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Washington suspende dos inversiones en pensiones tras llegar al tope de endeudamiento

  • El Congreso ha fijado el límite en 14,29 billones de dólares
  • Si no se eleva ese tope, el Estado entrará en suspensión de pagos en agosto

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El Gobierno de Estados Unidos ha llegado este lunes al límite de su endeudamiento autorizado por el Congreso, por lo que se ha visto obligado a suspender las inversiones en dos planes de pensiones para permitirse un empréstito adicional, ha informado el Departamento del Tesoro.

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha enviado una carta al Congreso estadounidense en la que anuncia que se ha alcanzado el tope de endeudamiento de 14,29 billones de dólares, el máximo permitido por los legisladores.

Ante esa realidad, el Tesoro ha adoptado como medida de urgencia el cese temporal de las aportaciones del Estado federal a los fondos de pensiones de los empleados públicos.

Esta decisión no repercute en el pago de las pensiones actuales y está permitida por la ley estadounidense para poder evitar que la deuda pública sometida a un límite legal no sobrepase ese tope de 14,29 billones.

Un respiro hasta agosto

Según los cálculos del Tesoro, así se liberan 147.000 millones de dólares que permitirán a la Administración Obama continuar con la emisión de títulos de deuda tal y como estaba previsto -hasta el próximo 2 de agosto-, sin que ello aumente el endeudamiento neto.

Después de esa fecha, el Estado no podrá seguir funcionando si no se eleva el límite de la deuda ahora alcanzado, como ha solicitado desde principios de este año el departamento dirigido por Geithner.

Si se llega a esa situación, la Administración estadounidense se encontraría en suspensión de pagos respecto a algunas de sus obligaciones, lo que tendría "consecuencias económicas catastróficas", según advierte el secretario del Tesoro en su misiva al Congreso.

No obstante, el acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso aún parece lejano, puesto que congresistas de uno y otro bando han supeditado la aprobación de la elevación del tope de la deuda a que salgan adelante unos planes concretos para hacer frente al creciente déficit presupuestario del país.

En 1995 y 1996 ya se alcanzó el límite de deuda dentro de la Administración de Bill Clinton, pero los legisladores consiguieron llegar a un acuerdo para evitar la suspensión de pagos.