Los ministros de Finanzas de la zona euro estudian un segundo plan de rescate a Grecia
- Se plantea la posibilidad de otorgar un segundo paquete de ayuda a Grecia
- La cantidad podría a ascender a unos 90.000 millones de euros
- España y Francia, contrarias a la participación obligatoria de los bancos
- Alemania defiende la participación obligatoria del sector privado
Ver también: Especial crisis de deuda soberana en Europa
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Los ministros de Finanzas de los países de la zona del euro celebran este lunes una reunión extraordinaria en Bruselas para discutir cómo abordar la crisis griega y, en concreto, la posibilidad de otorgar un segundo paquete de ayuda a ese país.
Actualmente, la UE discute la posibilidad de otorgar un segundo paquete de ayuda a Grecia, que podría ascender a 90.000 millones de euros para cubrir las necesidades de financiación del país hasta 2014. RNE informa de que esa cantidad podría oscilar entre los 80.000 y los 120.000 millones de euros.
El ministro alemán de Finanzas Wolfgang Schäuble ha avanzado que su país está "dispuesto a contribuir" en un segundo plan de rescate para Grecia, porque además, la propuesta ha recibido el respaldo del Parlamento alemán.
Mientras, el futuro presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha dicho que una reestructuración suave de la deuda griega, como pide Alemania, tendría más costes que beneficios y provocaría un efecto de contagio al resto de países de la eurozona. Draghi ha resaltado que la participación del sector privado en el segundo rescate de Grecia debe ser exclusivamente "voluntaria".
El Eurogrupo espera dar luz verde este martes a un nuevo tramo, de 12.000 millones de euros, del primer rescate Grecia, que ascendía a 110.000 millones de euros.
De dónde provendría el dinero
Según informa TVE, citando fuentes europeas, un tercio de este segundo paquete de ayudas sería facilitado por la UE y el FMI; otro tercio provendría el programa de privatizaciones heleno; y el resto, correspondería a los acreedores privados de Grecia.
Este es el punto que constituye el mayor foco de desencuentros. Alemania defiende una prórroga de siete años en los vencimientos de los bonos griegos, opción que es vista con reticencia por el Banco Central Europeo.
La entidad presidida por Jean-Claude Trichet, uno de los principales acreedores de Grecia, es contrario a cualquier contribución privada obligatoria que pueda ser interpretada como una reestructuración de la deuda "de facto" por los actores del mercado, tal y como lo expresó la semana pasada.
A esta tesis se han unido Francia y España. Los dos países cierran filas y apoyan que los inversores privados participen en el rescate, pero de forma totalmente voluntaria. Así lo ha manifestado el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.
Precisamente este martes, Grecia ha salido a los mercados para subastar Letras del Tesoro a seis meses, horas después de la más reciente nueva rebaja de su calificación de riesgo por la agencia Standard & Poor's (S&P).
El país heleno ha colocado 1.625 millones de euros, pero se ha visto obligado a incrementar su rentabilidad del 4,88% al 4,96%.
La Comisión apuesta por una "reestructuración suave"
La Comisión Europea reconoció la semana pasada que examina distintas opciones para esquivar el desprestigio y las consecuencias que supondría una reestructuración al uso para Grecia.
En particular, la Comisión apuesta por algún tipo de "reestructuración suave", que consistiría en lograr que los bancos se comprometan de manera voluntaria a suscribir deuda nueva del país a medida que venzan los plazos de la que tienen en cartera y en poner más dinero sobre la mesa.
Es la tercera vía que propugna el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, y que va cobrando fuerza, según fuentes comunitarias citadas por RNE. Rehn, en una entrevista publicada por el Süddeutsche Zeitung, ha defendido esta opción y ha señalado que las posiciones no están tan alejadas como parece.
Tras la reunión del Eurogrupo para discutir la crisis griega, los ministros de los países de fuera de la zona del euro se unirán al encuentro para discutir los progresos en la tramitación de la reforma de la disciplina fiscal común.
Bruselas tiene claro que es necesaria para endurecer las sanciones de los países con déficit y reforzar la vigilancia sobre las políticas económicas de los países europeos y, así, prevenir crisis como la de Grecia.