¿Por qué estamos cansados en primavera?
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PREGUNTA: ¿Por qué nuestro cuerpo se debilita con los cambios climáticos o de estación (primavera)? ANALEE HERNÁNDEZ
“La primavera la sangre altera”, dice el dicho. Pero no siempre se traduce en energía y excitación. Todo lo contrario, es habitual que en algún momento de la primavera sintamos un agotamiento que aunque no dura más de unos días, nos lleva al desánimo. Así son comunes los bostezos, resoplidos de cansancio, irritabilidad y las posturas de abatimiento mientras llevamos a cabo las tareas que unos meses antes no se nos hacían cuesta arriba.
La comunidad científica no tiene clara la relación directa entre primavera y agotamiento, pero la realidad cotidiana es que “sin duda el número de consultas por cansancio aumentan en primavera”, explica a RTVE.es Suso del Barco, médico residente de la especialidad de medicina de familia y comunitaria. Aunque las personas que sufren este agotamiento estacional no deberían acudir a consulta a menos que el cansancio dure más de 15 días.
Los científicos apuntan como causa de este agotamiento al enorme esfuerzo de adaptación que lleva a cabo nuestro organismo para adaptarse a las variaciones del entorno propios del cambio de estación.
“A más horas de luz nuestro cuerpo segrega menos melatonina y dormimos menos“
En primavera los días se hacen más largos, hay más horas de exposición a la luz y nuestro organismo lo nota y actúa en consecuencia. “La melatonina es la hormona que regula los ciclos de vigilia y sueño y su producción está influida por las horas de luz”, explica este médico de familia. “A medida que aumentan las horas de luz nuestro cuerpo segrega menos melatonina y como consecuencia dormimos menos”.
Pero nuestro ritmo de vida no se acomoda a este cambio. “Seguimos realizando las mismas actividades e incluso más porque con el buen tiempo aumentan las relaciones sociales. Por eso estamos más fatigados”, apunta.
Otro de los factores que se barajan como posibles causantes de ese cansancio pasajero propio del cambio de estación es el aumento de la temperatura ambiental.
“Al aumentar la temperatura nuestros líquidos corporales, que suponen un 60-70% del volumen de nuestro cuerpo, han de reorganizarse”, explica a esta web Asensio López, médico de familia miembro del grupo de Educación para la salud del SEMFyC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria).
El calor hace que los vasos sanguíneos se dilaten y nos baje la tensión. También sudamos más y el agua de la sangre se desplaza para alimentar los tejidos, explica el doctor.
Las mujeres y sobre todo las jóvenes son los que tienen mayor porcentaje de líquidos en el cuerpo en comparación con los hombres y son también las que más acusan la astenia primaveral. “Por eso, una de las hipótesis para explicar el cansancio estacional más estudiada últimamente apunta a la alteración de los líquidos del cuerpo. Además, algunos de los signos descritos por los pacientes coinciden con los de la sed”, explica López.
Para evitar este pequeño bache estacional podemos tomar algún estimulante, como gingseng, té o café. Pero en ningún caso vitaminas. “Tomar vitaminas cuando no tenemos carencia y llevamos una buena alimentación, no es que no sirva para nada, es que puede ser perjudicial para la salud”, concluye.