Alto el fuego entre el Gobierno y las tribus de Yemen en pleno ambiente de guerra civil
- Manifestaciones rivales se vuelven a producir en Sanáa, dividida en dos
- Las tribus dicen que se han hecho con una base militar
- Los ciudadanos empiezan a abandonar una ciudad sitiada
El grupo tribal yemení que controla parte de la capital del país y las fuerzas de seguridad leales al presidente Alí Abdulá Saleh han decretado un alto el fuego después de tener intensos combates esta mañana que han llevado incluso al bombardeo aéreo de una base militar tomada por los rebeldes.
"Estamos ahora en medio de una mediación y ha habido un alto el fuego entre ambos bandos...Pero si Alí Abudlá Saleh vuelve a luchar, estaremos preparados", ha declarado el líder de la tribu Hashed, Sadeq al-Ahmar, ante centenares de manifestantes.
En las calles de Sanáa se escucha el sonido de aviones de guerra rompiendo la barrera del sonido en un nuevo viernes de manifestaciones rivales, que los activistas pro-democráticos han declarado de la "revolución pacífica" y que ha estado marcada por los funerales de 30 víctimas de los enfrentamientos de esta semana.
Viernes de la Revolución Pacífica
Sin embargo, la participación en la manifestación, inspirada por las revueltas de Túnez y Egipto, fue menor que en semanas anteriores ante la huida de muchos ciudadanos de la ciudad y el cierre de las carreteras de los alrededores por parte del Gobierno, que quiere evitar que lleguen más tribus que puedan reforzar a los Hashed.
Antes de declararse el alto el fuego se han escuchado artillería y explosiones esporádicas en Sanáa cerca del lugar de la manifestación que ha vuelto a pedir la salida de Saleh tras 30 años en el poder.
Las tropas de al-Ahmar se han retirado de los edificios gubernamentales que han tomado durante esta semana mientras las tropas del Gobierno han hecho lo propio de la parte de la ciudad que controla la tribu.
"Queremos una revolución pacífica pero Saleh, sus hijos y su camarilla querían guerra. No vamos a darle la oportunidad de ir a una guerra civil. Hay una mediación en curso ahora", ha declarado Ahmar a la agencia Reuters.
La semana de combates en Sanáa, los peores desde que estalló la revuelta en enero, ha permitido a Saleh recuperar la iniciativa agitando el fantasma de la guerra civil pero muchos manifestantes siguen determinados a forzar su salida.
"Estamos aquí para renovar nuestra determinación para una revolución pacífica Rechazamos la violencia porque si no estaremos inmersos en una guerra civil", ha declarado Yahya Abdulá en el campamento de los contrarios a Saleh, donde vehículos armados se han desplegado para proteger a los que rezan.
A unos pocos kilómetros de distancia los partidarios de Saleh tenían su propia manifestación, en la que había banderas de Yemen y fotos de Saleh.
"Por Dios, no te vayas", decían las pancartas en la marcha.
Combates en una base
Mientras tanto, los combates se desataban en un complejo militar, que habría sido tomado por los rebeldes, que han denunciado que la fuerza aérea de Saleh ha bombardeado el lugar para evitar que la tribu se haga con las armas almacenadas allí. Se han escuchado más bombas a lo largo de la jornada.
En Ginebra, la comisión de derechos humanos de la ONU ha advertido de que el aumento de la violencia en Yemen en los últimos días es muy alarmante, sobre todo dado que el Gobierno estaba muy cercano a firmar un acuerdo de transición con la oposición impulsado por los países del Golfo.
Sin embargo, la nueva negativa de última hora de Saleh ha vuelto a alimentar el enfrentamiento civil, hasta el punto de que sus antiguos aliados occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, le han pedido que firme de una vez el acuerdo propuesto por los países vecinos y deje el poder.