Corominas: "Lo que pasó es un peso que llevaré encima toda la vida"
- El yerno de los Tous ha empleado su derecho a la última palabra
- La defensa ha pedido al jurado popular que se ponga en su lugar
- La Fiscalía rebajo la semana pasada a siete años su petición de condena
El yerno de los joyeros Tous, Lluís Corominas, acusado de matar de un disparo a un presunto ladrón que intentó entrar a robar en la casa de sus suegros, ha proclamado este jueves al jurado popular que lamenta lo sucedido y que es un "peso" que llevará encima "toda la vida".
El acusado ha empleado este jueves su derecho a la última palabra, antes de que el juicio quede visto para sentencia a la espera del veredicto del tribunal popular, para asegurar que lamenta los hechos y que "nunca" se habría imaginado encontrarse en una situación similar.
Las últimas palabras de Corominas han sido precedidas por los informes de su defensa, ejercida por el exmagistrado de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, que ha pedido al jurado que resuelva sin ataduras, "sin miedo a lo que se dirá", y absuelva a un hombre que actuó "en legítima defensa, por error, de buena fe", al sentirse realmente atacado.
Bueren, que ha incluido en su discurso alusiones bíblicas, ha considerado que Corominas procedió de manera "irreprochable", en defensa de la propiedad, de la morada de su familia y de la vida del vigilante que se encontraba en el chalé cuando entraron los asaltantes.
El letrado del yerno de los Tous ha apuntado al jurado que no tome su decisión pensando en la paz social, como sugirió en sus informes finales la fiscal Teresa Duerto, sino que resuelvan "sintiéndose libres de verdad, como lo que realmente son, sus señorías".
"Reivindicamos el derecho a defendernos, a defender nuestra propiedad y a defender nuestra familia", ha apelado Carlos Bueren, convencido de que Lluís Corominas "hizo todo lo que pudo y más de lo que cualquiera habría hecho" en aras a la protección de los suyos.
La defensa pide que se pongan en su lugar
La defensa ha pedido al tribunal popular que se ponga en el lugar de Corominas y que no lo castigue por "haberse equivocado en una situación límite" debido al intenso miedo que sufría, porque, ha argumentado, el derecho español es comprensivo cuando se actúa así en "situaciones únicas e irrepetibles".
Para Carlos Bueren, Corominas se encontró en una "situación desesperada" y por culpa del miedo se equivocó, al interpretar que la víctima echaba mano a una pistola, por lo que "no puede haber castigo" para él.
El letrado ha replicado a las conclusiones de la fiscal, que anteayer acusó a la defensa de enfrentar en este juicio el derecho a la propiedad y el derecho a la vida, y ha subrayado que "nunca, nunca, nunca" ha planteado este proceso como un debate sobre los límites de la legítima defensa.
"Este no es un juicio sobre el derecho a matar, sino sobre un hombre que vivió un caso particular en unas circunstancias extremas", ha mantenido el exmagistrado, tras expresar su rechazo al versículo bíblico que reconoce que "todo aquel que mate al que entre en su morada de noche está exento de culpa".
La defensa arremete contra las "trampas dialécticas"
Frente a los argumentos de la Fiscalía de que las víctimas habían acudido al domicilio de los Tous desarmados y sólo para robar, Bueren ha resaltado la peligrosidad potencial del grupo de asaltantes y ha recordado la brutal agresión que sufrió el empresario y "show man" José Luis Moreno de una banda de albano-kosovares.
El letrado ha arremetido contra las "trampas dialécticas" de los informes finales de la Fiscalía, a los que ha tildado de "ceremonia de confusión", y ha interpretado la rebaja de la condena planteada por las acusaciones como una capitulación hacia los planteamientos de la defensa.
"Ha costado cinco años y medio que la Fiscalía y la acusación particular reconocieran que a Corominas ni se le pasó por la cabeza que acabaría disparando y que todo aquello acabaría con la muerte de una persona", ha protestado Carlos Bueren.
La Fiscalía rebajó el pasado lunes de once a siete años y medio de prisión su petición de condena para Corominas, al considerar que su intención de matar al presunto asaltante no era directa, sino que disparó para evitar su huida al acercarse al vehículo y descubrir que estaba ocupado por dos supuestos ladrones.