Élodie Durand ('El paréntesis'): "Tenía más miedo a perder la memoria que a la muerte"
- En 'El paréntesis' narra su lucha contra un tumor cerebral y la epilepsia
- Ganó el premio al mejor autor revelación en Angoulême 2011
Élodie Durand
Estudió en la escuela de artes decorativas de Estrasburgo, y asistió a los cursos de ilustración de Claude Lapointe, Christian Heinrich y Joseph Béhé. En 2003 obtuvo el DNSEP (Diploma Nacional Superior de Expresión Plástica) en Comunicación por ilustración con felicitaciones por parte del jurado. Entre los proyectos presentados para la obtención del título había un esbozo de 'El paréntesis'. Antes de acometer este relato, Élodie publicó historietas gráficas como “Préavis” en el colectivo Canicule editado por el Institut Pacôme o “Les Moitiés” en el colectivo Pommes d’amour editado por Delcourt, colección Mirages. Asimismo, colabora en prensa infantil y en colección juvenil (Actes Sud, Milan, Bayard, entre otros).
"Nuestra memoria es nuestra coherencia, nuestra razón, nuestra acción y nuestro sentimiento. Sin ella no somos nada" (Luis Buñuel)
Élodie Durand es una joven francesa, treintañera, simpática, agradable y con una sonrisa permanente. Nadie pensaría que durante 7 años de su vida luchó contra un tumor cerebral que le provocaba frecuentes ataques epilépticos, aislamiento interior, e importantes pérdidas de memoria, hasta llegar a no saber quién era. E incluso a temer por su vida.
El tumor estaba en una parte del cerebro muy delicada y era inoperable, hasta que dieron con un tratamiento digno de la serie House, gracias a una moderna máquina de rayos láser que quemaba el tumor sin necesidad de abrir el cráneo y que no estaba exento de efectos secundarios.
Afortunadamente logró superarlo y decidió contar su experiencia. "Siempre he pensado que mi historia podía interesarle a la gente. Es importante que se conozca mejor una enfermedad como esta. También quería que los recuerdos permanezcan y vivan su propia vida. Y porque escribir el cómic fue una experiencia muy bonita".
"Ni siquiera reconocía a mi familia"
"Ahora mismo estoy muy bien, muy feliz -comenta al comenzar la entrevista- Esos siete años están ya muy lejos en el tiempo. Fue un paréntesis en mi vida y ya ha quedado muy lejos, muy atrás". De ahí el título del libro, El paréntesis (Sins Entido) en el que nos cuenta esa época y cómo la enfermedad cambió su vida.
"Al principio fueron detalles sin importancia, pero fue empeorando y llegue a olvidar el alfabeto, no sabía leer ni escribir, hubo temporadas en que no recordaba mi nombre y ni siquiera reconocía a mi familia, ni a mi madre"
De hecho, gran parte del libro lo ha redactado gracias a lo que le han contado sus familiares, ya que ella no recordaba muchas cosas: "Cuando estaba enferma no me daba miedo ni la pérdida de la memoria ni la muerte, porque en ese momento no tenía conciencia de lo que me estaba pasando. Pero luego desde mi perspectiva actual creo que tenía más miedo a perder la memoria que a la muerte".
Un éxito nacido de la adversidad
El paréntesis es una apasionante historia sobre la lucha contra la adversidad, en la que la autora se limita a reflejar los hechos y las emociones, sin caer en ningún momento en el victimismo y sin apelar ala sensiblería de relatos parecidos.
Escrito a modo de diario, incluyendo las anotaciones a mano, y con un dibujo sencillo (pero elegante y muy expresivo) que se vuelve enérgico en las etapas más graves de la enfermedad. Durante su convalecencia, Élodie comenzó a hacer dibujos sobre cómo se sentía, de gran fuerza plástica y que derrochan energía.
"No sé cuando empecé a hace esos dibujos, comenta, pero hoy en día no podría vivir sin ellos. Me ayudaron a entender lo que me pasaba".
Unos dibujos que marcan la evolución de la enfermedad y que están incluidos en determinados momentos del relato. Al principio con anotaciones; al final no hace falta. Su fuerza no necesita explicación.
"Se suponía que nadie iba a verlos -comenta sonriendo-pero el cómic estaría incompleto sin esos dibujos".
"La sombra representa la enfermedad, el monstruo"
Durante todo el relato, la frágil protagonista tiene una sombra monstruosa que la persigue, con una cabeza gigantesca, completamente negra salvo un pequeño punto blanco que sería el tumor. "Esa sombra representa la enfermedad, el monstruo al que me enfrentaba". Un recurso muy directo que nos ayuda, con un simple vistazo, a comprender cómo se sentía.
Este no es el primer cómic sobre la epilepsia, ya que hay una obra maestra sobre el tema: La ascensión del Gran Mal (Sins Entido) de David B. en donde el autor narra la lucha de su hermano contra esa enfermedad. Una obra que para muchos críticos es la mejor de las publicadas en Francia en los años 90.
"Conocía La ascensión del Gran Mal, lo leí cuando se publicó en Francia -asegura Élodie-. Pero no creo que me haya influido. No lo volví a leer antes de comenzar a trabajar en El Paréntesis. Mis influencias son muy diversas como el cómic, las novelas".
"No creo que me hayan influenciado ningún autor en particular, aunque he leído muchísmos cómics durante mi paso por la Mansión de los Autores de Angoulême donde pude leer a Blutch, Rabaté y otros grandes. Fue una gran experiencia para trabajar y construir el argumento de esta novela gráfica que luego presenté a las editoriales".
"Siempre quedan miedos"
Actualmente Élodie se muestra sorprendida y agradecida por el recibimiento de esta novela gráfica que ha recibido varios galardones en Francia, como el premio al mejor autor revelación en el festival de Angoulême, el más importante de Europa.
"El excelente recibimiento del cómic me ha sorprendido mucho y estoy muy contenta".
Y actualmente trabaja en "tres libros infantiles y otra novela gráfica de cómic que no será autobiográfica y que no sé si se llegará a realizar".
Aunque ya ha superado ese "paréntesis" que le supuso perder siete años de su vida, Élodie afirma que, aunque siempre quedan miedos, quiere mirar hacia adelante y dejar atrás la sombra de la enfermedad que la persiguió durante tanto tiempo".