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Tras la pista del 'Van Dyck perdido'

  • Un cuadro del pintor flamenco permanece oculto dos siglos en un sótano
  • Se creía que el lienzo, que ahora se expone en Madrid, era una copia
  • Son muchos los casos de obras de arte que aparecen en sitios insospechados

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El cuadro de Van Dyck descubierto por Matías Díaz Padrón
El cuadro de Van Dyck descubierto por Matías Díaz Padrón

En La Virgen y el Niño con los pecadores arrepentidos (1626), María Magdalena sustenta la armonía del cuadro con una desgarradora mirada de dolor. Tanta sensibilidad puso sobre la pista al investigador Matías Díaz Padrón, que ya en los años 70 recogió en su tesis sus fundadas sospechas sobre esta obra de arte.

“El rostro de la Virgen posee una belleza y una delicadeza impresionantes. Esa expresión sólo la puede captar un pintor cómo Anton Van Dyck (Amberes, 1599-Londres, 1641), que pasa por ser uno de los artistas más elegantes del mundo”, aclara Díaz Padrón, conservador jefe de pintura flamenca del Museo del Prado, durante más de 20 años, y uno de los mayores conocedores del pintor de Flandes, en nuestro país.

Un rompecabezas artístico

El pálpito del experto era correcto, y tras una investigación cuasi detectivesca- 'seguimos todas las pistas con frialdad', aclara- el cuadro ha sido 100% autentificado y “redescubierto”. Este mes se muestra al público, tras pasar por Murcia, en la exposición Ecos de Van Dyck de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (hasta el 26 de junio).

Considerado una copia, el lienzo del principal discípulo de Rubens, ha languidecido desde la época napoleónica en los sótanos de la institución madrileña. Fruto de una historia de equívocos y enredos novelescos que se ha prolongado durante más de dos siglos.

La pintura estaba catalogada como copia

El cuadro fue un regalo al rey Felipe IV y permaneció en la antesacristía del Monasterio de El Escorial. Durante la Guerra de la Independencia forma parte de un lote expoliado que José Bonaparte pretendía enviar a Francia. Aquí es donde se le pierde el rastro. En medio de la confusión de las batallas va a parar a los fondos de la Real Academia, dónde se le atribuye la autoría por error al pintor Matías Cerezo, con un estilo muy similar al de Van Dyck.

El análisis de documentación, que acredita que el duque de Medina Torres regaló el cuadro al monarca español, ha permitido al investigador “armar este rompecabezas artístico” y verificar “esta pintura memorable” que no oculta claras influencias de Tiziano. La Virgen y el Niño con los pecadores arrepentidos ha acusado el paso del tiempo, y ha sido restaurada por las humedades sufridas en su “forzado exilio” en el sótano.

Obras de arte accidentales

La peripecia del cuadro flamenco no es, ni mucho menos, la única. En los fondos de los grandes museos se acumulan obras escondidas que en muchos casos nunca verán la luz, tal y como cuenta Díaz Padrón: “Quedan muchas incógnitas por descubrir. En el mismo Museo del Prado, yo he llegado a catalogar hasta 40 cuadros equivocados “, recuerda para RTVE.es.

A través de la historia, son muchos los casos de tesoros artísticos que han terminado en el sitio equivocado ante miradas indiferentes, hasta ser descubiertos.

Es el caso de la célebre escultura de la Venus de Milo. En la actualidad, esta representación de la diosa Afrodita, deidad del amor y la belleza, permanece en el Museo del Louvre. Su pasado reciente es mucho menos glorioso. La estatua fue encontrada enterrada en la isla de Milos en 1820. Un campesino, que posteriormente intentó venderla, la descubrió al remover la tierra mientras realizaba su labor.

La Venus de Milo fue encontrada por un campesino

Un caso similar al del “Van Dyck oculto” es el de Naturaleza muerta con flores (1896), de Van Gogh. El bodegón adornó las paredes de la vivienda de un matrimonio estadounidense varios años. Pensaban que era una copia, hasta que un tasador se apercibió y el Rijsmuseum de Holanda verificó su autenticidad. El óleo, tan sólo firmado por una ‘V’, alcanzó en 1991 en subasta un precio superior al millón de dólares.

Otro cuadro de Van Gogh también provocó un curioso equívoco. En 2003 en Japón, Retrato de una mujer campesina estuvo a punto ser subastado por 83 dólares, al atribuirse a un autor anónimo. Después se confirmó que era del pintor, su preció de subasta sobrepasó los 500.000 dólares. Paradojas y misterios del mundo del arte.