La desnutrición y la educación, caballos de batalla de Unicef en Haití
- El programa Buscamundos e informativos visitan un centro de desnutrición
- Las familias se refugian entre los restos de aviones en un campo de la capital
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El programa Buscamundos y el equipo de TVE han estado en Aviation Camp, uno de los muchos campos de desplazados por el terremoto. Aquí, los restos de aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea haitiana se han convertido en refugio permanente para miles de personas (no hay cifras oficiales).
El equipo ha visitado un centro de nutrición de Unicef, donde las madres embarazadas y los niños desnutridos acuden a diario. En Haití hay un millón de niños menores de 5 años, de los que el 24% tienen malnutrición crónica, 90.000 tienen desnutrición aguda y 22.000 severa. O reciben tratamiento o pueden morir.
En este centro, se pesa a los niños cada día, se les mide el brazo y a las madres se les da el tratamiento de nutrición terapéutica: una crema de cacahuete que les permite pasar a una fase más leve y recibir otro tipo de cuidados. También se vacuna, se distribuyen vitaminas y sales.
Crecimiento de la natalidad
Según Paloma Escudero, directora ejecutiva de Unicef España, que acompaña al equipo, después del seísmo se ha producido un aumento de la natalidad. "Ahora hay un trabajo grande de educación de las mujeres embarazadas y de atención postparto y salud neonatal", explica.
"Los mil primeros días de la vida de un niño son la clave, y es lo que atendemos en estos centros", añade.
En Aviation Camp, como en otros campos de Puerto Príncipe, el trabajo de las ONG se lleva a cabo en circunstancias de seguridad difíciles. El riesgo ha quedado patente en esta ocasión cuando en mitad de la visita se ha producido una intervención de la Policía. Pero la labor de las organizaciones humanitarias como Unicef implica tener presencia incluso en circunstancias de riesgo como aquí.
Los tres campos en los que trabaja Unicef son nutrición, educación y protección. "En Haití queda mucho por recorrer: aún hay un 70% de menores que viven en la pobreza y que tienen derechos como cualquier otro niño", concluye Paloma.
Demanda de educación
"El pueblo hatiiano tiene demanda de educación, aquí no son necesarias campañas de concienciación: la demanda es mayor que la oferta", explica Françoise Gruloos-Ackermans, la representante de Unicef en Haití. Françoise es belga y tiene una larga experiencia en el país y en el resto del Caribe: ya estuvo aquí en 2002 - 2005 y volvió tras el seismo. Acaba de reunirse con el presidente, Michel Martelly, quien ha prometido crear un Fondo Nacional para la Educación financiado con tasas sobre las telecomunicaciones, y en el que participará la cooperación española.
"Nos da mucha esperanza", dice François. El 80% de la educación en Haití es privada: los padres de este país paupérrimo tienen que pagar para que sus hijos vayan a la escuela. 500.000 niños no están escolarizados. También es necesario formar maestros de manera acelerada.
"El Estado es débil, y lo reconoce. Sin las ONG y las organizaciones humanitarias, no sé qué hubiera pasado tras el terremoto", explica la jefa de Unicef. François quiere dar un margen de confianza al nuevo ejecutivo: "Parece que Martelly va a poner un poco de orden".