divulgación (ambas con mayúsculas) tienen que ser aburridas?¿Se puede divulgar e informar de los principales logros e hitos científicos sin dejar el humor, motor de vida, en el intento? Entre Probetas nació para informar. Entre Probetas surge para divertir. Mi labor como Profesor, Investigador y Director de Cultura Científica de una de las mejores universidades y centro de investigación del país -Universidad Autónoma de Madrid y Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, respectivamente- me permiten estar en primera línea informativa en áreas afines, o no tan afines, a mi propio desarrollo como científico; como biólogo molecular y microbiólogo. Emisión: Lunes a Jueves 15.36; Sábado 14.52; Domingo 09.52 y 14.52

Compartimos con los chimpancés más del 95% de nuestro genoma. Somos sus primos más cercanos. Sin embargo, tenemos muchas diferencias con ellos. Algunas, estructuralmente más que curiosas.

El pene de la mayoría de los mamíferos tiene una estructura queratinosa -que hace las funciones de huesecillo- llamado báculo que permite la erección. El hombre, en cambio, tiene que conseguir el mismo efecto mediante el bombeo sanguíneo.

Ahora, una investigación publicada en la prestigiosa Nature llevada a cabo en el Instituto Médico Howard Hughes y la Universidad de Stanford en California, ha permitido encontrar más de 500 secuencias génicas ausentes en el hombre pero presente en el chimpancés y otros muchos mamíferos.

Mediante comparación computacional, se ha implicado a estas secuencias tanto en la ausencia del huesecillo peneano como en el desarrollo neuronal.

Algunos de estos genes son, de hecho, reguladores de otros genes implicados en la señalización de receptores de hormonas esteroides como la testosterona. Además de la falta del báculo, también carecemos de pelos sensoriales en el bigote, todo ello unido al mismo proceso de acción hormonal.

Al parecer, y como aspecto positivo, la duración de las relaciones sexuales en humanos puede ser más larga y, probablemente, agradables.

Finalmente, por la comparación con el Neandertal, quien tampoco tenía estas regiones genómicas desaparecidas en el Humano, se concluye que la supresión de los huesecillos del pene y bigotes sensoriales podría haber tenido lugar hace, al menos 500.000 años.

ENTRE PROBETAS

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