'La dama del armiño', de Leonardo da Vinci, cautiva en su primera visita a España
- El cuadro se expone hasta el 4 de septiembre en el Palacio Real
- Es la pieza central de una muestra de los tesoros de Polonia
Estuvo desaparecida, escondida emparedada y hasta confiscada por los nazis. Ahora, después de las visicitudes vividas durante siglos y ya sana y salva, aunque sometida al estrés de los viajes de préstamos artísticos, La dama del armiño, uno de los cuatro retratos de mujeres que pintó el genio renacentista Leonardo da Vinci, está en España por primera vez para ser expuesta.
La obra, también conocida como Retrato alegórico de Cecilia Gallerani, es la pieza central de la exposición organizada por Patrimonio Nacional "Polonia. Tesoros y colecciones artísticas". Irremediablemente eclipsa al resto de 195 obras que componen la muestra, y casi también a La niña en un marco, de Rembrandt, la otra gran obra maestra que podrá verse en la muestra del Palacio Real del 1 de junio al 4 de septiembre.
El óleo, pintado alrededor de 1490 y que representa a la amante del duque Ludovico Sforza el Moro, ha llegado a España bajo unas estrictas medidas de seguridad, dignas de una dama de la corte milanesa. Hasta el punto de que ha sido el propio Ejército polaco el encargado de su custodia hasta Madrid, según ha desvelado Zofia Golubiew, directora del Museo Nacional de Cracovia, organizador de la muestra con Patrimio Nacional.
El cuadro está aquí, según se ha desvelado en la presentación de la exposición, gracias a la insistencia personal del presidente de Patrimonio Nacional, Nicolás Martínez-Fresno, y a la voluntad de su propietario, el aristócrata polaco Príncipe Adam Carol Czartoryski, presidente de la Fundación Príncipes Czartoryski, que expone la obra en el museo que lleva su apellido en Cracovia, aunque ahora está en depósito en el Museo Nacional de Cracovia. "Quería que La Dama viniera a España, porque no había estado anteriormente [el Museo del Prado intentó traerla] y porque lo quería hacer", ha explicado Czartoryski, nacido en Sevilla cuando su familia se refugió en España durante la Segunda Guerra Mundial.
Una dama con sobresaltos
El cuadro, que se ha conseguido que viniera a Madrid hace dos meses, tras saberse que iba a viajar también a Londres para una gran retrospectiva sobre Da Vinci, solo había podido ser visto hasta ahora fuera de Polonia en EE.UU., Rusia, Hungría e Italia, donde levantó gran expectación en su regreso al país que lo vio nacer.
La obra representa a una joven Cecilia Gallerani, que se convirtió en amante oficial del duque Ludovico El Moro gracias a sus dotes para la literatura y la música. El armiño que porta la dama en sus brazos tiene sobre todo una función de emblema en la obra, ya que alude al propio duque, conocido con el sobrenombre de "ermellino" (armiño), por haber recibido en 1488 la Orden del Armiño que le concedió Don Fernando I de Aragón, Rey de Nápoles.
El cuadro, citado en un soneto de Bernardo Bellincioni en 1493 y que no fue atribuido fehacientemente a Leonardo Da Vinci hasta principios del siglo XX, es realmente innovador para la época en la que se pintó, según ha explicado la conservadora de pintura de Patrimonio Nacional, Carmen García-Frías.
Así, el artista florentino abandonó la tradicional representación de perfil para adoptar una perspectiva de tres cuartos, que muestra gran parte del torsi y "dota a la composición de un dinamismo que no existe en sus relatos anteriores". A ello se une que la luz para modelar la figura proviene de una única fuente situada ante la modelo y ligeramente elevada, lo que resalta las partes de la dama y del animal más próximas a la luz y oscureciéndose el resto y "adquiere un carácter plenamente tridimensional", logrando Da Vinci el "efecto de vida real", de plena naturalidad.
El cuadro, de incalculable valor artístico, estuvo desaparecido tras la muerte de Cecilia Gallerani y reapareció en Polonia en 1800, cuando lo adquirió el príncipe Adam Jerzy Czartoryski. Al igual que el país, repartido su territorio entre Rusia, Prusia y Austria, el cuadro vivió momentos convulsos: entre guerras e invasiones, la obra fue ocultada y trasladada a otros países, de Polonia a Francia, de Francia a Polonia y a Austria y hasta los nazis la confiscaron para el proyectado museo de Adolf Hitler en Linz, aunque pudo ser interceptada. Acabada la guerra, el cuadro fue llevado a Alemania y luego fue devuelto a sus propietarios.
"La Dama estuvo casi seis años enmurada, lo que demuestra que es una dama con mucha fuerza para aguantar eso", explica en su perfecto castellano el aristócrata "polaco-sevillano" propietario del cuadro para rememorar cómo sus antepasados la ocultaron para evitar su saqueo durante la Segunda Guerra Mundial.
La niña de Rembrandt y otros tesoros
En la exposición del Palacio Real de Madrid, se pueden ver otras 194 obras, entre pintura, escultura, mobiliario, tapices, artes decorativas y suntuarias, monedas y medallas, libros y documentos, piezas que comprenden desde la época medieval hasta finales del siglo XVIII, cuando Polonia perdió su independencia al ser repartida por las tres potencias invasoras.
Además de la obra de Da Vinci, se incluyen pinturas de Lucas Cranach, Marcin Kober, Szymon Boguszowicz, Hans von Aachen, David Bailly, Broder Matthinsen, Franciszek Sniadecki, Louis de Silvestre o Jacob Wessel, entre otros artistas.
La otra gran joya de la exposición, que cierra La Dama del armiño, puede verse en la penúltima sala, Niña en un marco, del holandés Rembrandt, de 1641. Según la conservadora de Patrimonio Nacional, se trata de unas de las etapas más representativas de este artista, en la que comienza a experimentar con posiciones innovadoras en el campo espacial.
España corresponderá a Polonia con otra exposición que se inaugura en julio en Cracovia, titulada "Tesoros del Patrimonio Nacional de España", que incluirá un total de 104 obras.