José Sócrates, el surfista de la crisis portuguesa
- El primer ministro vuelve a enfrentarse a las urnas 20 meses después
- La crisis económica le ha impedido completar su segundo mandato
- Su programa se basa en política social, energías limpias y nuevas tecnologías
José Sócrates, líder socialista y primer ministro de Portugal, intenta escapar con la habilidad de los mejores surfistas a la ola gigante de una crisis que ha barrido el país y ha hecho naufragar sus cinco años de Gobierno.
Optimista, tenaz y muy activo, José Sócrates Carvalho Pinto de Sousa se enfrenta al veredicto de las urnas apenas veinte meses después de su ajustada victoria en las legislativas de 2009, cuyo mandato de cuatro años no ha podido completar.
La peor crisis económica que recuerda esta generación de portugueses tuvo en jaque desde el primer día al segundo y breve Gobierno del primer ministro, que considera a su país y a su Administración víctimas de la tormenta financiera internacional desatada hace tres años por las hipotecas basura de Estados Unidos.
El político que presumía de haber vencido el crónico déficit fiscal de la economía portuguesa ha sido revolcado sin compasión por la oleada de calamidades de un año horrible para la economía lusa, agobiada como nunca por el desajuste de sus finanzas.
Cuatro meses de galopante desconfianza de los mercados, caída en picado de la solvencia crediticia lusa, y falta de fuentes de financiación no lograron empujar a Sócrates a pedir el rescate de Portugal, aunque algunos expertos lo consideraban inevitable.
Finalmente, el político luso de 53 años tuvo que tirar la toalla tras el cambio de postura de la oposición conservadora, que decidió no apoyar su cuarto plan de austeridad y forzó, en marzo, la dimisión del Ejecutivo y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Sócrates, reelegido apenas una semana después secretario general de su partido con el 93,3 % de los votos, vuelve a presentarse a las urnas con un programa de Gobierno que intenta destacar la política social, las energías limpias, las nuevas tecnologías y la innovación.
Pero, como sus grandes rivales conservadores, si gana las elecciones, el actual primer ministro tendrá que gobernar sobre todo para cumplir las medidas de austeridad y las reformas económicas exigidas por el rescate financiero durante los próximos tres años.
Sócrates pasó de considerar la ayuda externa una losa para el país que se podía haber evitado con su rechazado programa económico, a anunciar con optimismo a la población, el 5 de abril, que había negociado un "buen acuerdo" con Bruselas y el FMI.
Un socialista poco ortodoxo
Ahora, a sus 25 años en la política, el que fuera ministro de Ambiente y delfín del líder socialista Manuel Guterres surfea la ola de la crisis e intenta mantenerse cuatro años más en el poder y escapar al torbellino de una victoria conservadora que puede hacerle perder también el partido.
Padre de dos niños, divorciado e hijo de una pareja separada, Sócrates tuvo un primer Gobierno cómodo, en mayoría absoluta, y destacado por la aprobación del Tratado de Lisboa, que reformó la Unión Europea durante la presidencia lusa de 2007.
Con fama de socialista poco ortodoxo, la resonante victoria que regaló a su partido en 2005 puso en marcha una especie de "tercera vía" a la portuguesa.
Las reformas económicas, laborales y el saneamiento del Estado que impulsó, sufrieron la contestación de los sindicatos y la izquierda marxista, sus más encarnizados enemigos, pero no sirvieron para evitar los efectos de la crisis de la deuda soberana.
En el plano social, Sócrates introdujo, sobre todo en su etapa de mayoría absoluta, leyes para despenalizar el aborto, facilitar el divorcio y legalizar el matrimonio homosexual que le granjearon el rechazo de la población más católica.
En el Partido Socialista desde los 16
Licenciado en Ingeniería Civil, ingresó en las juventudes del Partido Socialista poco después de la Revolución del 25 de abril, con sólo 16 años.
Tras ser presidente de la federación de distrito de Castelo Branco, donde vivió desde niño con su padre, entre 1987 y 1995 se proyectó en la política nacional como diputado y luego como secretario de Estado y ministro de Ambiente, de 1997 a 2002, con Guterres.
En 2004 ganó la secretaría del PS pese a la dura oposición que tuvo en algunas de sus familias, que ahora ven también el fin de Sócrates al frente del partido si es engullido por la ola de problemas económicos y sociales que barre Portugal.