Italia celebra los 150 años de su unificación junto a 42 Jefes de Estado
- Entre los asistentes, el rey Juan Carlos junto al vicepresidente tercero
- Italia ha multiplicado las medidas de seguridad
La conmemoración de los 150 años de la unificación de Italia y el Día de la República ha congregado este jueves en Roma a 42 jefes de Estado, entre ellos el rey de España, y a 80 delegaciones internacionales que han presenciado un desfile militar y asistirán a un concierto sinfónico y una cena de honor.
Los jefes de Estado y los representantes internacionales han podido ver desde una tribuna un colorido desfile militar que se ha desarrollado por la vía de los Foros Imperiales, en el centro de Roma, en un día de sol radiante.
El rey Juan Carlos
El rey Juan Carlos ha viajado a Roma acompañado por el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves y el jefe de la Casa Real, Alberto Aza Arias.
Don Juan Carlos, con traje azul y corbata roja, ha ocupado el primer puesto en el palco de honor y ha sido saludado durante varios minutos y con gran afecto por el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, quien le ha agradecido su presencia.
Entre los invitados se encontraban presidentes como la argentina Cristina Fernández Kirchner, el chileno Sebastián Piñera, el ruso Dimitri Medvédev, el turco Abdulá Gul, el afgano Hamid Karzai, el alemán Christian Wulff, y otros presidentes europeos.
También han presenciado el desfile el presidente de Israel, Simón Peres, y el palestino, Mahmud Abás, mientras que desde EEUU llegó el vicepresidente, Joe Biden, además del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y desde Bruselas el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Ante semejante concentración de personalidades políticas, se han extremado las medidas de seguridad y 2.500 agentes han blindado prácticamente la ciudad.
El primer acto de la primera celebración ha consistido en una homenaje al Soldado Desconocido en el monumento al rey Víctor Manuel II de Saboya, en la céntrica plaza Venecia, donde fue depositada una corona de laurel, con la izada de la bandera mientras sonaban los notas del himno nacional y el cielo era surcado por las "Flechas Tricolores", la patrulla aérea que dibujó la bandera italiana.
Desfile histórico
El desfile, que ha tenido este año una sección histórica dedicada al 150 aniversario de la unificación italiana, se ha prolongado durante hora y media.
Al fondo y en el Coliseo, el símbolo de Roma, 50 bomberos desplegaron una gran bandera tricolor de 50 por 30 metros, que ha presidido el acto.
Desfilaron 5.239 militares y 504 civiles, 109 banderas, 52 estandartes medalleros militares, 200 caballos y 200 vehículos de varios tipos, así como rudimentarias ambulancias de 1866, primitivos aviones utilizados en Libia y carros blindados de la II Guerra Mundial.
Abrieron la marcha las cinco banderas italianas que han existido a lo largo de su historia -siempre con los colores verde, blanco y rojo- y a ellas le siguió la "bandera Oliosi" procedente de la III Guerra de Independencia en 1866 cuando fue cortada en 38 pedazos por los soldados italianos antes de entregarla a los austríacos.
La "bandera de Oliosi" ha desfilado sobre un cañón de artillería.
Representación múltiple
Después lo han hecho diferentes cuerpos militares en uniforme de época, que representan distintos momentos de la República de los orígenes (1861-1865) hasta el fin de la II Guerra Mundial, como si de un relato cinematográfico se tratara.
Al paso de los históricos, le siguieron las misiones internacionales, para continuar las fuerzas especiales y la exhibición los medios más modernos y tecnología militar de la industria italiana, para cerrar con el cuerpo de carabineros a caballo.
Las "Flechas tricolores" han puesto el broche final al acto, dibujando de nuevo la bandera italiana en el cielo de Roma.
Una vez finalizada la ceremonia, el rey de España regresó a Madrid.
Las conmemoraciones finalizarán con un concierto sinfónico vespertino y una cena de honor ofrecida por Napolitano en el Palacio del Quirinal, sede de la Jefatura del Estado.
Napolitano ha invitado a los jefes de Estado extranjeros porque, según dijo, "la unidad de Italia no fue decisiva sólo para la historia de Italia, fue un gran episodio de la historia de la Europa moderna".