Philippe Pinel y las bases del diagnóstico psiquiátrico moderno
A hombros de gigantes
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El médico francés Philippe Pinel nació en Jonquières (Tarn), el 20 de abril de 1745. Hijo de un modesto cirujano, ingresó en el internado de los religiosos del Oratorio de Lavaur, donde estudió latín y religión.
Recibió órdenes menores y durante un tiempo enseñó teología, pero pronto colgó la sotana para estudiar medicina en Toulouse, donde se doctoró a los 28 años de edad.
Prosiguió sus estudios médicos en Montpellier y en 1778 viajó a París con la ilusión y esperanza de hacer carrera. Pero sus inicios fueron bastante más duros de lo que pensaba. En la ciudad del Sena sobrevivió impartiendo lecciones particulares de matemáticas y redactando y traduciendo circunstancialmente artículos médicos.
Su actividad periodística le llevó a dirigir en 1784 la Gazette de Santé. Dos años después empezó a tratar a algunos enfermos mentales en el manicomio del doctor Belhomme reservado a pacientes adinerados. En 1789 participó en la Revolución francesa, aunque se distanció de toda actividad política durante el periodo del Terror.
Mejorar el trato de los enfermos mentales
En 1793 fue nombrado médico del manicomio de Bicêtre, donde prestó gran atención a las prácticas de Jean-Baptiste Pussin, que propugnaba el tratamiento moral de los locos.
Para ello, recurría con fines terapéuticos a la parte de su razón que no estuviese perturbada. Tanto Pussin como Pinel fueron personas caritativas y benévolas con los enfermos, de voluntad enérgica y excelentes observadores.
Pinel decidió humanizar el tratamiento de los alienados, que era como se conocía en aquella época a los locos. Pidió autorización para suprimir las cadenas que sujetaban a los internos, las sangrías, las purgas y los tratamientos inútiles que sólo servían para debilitar a los enfermos.
“Pidió suprimir las cadenas que sujetaban a los internos, las sangrías, las purgas y los tratamientos inútiles“
En principio, esa autorización le fue denegada, aunque la consiguió más tarde, una vez superado el reinado del Terror. Fue entonces cuando introdujo una perspectiva psicológica y comenzó a hacer estudios clínicos objetivos.
Durante la última fase de la Revolución Francesa fue nombrado profesor adjunto de Física Médica y de Higiene en la nueva Escuela de Salud de París y posteriormente ocupó la cátedra de Patología interna.
En 1795 fue nombrado médico jefe de la Salpêtrière, cargo que ocupó hasta su muerte. Sus tratamientos constituyeron el primer paso hacía la psicoterapia individual.
Bases del diagnóstico psiquiátrico moderno
En 1798, Pinel escribió su Nosografia filosófica o Método del análisis aplicado a la medicina, en la que estableció los fundamentos del diagnóstico psiquiátrico moderno, al vincular el método analítico con la tradición hipocrática.
Tres años más tarde, redactaría su Tratado médico-filosófico de la alineación mental, un antecedente de los modernos diccionarios de psiquiatría. En su obra, clasificaba las enfermedades mentales o vesanías en melancolía simple, manía, demencia e idiocia.
Pinel consideraba estas dolencias como un desarreglo de las facultades cerebrales que podía deberse a causas físicas o directamente cerebrales; y causas morales (entre las que se encuentran las pasiones intensas y fuertemente contrariadas o prolongadas y los excesos de todo tipo.
“Atribuía los desarreglos cerebrales a causas físicas o cerebrales y a las causas morales“
Pinel demostró que en el paciente alienado persisten trazas de razón que permiten restablecer, en una especie de alianza terapéutica, el diálogo interrumpido por la locura, y se interesó por la reglamentación de la institución hospitalaria psiquiátrica.
También demostró la importancia de las relaciones con el ambiente familiar, el medio o los otros enfermos en el desencadenamiento, la persistencia y el agravamiento de la enfermedad mental.
Hizo hincapié en la disciplina, la regulación de la vida de los enfermos, su clasificación rigurosa y el aislamiento de los más peligrosos. Insistió en la necesidad de que el médico participase en la administración hospitalaria.
Napoleón le condecoró en 1805 con la Legión de Honor y le nombró Médico Consultor del Emperador. La Restauración también lo condecoró en 1818 con la Orden de Saint Michel. Pero cuatro años más tarde se apagó su buena estrella y fue destituido de su cargo de profesor. Murió en París el 25 de octubre de 1826.