El cerebro de los mamíferos se hizo grande gracias al olfato
- Este sentido provocó una evolución más rápida del cerebro
- En ocasiones era hasta 10 veces mayor que el tamaño del cuerpo
- Los mamíferos son los únicos que tienen el olfato muy desarrollado
Rosas, estiércol, pescado, lejía. Elementos con olor propio y característico que solo puede ser captado por los mamíferos, los únicos animales que cuentan con un agudo sentido del olfato.
Un equipo de paleontólogos ha descubierto que esta característica innata de los mamíferos es la que ha permitido una mayor y rápida evolución en los cerebros de la especie.
Los hallazgos, según recoge la revista Science, podrían explicar porqué los mamíferos han desarrollado cerebros tan grandes y complejos, que en ocasiones se ha constatado que eran 10 veces mayores que el tamaño del cuerpo.
Los científicos, encabezados por Tim Rowe, han reconstruido los fósiles de dos mamíferos de principios del periodo Jurásico, Morganuocodon y Hadrocodium, y han descubierto que su cerebro evolucionó en tres etapas principales.
En la primera mejoraron el sentido del olfato. Después, el tacto y la sensibilidad del vello corporal. Y la tercera, para mejorar la coordinación neuromuscular, la habilidad para provocar movimientos musculares empleando los sentidos.
Rayos X e imágenes tridimensionales
Durante el estudio usaron una técnica médica de generación de imágenes con rayos X para reconstruir los moldes cerebrales de estos fósiles de casi 200 millones de años que habitaban en China.
Unas diminutas criaturas -similares a las musarañas- que pudieron ser, según los expertos, los precursores de los mamíferos existentes o 'pre mamíferos'.
“Los cerebros de los mamíferos eran casi un 50% más grandes“
Observaron que la cavidad nasal y las regiones relacionadas con el olfato eran más amplias en los fósiles, junto con las áreas del cerebro que procesan esta información. Y ambas características indican que estos animales tenían un sentido del olfato más agudo.
La comparación de los moldes cerebrales con fósiles de otros grupos, como algunos reptiles primitivos, reflejaron que los cerebros de estos ejemplares eran casi un 50% más grandes que los precursores de los mamíferos.
Según los científicos, los resultados apuntan que la capacidad para dominar un mundo lleno de olores y aromas hizo que los primeros mamíferos fueran completamente distintos al resto de animales que poblaban la Tierra, incluso a sus parientes extintos más cercanos.