'El viaje soñado', cierra los ojos e imagina
- ¿Qué ves cuando no ves? se han preguntado autores y actores
- El resultado es una obra sorprendente que se representa en total oscuridad
Producción: Estudio 3 www.estudio3.org
Reserva de entradas:
teatroenlaoscuridad@estudio3.org
Estudio 3. Teléf: 91 532 27 01
Horario: Viernes a las 21:00
Lugar: Estudio 3, C/ Núñez de Arce Nº 11,
Dirección: Agustín Bellusci y Julieta Ceolin
Actores: Ángeles Cabanes, Julia González Enríquez, Marika Pérez Gutiérrez, Rafa Maza, José G. Gonzalo y Elena Bilbao
Entrada 12 euros. Aforo 50 localidades.
La profunda oscuridad de la que surgen los miedos más antiguos del hombre es el escenario, y también la protagonista, de El viaje soñado.
Pero el equipo de la sala Estudio 3 consigue convertir esa penumbra en sueños, en emociones, en una experiencia teatral única en España, ya que durante la hora que dura el espectáculo el público esta sumergido en un viaje sensorial inigualable en el que el resto de los sentidos sustituye a la vista.
Y es que la obra se desarrolla en la oscuridad más absoluta. En cuanto cruzamos la puerta entramos en un mundo completamente desconocido, acompañados por los propios actores que actúan como lazarillos guiándonos hasta nuestros asientos en grupos reducidos. Una vez allí, y mientras intentamos atisbar alguna luz, sin conseguirlo, empieza la magia.
"Estar en la oscuridad es una forma de introspección"
"El público está muy receptivo, muy divertido y excitado, antes de entrar en la sala ya están con la risita nerviosa como pensando en lo que les va a pasar, sin saber que pueden esperar de lo desconocido. Hacen chistes, hablan para aflojar la tensión... pero enseguida se acostumbran y todos se alegran de vivir una experiencia nueva y evocadora de sensaciones", asegura Agustín Bellusci, codirector y actor de El viaje soñado.
"Llevábamos unos cuantos años intentando hacer cosas que tuvieran que ver con lo sensorial, con los sentidos... y este verano es tuve en Buenos Aires viendo teatro ciego y decidimos hacer una obra en España, remarca Bellusci. Y la directora teatral Julieta Ceolin escribió este texto evocador de paisajees exóticos".
"Cuando entras a un lugar oscuro vives una introspección una, meditación, un estar contigo mismo. Y al no ver nada imaginas las cosas. Es cómo cuando eres niño y lees palabras que desconoces y les pones imágenes que son muy libres y muy creativas. Es lo que intentamos hacer", continúa Bellusci.
Una experiencia sensorial
"Y como actor me parece una investigación del mundo de lo sonoro, de crear planos sonoros.
En el teatro convencional el sonido es fundamental, pero aquí es imprescindible. Y si se le agrega lo evocador del olfato, muchas veces nos remite a la infancia, ya que es un sentido no muy practicado pero muy profundo y muy primitivo", sentencia el codirector de la obra.
Y es que, a falta de la vista, la obra excita a los demás sentidos gracias a la música, los olores, la temperatura, las corrientes de aire... que hacen aflorar nuestros recuerdos y ensoñaciones consiguiendo que viajemos a países lejanos sin movernos del asiento.
"Te pierdes muchas cosas cuando dependes de la vista"
"No es como ser ciego, asegura Ángeles Cabanes, uno de los dos actores invidentes que participan en la obra. Es una forma de percibir sin ver, y aunque no es la vida cotidiana que vivimos nosotros, se podía acercar. Hay muchas cosas que te pierdes cuando dependes sólo de la vista y no usas los otros sentidos. Por ejemplo, cuando termina la obra y los actores saludamos, y el público nos ve por primera vez, nadie sabe que personajes hemos interpretado".
"Cuando armamos el equipo ya pensamos en que tenía que ser mixto para que nos ayudáramos los unos a los otros. Los invidentes se apañan mejor en la oscuridad y nos ayudamos mutuamente. Es un intercambio artístico y más allá, comenta Bellusci. Y quiero que siga siendo así. Tiene algo de integración porque aquí los que no ven son los reyes. Los ciegos nos han enseñado muchas técnicas para movernos en la oscuridad".
"Para los actores que ven es incluso mas difícil, asegura Ángeles. Yo tengo un contacto mas real con la ceguera, me he movido entre ciegos y hay muchas cosas que no puedo hacer sola como esquiar. Mi contacto con la ceguera es muy real, pero a ellos les ha costado más. Incluso una compañera ha tenido que pararse y respirar porque no es fácil moverse en la oscuridad".
"La oscuridad te convierte en alguien más humilde, asegura Belluschi, porque como el público no te identifca pierdes el ego del actor".
El público es parte del espectáculo
"Con el público nos ha pasado de todo, explica Ángeles, porque la obra es lo que ven cuando no ven. Algunos se han asustado e incluso hemos tenido que sacar a gente de la sala. Pero a la mayoría les encanta, para ellos escomo una experiencia de la infancia, cuando podíamos imaginar lo que queríamos sin verlo".
"También nos han pasado cosas curiosas, Por ejemplo, algunas personas se han perdido al entrar en la sala porque se han despistado del grupo, apunta Belluschi, y cuando te quedas solo en la oscuridad no controlas el espacio, no sabes si estás en un armario o en un campo de fútbol. Y cuando entran muchos espectadores suben el tono de voz y no pueden parar de hablar porque están nerviosos".
"Pero lo mejor, apunta Belluschi, es que el espectador esta dentro de la obra. Cuando ves el teatro convencional sucede en otro lugar, en el escenario. Pero aquí los actores se mueven y actúan entre el público, y gracias a la música y los efectos especiales de sonido metemos a los espectadores en las playas de Brasil o en un aeropuerto, y como el sonido te envuelve, formas parte de la representación. Algunos hasta cantan junto a los actores".
"Es un viaje cálido y sensual, para grupos reducidos, comenta Ángeles.
"Lo fundamental es no tener miedo a la oscuridad"
Una obra que está funcionando gracias al boca a boca y que sus responsables ya están pensando en hacer viajar físicamente y no solo con la imaginación.
"La ONCE nos apoya y podemos moverla por numerosos ayuntamientos e incluso hemos tenido ofertas para representarla en Guinea Ecuatorial", asegura Belluschi.
"Lo fundamental para disfrutar de esta obra es no tener miedo a la oscuridad, apostilla Ángeles.
Una obra diferente y original que no veréis pero si sentiréis. Y si os la perdéis, no la veréis pero también lo sentiréis.