'Blackthorn. Sin destino', el 'western' intimista de Mateo Gil
- Eduardo Noriega y Sam Shepard, en una película con participación de TVE
- Charlamos con su directo Mateo Gil
Sinopsis
Tras haber huido de Estados Unidos, el legendario forajido Butch Cassidy murió en Bolivia en 1908, tiroteado junto a su amigo Sundance Kid. Esto es lo que dice la versión oficial. Pero lo cierto es que ha pasado veinte años escondido y ahora quiere volver a casa. Sin embargo, pronto encontrará en su camino a un joven ingeniero español que acaba de robar la mina en la que trabajaba y que pertenece al empresario más importante de Bolivia...
En la escena final de Dos hombres y un destino, Butch Cassidy (Paul Newnan) y Sundance Kid (Robert Redford), rodeados en una emboscada del ejército boliviano, salían a cara descubierta de su refugio repartiendo tiros. Un plano final congelado sugería la inmolación de los bandidos. ¿Butch y Sundance muertos? No, desde luego, según Blackthorn. Sin destino, el ‘western’ dirigido por Mateo Gil, que cuenta con la participación de TVE, y que retoma la vida de un veterano Cassidy oculto en Bolivia bajo el nombre de James Blackthorn.
Sam Shepard (en el papel de Butch), Eduardo Noriega y el irlandés Stephen Rea participan en un atípico proyecto en el cine español, rodado a lo largo de nueve semanas en todo tipo de localizaciones bolivianas, con un resultado sorprendente por su calidad estética y su equilibrio entre el drama y la épica.
Mateo Gil se muestra entusiasmado con la apuesta de su segunda película. "El hecho de ser un western era un elemento muy atractivo. Es un sueño, un capricho. Además trata temas que me mueven y que son muy actuales". Miguel Barros es el autor de un guion original que especula con una historia y personajes muy americanos, escrito en inglés aunque aproveche el desarrollo de la trama en Sudamérica para escribir ocasionalmente en castellano.
Butch Cassidy, una leyenda real
La manida definición de 'western crepuscular' encaja como un guante en la película de Mateo Gil. En una famosa línea de El hombre que mató a Liberty Valance se dice: "Cuando los hechos se convierten en leyenda, imprime la leyenda". El enfoque de Gil y Barros difiere. "No hemos tenido la intención de ahondar en la leyenda de Butch. Hemos buscado el lado más íntimo, hemos buscado al personaje para hablar de los temas que nos interesaba".
¿Y cuáles son esos temas? "Primero, la postura del individuo hacia la amistad; también el de las líneas morales que diferencian a la antigua generación de Butch Cassidy con la nueva que encarna Eduardo. Unas líneas morales que con el tiempo hemos cruzado sin darnos cuenta. Y un tercer tema que es el paso del tiempo, cómo asumimos nuestro pasado".
La tesis de que Butch no murió en la encerrona no es un invento de Blackthorn. "La teoría más aceptada es que ellos murieron pero hay dudas históricas. Hay muchos rumores de que Butch volvió a Estados Unidos. Y por otro lado se habla de un bandido americano que iba acompañado de un chileno que podría ser el propio Butch".
Algunas secuencias, como las persecuciones a distancia, recuerdan inevitablemente a Dos hombres y un destino. "Sí –matiza Gil-, pero están sacadas de la vida real de Butch. Hay muchas referencias, siempre hay que hablar de John Ford, como padre del western, o de Howard Hawks. Para nosotros, una referencia temática muy importante es Sam Peckinpack. Y luego están las películas que han tratado directa o indirectamente el personaje de Butch Cassidy, como Dos hombres y un destino, o Grupo Salvaje que, aunque no lo nombra, utiliza las facetas políticas de Butch para el personaje protagonista"
Shepard y Noriega cabalgan juntos
La película juega con las semejanzas y diferencias entre la eterna amistad de Butch y Sundance, y los nuevos lazos de que Cassidy establece con Eduardo, un ingeniero español interpretado por Eduardo Noriega.
Sam Shepard aceptó un papel con alguna escena en castellano y se fue a Bolivia a rodar junto a un equipo extranjero. Shepard es célebre tanto por sus papeles en clásicos modernos como Días del cielo, Elegidos para la gloria o París-Texas, como por sus propias obras de teatro, relatos y guiones. “En ningún momento fue Sam Shepard trabajando. Habla poco de su literatura y su pasado. Sam habla mucho de caballos y su rancho, lo cuál le hace más interesante”, afirma Gil.
La personalidad de Shepard se asemeja al prototipo de hombre del oeste que por el día cabalga y por la noche comparte su vida alrededor de una fogata. “Sam es curioso. Por un lado es muy solitario, por otro disfruta mucho de la compañía: se arrancaba a tocar la guitarra en el hall del hotel junto a todo el equipo”.
Eduardo Noriega lleva años actuando con palabras escritas por Mateo Gil. Además de los guiones de películas de Amenábar que ha firmado (Tesis, Abre los ojos), Gil eligió a Noriega para protagonizar su debut cinematográfico en 1999: Nadie conoce a Nadie. “Con Noriega estoy encantado. Para él era arriesgado trabajar junto a dos monstruos como Shepard y Rea. Miguel y yo veíamos a Noriega en el personaje desde el principio”.
Paisajes vs. intimismo
Hay una voluntad en Blackthorn. Sin destino de crear una oposición entre el intimismo de la trama y la espectacularidad de los paisajes, normalmente muy abiertos. La variedad de localizaciones incluye el desierto, la selva, la cordillera andina y un lago salado. "El rodaje fue muy complicado, sólo me quedó la opción de confiar en el equipo. El resultado es fantástico".
Destaca por su belleza la secuencia del Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo, situado a 3.650 metros de altitud. “De todo el guion, la escena del salar es la más fiel a lo escrito. Teníamos mucho miedo a que saliera mal. Toda la película está rodada en el altiplano, lo que ya es complicado, pero en el salar, además, la radiación solar es quince veces mayor de lo recomendado para la piel. A los caballos les tuvimos que tapar los ojos. Sam Sephard, que adora los paisajes, se quedó extasiado cuando lo vio por primera vez”.