'Cuadernos Ucranianos', Testimonios desgarradorres de los tiempos de la URSS
- Igort ha convivido con este pueblo durante dos años para contar su realidad
- Genocidio, canibalismo... el dibujante ha entrevistado a los supervivientes
"Distrito de Vysokopolsk, el 16 de febrero de 1933, en Zagradovka, murió el joven Nicolái, de 12 años, perteneciente a una familia de campesinos pobres. la madre, F y su vecina, Anna S. , cortaron en pedazos el cadáver y los sirvieron con la comida que habían preparado"
Esta es una anotación real del el jefe de departamento regional de uno de los distritos de Ucrania. Una región que, entre 1932 y 1933, fue sometida a un programa de extermino por hambre que afectó a más de un cuarto de la población. El culpable, el padre del pueblo soviético, Joseph stalin, que llamó a esta operación "deskularización".
Una operación que trajo el hambre, la deportación, el canibalismo, el comercio con carne humana y la invasión alemana nazi. Todo ello está reflejado en el cómic Cuadernos Ucranianos. Memorias de los tiempos de la URSS (Sins Entido), del guionista y dibujante Igort.
Uno de los momentos más oscuros de la historia
Igort, se hizo una pregunta ¿Cómo había sido la vida durante el comunismo y tras él en lugares como Ucrania?.
Se fue allí y convivió, durante dos años, con sus gentes. Sus desgarradores testimonios están recogidos en este libro en el que podemos leer los relatos de varios personajes, supervivientes de varias épocas, a cual más cruel.
Con un tono documental y periodístico redescubre un genocidio fisico y cultural para contar, en primera persona, la historia de quienes sufrieron esas tragedias. Armado de su lápiz y una grabadora recoge testimonios sobre la gran hambruna provocada (Holdomor) que asoló Ucrania de 1932 a 1933 y donde tener una vaca era la diferencia entre la vida y la muerte.
Donde se dieron numerosos casos de canibalismo.
También la época del genocidio cultural, la invasión nazi, las consecuencias de la contaminación nuclear, y el desencanto actual.
Testimonios desgarradores
Y todo usando testimonios como los de María Ivánovna, una anciana de 84 años que cada mañana sale a la calle con una báscula para pedir unas monedas a la gente por pesarse.
El de Serafina Andréyevna, una de las víctimas de la radiación de Chernóbil, que murió a las dos semanas de ser entrevistada por el autor ("Serenamente, sin luchar")
O la historia de Nicoláis Vasílievich, que sufrió la ocupación nazi, trabajó en las fábricas en condiciones infrahumanas, estuvo enfermo y sólo durante 6 años ("fui como un perro, día y noche a cuatro patas") y que ahora malvive viviendo sus cosas en el mercado ("las cosas de mi casa a las que más cariño les tenía. Ya no me hacen falta")
O el abandono de los campos, que en otra época hacían que Ucrania fuese considereada el granero de Europa y que hoy languidecen.
"En Ucranía vivían 52 millones de personas, pero desde que es independiente, en 18 años, han muerto 7 millones de personas. La gente no tiene trabajo, los precios han subido y nadie ve la luz al final del túnel", afirma Nicolái Ivánovich, otro de los entrevistados.
Esos testimonios hacen de este libro un documento imprescindible para conocer el pasado, presente y futuro de un pueblo acostumbrado a sufrir.
Un libro que nos entristece, nos emociona y nos hace desear que cosas como esta no vuelvan a pasar jamás.
Uno de los grandes ilustradores europeos
Igort (Cagliari, 1958) es uno de los autores más refinados de la vanguardia de la ilustración, que ha trabajado para las principales editoriales de todo el mundo, incluídas las japonesas, tan selectivas con los autores extranjeros.
En 1994 expuso su obra en la Bienal de Venecia y en el 2000 fundó su propia editorial, Coconino Press.
Dos de sus trabajos más significativos, 5 , el número perfecto y Fast Waller, junto al argentino Carlos Sampayo, han sido publicados en España por Sins Entido.