Sarah Glidden: "Sigo teniendo esperanzas en la paz entre judíos y palestinos"
- La joven ha triunfado con el cómic 'Una judía americana perdida en Israel'
- Se trata de un provocativo diario de viaje político-religioso a Israel
Sarah Glidden (Boston, 1980)
Estudiante de arte, en 2007 decidió viajar a Tierra Santa motivada por sus inquietudes en torno al conflicto entre Israel y Palestina, aprovechando el programa Derecho de Nacimiento que facilita a todos los israelíes que viven fuera del país, un viaje gratis. Narró su experiencia en un minicómic con el que ganó el Ignatz Award y consiguió que DC Comics publicase las tiras en el libro 'Una judía americana perdida en Israel'. Un diario de viaje político-religioso que ha sido publicado en países como Francia, Alemania, Italia y Holanda. Actualmente trabaja en periodismo gráfico.
Dentro de tres meses los palestinos reclamarán a la ONU el reconocimiento como estado independiente ante el fracaso del proceso de paz, lo que ha provocado que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu haya viajado a Estados Unidos para pedir a su aliado principal que lo evite.
Hoy se reúne con Obama que ha cambiado su discurso asegurando que apoya la creación de un estado Palestino con el regreso a las fronteras de 1967.
En este clima crispado, Sarah Glidden ha presentado en España Una judía americana perdida en Israel (Norma Editorial) un premiado y provocativo diario de viaje político y religioso a Israel, en busca de respuestas al conflicto árabe-israelí; que sólo le provocó más preguntas.
"Sigo teniendo esperaza en que la paz es posible, pero no en el proceso actual porque Netanyahu no está dispuesto a ceder y para que la paz sea posible todos tienen que poner algo de su parte", asegura la joven autora, que estos días realiza una gira por Europa para promocionar su cómic y que también es crítica con Estados Unidos.
"Me gustaria que la postura de la administración de Obama fuera más rígida porque aseguraron que estaban en contra de nuevos asentamientos judíos en Jerusalén y Cisjordania Oriental, pero cuando se presentó la propuesta en en la ONU en contra de esos asentamientos, Estados unidos la vetó".
Periodismo, autobiografía y cuaderno de viajes
Aún así, Sarah piensa que el entendimiento entre judíos y palestinos es posible. Lo pudo comprobar durante su viaje de derecho de nacimiento a Israel. se trata de un programa que, desde el año 2000, facilita a todos los israelíes que viven fuera del país un viaje gratis, para fortalecer su identidad religiosa. Una aventura que ella abordó con escepticismo y con la intención de plasmarlo todo en un cómic.
"Comencé el viaje con muchos prejuicios contra los israelíes. Pero al estar allí ví que no era tan simple. No es que me convencieran de su punto de vista, pero comprendí que no era tan sencillo, que todo está interconectado y que no es una cuestión de malos y buenos".
Allí pudo conocer a grupos formados por israelíes y palestinos que luchaban juntos por la paz. "Los que forman estos grupos no siempre están de acuerdo, pero lo más importante es que están dispuestos a dialogar, a escuchar las opiniones del otro lado y a reconocer el daño que se han hecho unos a otros".
"Lo que está claro, concluye, es que no hay soluciones fáciles y todas pasan por el diálogo"
"Lo que más me impresionó fue el muro de Cisjordania"
Durante el viaje reflejado en el cómic Sarah intenta descubrir la verdad en medio de un aluvión de propaganda y opiniones contradictorias.
De entre los muchos lugares que visitó en las dos semanas tiene claro que lo que más la impresionó fue el polémico Muro de Cisjordania, que construye el gobierno de Israel para incluir en su territorio asentamientos israelíes densamente poblados y que están en territorio cisjordano.
"Reconozco que fue un shock ver ese muro y cómo afecta a las personas, encerrando a un pueblo con cemento y alambre de espino. Hasta que no lo vi no me dí cuenta de que era una cosa muy real y no un concepto abstracto".
Experiencias como esta son las que cambiaron la vida a una joven de 26 años. "La Sarah actual es más madura, más sabia... ve las cosas más en tonos de gris. Antes del viaje era mucho más inocente y neurótica".
Mucho más que un cómic
"Cuando comencé el viaje, asegura Sarah, quería hacer el cómic para mí, no tenia pensado que nadie más lo viera. Sólo quería reflejar mi experiencia. Y al volver empecé a dibujar minicómics".
"Lo primeros capítulos, continúa, los fotocopié yo misma en formato pequeño y los vendía en ferias junto a otros dibujantes. En 2008 estaba en Nueva York vendiendo esos minicómics en un festival de cómic indie. Entonces se acercó un hombre que llevaba una chapa de la editorial DC en la chaqueta. Compró un par y dos días después recibí un un email suyo diciendo que era Jon Vankin, un editor de DC Comics y que le gustaría publicar mis cómics en la línea Vértigo. Cambió mi vida".
Sarah publicó el cómic, que le ha valido varios premios como el Ignatz Award y estupendas críticas alabando su lenguaje visual y verbal que le permite afrontar los temas más espinosos con inteligencia, sensatez y sentido del humor. Algunos afirman que ha inventado un nuevo tipo de cómic periodístico, algo que ella niega.
"El inventor del cómic periodístico fue Joe Sacco, asegura, con títulos tan importantes como Palestina: en la franja de Gaza y Gorazde: Zona Protegida. Él es una de mis mayores influencias junto a Marjane Satrapi (Persépolis) y Art Spiegelman (Maus)"
"Aunque, puntualiza, siempre que trabajas en un género puedes aportar cosas nuevas, y eso es lo que intento"
Estrella del cómic periodístico
"Ni siquiera me había planteado que el cómic se publicara en otros idiomas", asegura Sarah. Pero está en medio de una gira de promoción que la llevará por varios países europeos. Y su libro ha llegado hasta Jerusalén donde ha sido bien acogido.
"Me sorprende porque pensaba que no les iba a parecer bien que una americana escribiera sobre ellos pero me han llegado buenas críticas".
"Los cómics, comenta Sarah, no pueden tratar algunos temas con tanta profundidad como el periodismo escrito pero tienen una ventaja, y es que pueden usar la combinación de dibujo y textos para crear conexiones personales con el lector, transmitiendo mucho mejor los sentimientos y alimentando la imaginación, de forma que hacen mucho más accesibles temas complicados como este".
"Y pueden acrecentar en el interior de los lectores el deseo de documentarse más, para lo que ya acudirían a la prensa o los libros", concluye.
"Ahora mismo acabo de terminar un trabajo de periodismo gráfico de 20 páginas para la web Cartoon Movement sobre refugiados iraquíes viviendo en Damasco, lo que Siria llamó "la Sala de espera".
Un proyecto que es parte de un viaje que Sarah hizo el año pasado con un grupo de reporteros llamados Common Language Project. Actualmente está empezando una novela gráfica sobre esos reporteros y sus experiencias en el sureste de Turquía y el norte de Irak, Líbano y Siria.
El viaje de derecho de nacimiento le ha cambiado la vida, pero Sarah no sabe si lo recomendaría. "Es una cuestión complicada, porque tengo mis reservas. Recomiendo otros viajes similares, pero más liberales, por la zona de Cisjordania, que muestran el otro lado del conflicto. Pero hagan el viaje que hagan, lo fundamental es tener la mente abierta y el espíritu crítico".