Las aventuras de 'Cuatro amigos y medio' en el Parque de El Retiro
- El autor aleman Joachim Friedrich visita la Feria del Libro
- Sus libros de niños detectives arrasan entre el público infantil
Hay libros que cambian la vida de aquel que los lee, y después de ese primer contacto “mágico”, irremediablemente ya nada puede ser igual. El libro-llave del escritor alemán, Joachim Friedrich, fue Momo de Michael Ende.
Friedrich era un competente hombre de negocios, cuando un buen día descubrió que se había convertido en uno de los “hombres grises de Momo”, y que estaba robándole el tiempo a la gente a la que obligaba a trabajar cada vez más deprisa.
Fue un antes y un después. Se convirtió en autor de literatura infantil y juvenil, aunque también ha escrito libros para adultos y dejó salir toda aquella imaginación que llevaba dentro desde niño.
'Detectives de recreo' en acción
El resto de la historia bien podría encajar en uno de sus cuentos. Joachim Friedrich es el “padre” de Cuatro amigos y medio, una serie de trece libros sobre las aventuras de cuatro chavales investigadores (Estefi, Rabanito, Charly y Fede) y su perro ‘Precioso’, un can “inteligentísimo” aunque un tanto delgaducho y tirando a feo, que ya cuenta con su propia “precuela”.
Esta pandilla singular resuelve misterios al más puro estilo de Los Cinco de Enid Blyton, en los que se inspira. Sus peripecias han cautivado a miles de niños en todo el mundo, los libros han sido traducidos a 20 idiomas y en España publicados por la Editorial Edebé, con ilustraciones de Mikel Valverde, ya llevan despachados más de 500.000 ejemplares.
“Los niños son el único público que no se deja aburrir“
Las cifras refrendan la buena salud de la literatura infantil y juvenil alemana, un género de larga tradición; Alemania es además el país invitado en la Feria del Libro de Madrid. La escritora germana Cornelia Funke también ha cosechado gran éxito en nuestro país con su trilogía fantástica El mundo de tinta.
Las aventuras de los “sabuesos de recreo” de Friedrich son más terrenales y se basan en la propia infancia del autor, un declarado fan de las historias de misterio. El pequeño Joachim y sus amigos crearon una “banda de detectives” y se dedicaban a “colocar trampas para atrapar a los malos”, un sueño infantil que no parece pasar de moda.
El público más exigente
- ¿Quién quiere ser detective?. Ocho brazos se elevan a la vez en señal de aprobación. Son los alumnos de quinto de primaria del Colegio Público Vicálvaro de Madrid.
Friedrich a su paso por la Feria del Librose enfrenta a las preguntas de los escolares en un coloquio mano a mano. Fuera, otro grupo, a pesar del día gris y lluvioso en El Retiro, corre sin parar en una gymcana sobre los protagonistas de los libros.
“Los niños demandan historias que tienen que ver con ellos”- aclara el escritor sobre el secreto de su éxito- y explica que la lectura “sigue siendo algo especial que hay que cuidar”.
Sabe que se enfrenta a los lectores más exigentes que puedan existir: “Los niños saben muy bien lo que quieren. No se dejan engañar, y cuando les atrapas son entusiastas”, añade defendiendo la literatura infantil como género de primera fila. Además, a los chavales al contrario que a lo adultos “les captas en las cinco o seis primeras páginas, y eso es mucho más difícil”, reflexiona.
“Los niños demandan historias que tienen que ver con ellos“
Las preguntas durante el encuentro parecen darle la razón. Paula, de once años, le pide ayuda para terminar un cuento de ciencia ficción que está escribiendo; otro de sus compañeros le interroga acerca de la capacidad para “meterse en la cabeza de un perro”; mientras Carlos, diez años, que se ha leído los libros, asegura que “son muy divertidos”.
Atentos y sin parpadear, ellos son el motor de la fantasía. Como recuerda Joachim Friedrich, parafraseando a su idolatrado Ende: “Los niños son el único público que no se deja aburrir”.