Turquía no cerrará las puertas a los cientos de refugiados sirios que huyen de la represión

• Temen una operación militar en Jisr al Sughur
• Más de un centenar de policías murieron en la ciudad el lunes
• Los testigos afirman que se ataca a la población civil
• Erdogan asegura que "Turquía no cerrará sus puertas"

Cientos de sirios huyen de la violencia y la represión del régimen de Bachar el Asad hacia Turquía

Un total de 122 sirios, incluyendo mujeres y niños, han cruzado este martes la frontera con Turquía por miedo a una sangrienta represión en la ciudad de Jisr al Shughur, donde el lunes murieron más de un centenar de miembros de las fuerzas de seguridad.

De acuerdo con los datos del Ministerio de Exteriores turco, 420 personas han cruzado la frontera desde el comienzo de las protestas en marzo. El primer ministro, Recep Tayyib Erdogan, ha afirmado que el país "no cerrará las puertas" a los refugiados y ha mostrado su "inquietud" por la situación en su vecino del sur.

Según la agencia oficial de noticias turca Anatolian, los refugiados han sido alojados por la Media Luna Roja en tiendas de campaña en el distrito de Yayladagi, en la provincia de Hatay, fronteriza con Siria. Una treintena de heridos han sido trasladados al hospital.

El Gobierno sirio ha enviado tropas a Jisr al Shugur después de los enfrentamientos del fin de semana y de  la matanza del lunes. El régimen acusa de las muertes a "hombres  armados", mientras que la oposición asegura que se trató de un motín de  una unidad militar. Según informa la red opositora siria Flash, unos cuarenta tanques y unos cincuenta vehículos de transporte de soldados se han concentrado a cuatro kilómetros de la ciudad, mientras miles de soldados están llegando a la población cercana de Idleb.

Jisr al Shugur ya fue escenario de una intento de levantamiento de los Hermanos Musulmanes en 1980, duramente reprimido por Hafez al Asad, padre de Bachar al Asad.

Testimonios de la represión

Según los testimonios de los refugiados que han llegado a Turquía, el Ejército estaría atacando a la población civil con helicópteros y francotiradores. Selim, de 28 años, asegura que fue alcanzado por un francotirador. "Me disparó una bala que entró por la clavícula y salió por mi costado izquierdo. Cuando intentaba advertir a mis amigos, otra bala me atravesó la mano. Luego perdí el conocimiento ", recuerda el joven.

Mohamed (nombre supuesto), de 31 años, afirma que un agente de paisano le disparó en la mano derecha. "Una hora más tarde estaba en la frontera con Turquía, y una ambulancia me trajo al hospital", añade. Mohamed asegura que los agentes dispararon el domingo contra los asistentes a los funerales por las víctimas de la violencia del fin de semana.

Hassan, un hombre de unos cincuenta años, explica que los helicópteros disparaban "al azar" contra la multitud y subraya que no vio a ningún policía o soldado muerto. "Han sido ellos los que han prendido fuego a la sede del partido Baaz (el partido de Al Asad) para tener una excusa", concluye.