Washington reducirá la presencia militar en Pakistán por petición expresa de Islamabad
- El gobierno pakistáni lo ha pedido mediante un escrito
- Las relaciones entre los dos países se tensaron desde la muerte de Bin Laden
Estados Unidos han anunciado este miércoles que había comenzado a reducir su presencia militar en Pakistán después de Islamabad haya hecho una solicitud formal para ello. Esta decisión se produce en un contexto de crecientes tensiones entre los dos países, especialmente después de la operación de estadounidense que acabó con la vida de Osama Bin Laden.
"Últimamente (más de las dos últimas semanas), hemos recibido una solicitud por escrito del gobierno de Pakistán para reducir nuestra presencia en el país, así que hemos empezado a reducir” la presencia militar ha dicho el portavoz del Pentágono, el coronel Dave Lapan mediante un correo electrónico distribuido a la prensa y citado por AFP.
Hasta el momento hay más de 200 soldados en Pakistán que ocupan posiciones críticas para los instructores de las fuerzas paquistaníes en una lucha común contra Al-Qaeda y los militantes islámistas.
El paradero de Bin Laden
Tras la incursión estadounidense que mató al líder de Al Qaeda en Abbottabad el pasado 2 de mayo, una operación que EE.UU. puso en marcha sin el conocimiento de Pakistán, las relaciones entre los dos países se han tensado significativamente.
EE. UU manifestó sus públicas dudas sobre si Pakistán conocía o no el paradero del terrorista, e incluso el propio Barack Obama llegó a afirmar que Bin Laden se había "beneficiado de una red de apoyo dentro de Pakistán”. El país asiático negó las acusaciones y anunció una investigación.
Poco después, el Secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, aseguró "entender la frustración del Congreso" por la falta de cooperación de Islamabad contra el extremismo islamista aunque añadió queno había "ninguna evidencia" de que los dirigentes paquistaníes supieran la presencia de Osama bin Laden en Abbottabad.
Desde la muerte de Bin Laden, Pakistán ha sufrido intensos ataques por parte de los talibanes pakistaníes, que juraron venganza por la muerte del líder de Al Qaeda y que pusieron como uno de los principales objetivos a las autoridades políticas y militares del país.