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Los comerciantes de Sol: "Los indignados somos nosotros, no ellos"

  • La mayoría apoya las razones de la acampada, pero espera que acabe pronto
  • "Ahora tenéis respeto, si seguís, tendréis cabreo", les advierten
  • Destacan algunos problemas con gente, dicen, "ajena a la organización"

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Los comerciantes de Sol aseguran que sus ventas han bajado un 70%

"Los indignados somos nosotros, no ellos". Así resume Manuel, uno de los dos quiosqueros de la Puerta del Sol, cómo se siente tras esta semana y media de acampada del movimiento 15-m. "Las ventas han bajado un 70% y los turistas, por miedo, se quedan en la plaza de Canalejas y no bajan", cuenta exasperado.

Manuel explica que hay muchas reivindicaciones de los 'indignados' , pero cree que "se les ha ido de las manos". Lamenta que al movimiento se haya unido gente "que nada tiene que ver con ellos" que están desvirtuando la razón por la que se acampó en un principio.

"Hay gente buena y gente mala, gente con razón y gente sin ella", opina uno de los comerciantes de la plaza. "Es verdad que no se meten con nadie, pero esto es una ruina, un desastre", apunta.

Los dependientes de uno de los restaurantes de la plaza, sin embargo, afirman que "el ritmo de trabajo sigue siendo el mismo". "Tenemos más o menos la misma clientela que antes del día 15", añaden.

"Ahora tenéis respeto, si seguís, tendréis cabreo"

En general, los comerciantes de la plaza y las calles aledañas, se muestran comprensivos con las razones de la acampada, pero desean "que se acabe pronto".

"Ahora tenéis el respeto de todo el mundo, si seguís más tiempo vais a tener el cabreo de todo el mundo", dice uno de los dependientes de una pastelería de la plaza a dos 'indignados' de la comisión de Respeto que están tomando nota de las molestias que puedan estar causando.

Por su parte, los "indignados" se muestran convencidos de que "a nivel personal" los comerciantes están con ellos. "A nosotros también nos está preocupando que estén bajando las ventas", reconoce una de las portavoces del movimiento 15-m. Este lunes algunos representantes de la organización de la acampada se reunieron con la COCEM (Confederación de Comercio Especializado de la Comunidad de Madrid) para negociar la convivencia.

"Respeto para todos"

Este miércoles se ha procedido poco a poco a la retirada de los carteles de los escaparates de la Puerta del Sol y, aunque este martes se decidió en asamblea que la medida beneficiaria al pequeño comercio y no a los locales propiedad de grandes franquicias o multinacionales, lo cierto es que estos grandes comercios también lucen más limpios.

"Hoy hemos vuelto a reunirnos con los comerciantes en busca de un consenso, les hemos dado las gracias por todo el apoyo que nos están dando y les hemos pedido perdón por las molestias ocasionadas. Hemos decidido también que la limpieza se hiciera extensiva a todos los comercios, porque hay respeto para todos, sean grandes o pequeños", explica Pedro mientras trata de eliminar los restos de una pegatina en un escaparate.

Desde la comisión de Respeto apelan así a no hacer distinciones entre comercios. "Son heterogéneos, como nosotros", continúa Pedro. Sobre las pérdidas en las ventas, este joven 'indignado' apunta que "más han perdido con la subida del IVA al 18%".

Los comercios más grandes, por su parte, prefieren no hacer declaraciones a los medios y piden a los periodistas que se pongan en contacto con los departamentos de comunicación de las respectivas empresas.

No son los únicos que no hablan. Muchos comerciantes declinan hacer comentarios, por vergüenza o "miedo a represalias" y se escudan en personas -ausentes en ese momento- "con más responsabilidad o más información" para contestar las preguntas.

Problemas con personas "ajenas a la organización"

Los comercios de la plaza de la Puerta del Sol no son los únicos afectados por la acampada y sus efectos.

En un negocio de decoración y bisutería de la calle del Carmen lamentan que se esté perjudicando a los que se manifiestan. "El domingo nos pegaron un montón de carteles en el escaparate, que quitamos nosotros. Pero estoy segura de que no es culpa de los que se manifiestan, sino de grupos de gente ajena a la organización que les perjudica y que se oculta en la acampada", explica la engargada del negocio, que apunta que también han notado una bajada en las ventas.

En una zapatería cercana cifran este descenso en el volumen de ventas en un 35% y la achacan a que "la gente de Madrid" no se acerca a la Puerta del Sol. Denuncian también problemas "de higiene" y explican que uno de los días del fin de semana tuvieron que salir los comerciantes a la calle con cubos de agua porque "olía a meado por toda la calle".

En la calle de la Montera, uno de los dependientes de un importante negocio de moda también incide en este aspecto y denuncia que durante el fin de semana encontraron excrementos humanos en la puerta, aunque cree que hay cosas que son "incontrolables" por parte de la organización del movimiento 15-m, "como mucha gente que se les une".

Bajan las ventas y los turistas

Este dependiente explica que no van a llegar a los "resultados objetivos" que se les  exigen y se muestra esperanzado porque el campamento se levante este  domingo. "Esta es una zona de turistas, y los turistas ya no vienen como  antes. Estoy de acuerdo con la causa, pero una cosa es lo que se  plantea y por qué razones y otra muy distinta es la duración", cuenta.

"El domingo vino gente sólo buscando gorros, gorras, camisetas y calcetines; y todo les parecía caro. El sábado ni siquiera pudo pasar nadie porque, entre las 17.00 y las 19.00 tuvimos una asamblea de unas 300 personas en la misma puerta", expone el trabajador como ejemplo de sus desesperación.

Hay negocios y negocios. En general los de alimentación no se lamentan por un descenso de las ventas. En una heladería de la calle Preciados explican que ellos apenas lo han notado en ese sentido, pero que sí han comentado entre los comerciantes "el bajón de turistas". "Este martes la calle estaba rara", apunta una de las dependientas.

Hay quien, incluso, se mantiene al margen de todo lo que ocurre. En plena plaza, uno de los camareros de una pizzería 24 horas dice no saber ni siquiera a qué se debe la manifestación. "Yo sólo sé que yo vendo menos, pero mis compañeros de la noche venden más", dice.