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Pedro Passos Coelho, la imagen de la austeridad para salvar a Portugal

  • El líder del Partido Social Demócrata es el favorito en la encuestas
  • Sin apenas experiencia de gobierno, es conocida su austeridad
  • Ejecutivo financiero y profesor, desde 2010 lidera el PSD

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Pedro Passos Coelho, durante la campaña electoral a las legislativas portuguesas.
Pedro Passos Coelho, durante la campaña electoral a las legislativas portuguesas.

El líder de la oposición en Portugal, el conservador Pedro Passos Coelho, es a la vez un político y un ejecutivo financiero cuyas habilidades en la empresa privada y su reconocida frugalidad pueden auparle a la victoria en las elecciones legislativas que se celebran este domingo.

Las encuestas dan al Partido Social Demócrata (PSD) de Passos Coelho una ligera ventaja sobre el Partido Socialista de José Sócrates. Sondeos que no son ajenos a la difícil situación económica que vive Portugal, que el pasado 6 de abril tuvo que pedir el rescate financiero de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional.

Pedro Passos Coelho, de 46 años, es hijo de un médico rural y pasó buena parte de su infancia en Angola antes de retornar a Portugal. Está casado en dos ocasiones -la primera con una cantante pop y la segunda con una fisioterapeuta de Guinea Bissau- .y tiene tres hijos.

Líder de las Juventudes Social Demócratas

Sus primeros contactos con la política los tuvo a los 14 años, cuando participó en un campeonato de cartas organizado por las Juventudes Social Demócratas, organización que llegó a liderar a principios de los 90 y a la que impulsó en las protestas contra el aumento de las matrículas universitarias y la introducción de una prueba de acceso que preconizaba el Gobierno de Aníbal Cavaco Silva.

Quizá de entonces proceda la relación distante que le atribuyen con Cavaco, actual presidente de Portugal, primer ministro entre 1985 y 1995 y principal referente de su partido.

Le atribuyen una relación distante con el presidente Cavaco

En 1991, Passos Coelho fue elegido diputado en el Parlamento, aunque luego intentó sin éxito ser designado alcalde de Amadora, cerca de Lisboa.

Durante los siguientes años se centró en su labor como profesor universitario y director financiero del grupo portugués Formentinvest.

Regreso a la política

Sin embargo, en 2008 volvió a resurgir su carrera política, en un primer intento por liderar el Partido Social Demócrata que no obtuvo frutos hasta que en 2010 fue elegido en los comicios internos con el 61% de los votos, sucediendo en el cargo a Manuel Ferreira Leite.

Los socialdemócratas pusieron en sus manos la labor de cohesionar un partido muy fragmentado y que estaba seriamente dañado tras la derrota electoral de 2009 frente a los socialistas de José Sócrates.

Aunque los socialistas pierden la mayoria absoluta que tenían y van a necesitar a los partidos minoritarios para gobernar.

Tras protagonizar en 2010 la foto de consenso junto a Sócrates para sacar al país de la crisis, un año después el líder del PSD propició con su rechazo al cuarto plan de ajustes del Ejecutivo la caída del Gobierno socialista y la convocatoria de estas elecciones anticipadas.

Sus detractores critican a Passos Coelho por su falta de experiencia en tareas de gobierno, sus bandazos desde la política a la empresa privada y sus discretas responsabilidades en firmas poco conocidas.

Pero el candidato socialdemócrata responde comparándose con los ex primeros ministros británicos Blair y Cameron, que tampoco tenían experiencia cuando fueron elegidos.

"Quizá no sea lo ideal pero hay momento en los que la experiencia importa menos que el sentido común y la capacidad para cambiar", ha asegurado durante la campaña.

"De hecho, no estoy preparado... No estoy preparado para dejar a este país en la bancarrota", ha añadido.

Austeridad en su vida personal

Uno de sus puntos a favor es la austeridad que ha presidido su vida personal y que muchos esperan que traslade al Gobierno. De hecho, Passos Coelho admite que no le gusta gastar dinero, ya sea en su vida privada o en los negocios.

Passos Coelho admite que no le gusta gastar dinero

Sus críticos, sin embargo, le achacan que está demasiado a la defensiva, siempre preparado para responder a las críticas sobre su persona.

Además, enfrente tiene a un político experimentado y astuto como Sócrates, siempre dispuesto a sacar partido de las debilidades y meteduras de pata de sus oponentes.