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Isabel II honra en su histórica visita a Irlanda a los héroes caídos en la lucha por la independencia

  • Es la primera visita de un monarca británico desde 1911
  • El despliegue de seguridad ha sido máximo ante posibles atentados
  • Horas antes de su llegada la Policía ha detonado una bomba casera

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Primera jornada de la histórica visita de Isabel II a Irlanda

La reina Isabel II de Inglaterra ha protagonizado este martes uno de los actos más significativos de su histórica visita de cuatro días a Irlanda al depositar una corona de laurel ante el monumento que honra a los irlandeses caídos por la causa de la libertad nacional.

En el Jardín del Recuerdo, en la céntrica Parnell Square, la monarca ha estado acompañada por la presidenta irlandesa, Mary McAleese, y el ministro de Justicia, Interior y Defensa, Alan Shatter.

Durante la solemne ceremonia han sonado los himnos nacionales de los dos países y se ha guardado silencio por los héroes republicanos irlandeses que lucharon contra alguno de los antepasados de la reina, a quien también acompañaba su esposo Felipe, duque de Edimburgo.

No ha habido baño de multitudes para la monarca dadas las estrictas medidas de seguridad impuestas por la Policía irlandesa en torno a esta plaza, totalmente aislada para evitar que las protestas que se desarrollaban en sus proximidades llegasen a los oídos de la reina.

Esperada llegada

Este histórico gesto se ha producido tras la llegada de la reina Isabel a Dublín para iniciar una su visita de Estado de cuatro días a Irlanda, la primera de un monarca británico desde la independencia del país hace 90 años.

La reina ha salido del avión acompañada por su esposo, el duque de Edimburgo, quienes han sido recibidos por la Guardia de Honor irlandesa y por el viceprimer ministro y titular de Asuntos Exteriores, Eamon Gilmore.

La comitiva real se ha trasladado hasta la residencia de la presidenta irlandesa, Mary McAleese, en el Phoenix Park para recibir la bienvenida oficial.

Allí, la plantación de un árbol simbolizará el comienzo de una nueva era de entendimiento entre ambos países, con una situación normalizada gracias al éxito del proceso de paz en Irlanda del Norte.

Con un abrigo y sombrero verde, el color de San Patricio, el patrón de Irlanda, la monarca ha comenzado así un viaje lleno de simbolismo, durante el que visitará alguno de los lugares más representativos del conflicto que han mantenido ambos países durante siglos.

El primero, de ellos ha sido el aeródromo militar de Baldonnel, adonde ha llegado este martes y, que lleva el nombre de Roger Casament, un revolucionario irlandés ejecutado por las autoridades británicas en 1916.

Visita a símbolos

Tras la visita al Jardín de los Recuerdos el siguiente paso será recorrer el corto trayecto que separa Parnell Square de la universidad del Trinity College, lo que la obligará a pasar por la Oficina General de Correos en O'Connell Street, el edifico más emblemático del Levantamiento de Pascua de 1916, una rebelión irlandesa sofocada sangrientamente por el Ejército británico.

En la universidad, de uso exclusivo para protestantes durante gran parte de su historia, Isabel II podrá disfrutar del Libro de Kells, una de las obras más importantes del cristianismo celta y del arte sajón-irlandés.

El último monarca británico en visitar la excolonia fue el abuelo de la actual reina, Jorge V, en julio de 1911. Por aquel entonces, Dublín era la segunda ciudad del imperio británico y, a la vez, el foco más importante del nacionalismo irlandés.

En estos cien años, las relaciones anglo-irlandesas han estado marcadas por la guerra de independencia librada de 1919 a 1921, la división de la isla al retener el Reino Unido los seis condados septentrionales que constituyen el Ulster o Irlanda del Norte y la violencia que ello ha generado.

Los acuerdos de Stortmont de 1998 pusieron fin al conflicto armado del Ulster y a la actividad terrorista del IRA y de los grupos lealistas protestantes. Sin embargo, el Ira Auténtico, una escisión de la organización armada republicana, se opone a dichos acuerdos y continúa activo.

Una bomba casera de bienvenida

Unas horas antes de la llegada de la reina, a primera hora de la mañana, el Ejército encontró una bomba casera en el compartimento de equipaje de un autobús en Maynooth, a 25 kilómetros de Dublín. El artefacto fue detonado de forma segura.

Un segundo paquete sospechoso volvió a disparar la alerta en una estación de tranvía al norte de Dublín, pero resultó ser una falsa alarma. "Era un montaje, se trataba de un dispositivo falso que intentaba imitar uno real", explicaba Pat O'Connor, portavoz policial. Los cuerpos de seguridad irlandeses han puesto en marcha un vasto operativo para que los actos transcurran sin incidentes

Este lunes, una amenaza de bomba en Londres, reivindicada por grupos terroristas republicanos que se oponen a los acuerdos en Irlanda del Norte, obligó a desalojar una de las avenidas principales de la ciudad, que conduce al Palacio de Buckinham.